Notas al margen
David Fernández
El problema del PSOE-A no es el candidato, es el discurso
María Carrasco
–¿Le costó la transición de niña prodigio a cantante pop o a artista adulta?
–No creo que fuera una niña prodigio. Detrás de eso que llamamos prodigio había muchísimo trabajo. La transición no me ha costado porque estaba haciendo lo mismo que estoy haciendo ahora: currármelo mucho desde cero y ser una tía valiente que es lo que me ha caracterizado siempre. Más que una transición, ha sido una evolución.
–¿Con qué género se queda?
–La amante del flamenco más grande de historia creo que soy yo. Me encanta y soy muy aficionada. sí es verdad que al haber estudiado mucho la música, otros géneros, he descubierto que mi afán por aprender iba un poco más allá del flamenco y por eso ahora hacemos pop. Tengo muchísimas ganas de investigar y necesitaba muchísimo esta nueva vertiente. Pero verdaderamente lo que me pone los vellos como pinos de Navidad es una soleá tiraíta patrás.
–¿Pasó mucho tiempo actuando de pequeña. ¿Qué se ha perdido?
–No me he perdido absolutamente nada. La música me ha regalado todo lo que hubiera querido un niño y lo que hubiera soñado un adulto. De niña jugaba a la música y haciéndome adulta encontré que ya tenía en las manos el trabajo de mi vida, no tuve que buscar una carrera como todas las personas que van a la universidad.
–¿Con qué canción se quedaría de todas las publicadas hasta ahora y por qué?
–Con ‘El silencio’. Es el tema que se le hizo a mi madre y porque tiene mucho de mí, la tranquilidad y la firmeza cantando y, sobre todo, la verdad. Esa canción para mí tiene muchísima verdad y va dedicado a lo más grande que he tenido en mi vida que es mi madre. Si me vas a escuchar en lo nuevo, como cuando empiezas una serie, el capítulo 1 sería ‘El silencio’.
–¿Es una cantante comprometida? ¿Con qué?
–Muy comprometida socialmente. No puedo con las injusticias y con la desigualdad. Me gusta que todo esté equilibrado en el mundo. Todavía en muchísimos países no se tiene la equidad de la mujer con el hombre. Todavía en España hay una brecha salarial bastante grande en muchos sectores que muchos medios de comunicación acaban tapando o maquillando de alguna forma. Lucho por la igualdad, por la justicia social. Intento buscar lo justo en la vida.
–¿De dónde le viene esa vena luchadora y reivindicativa?
–(Risas). De mi padre que es un loco que lucha contra las injusticias, se revuelve como una bicha. Mi madre, también lo era. Cuando eres buena persona, eso lo reflejas. Destaco de mí que, a lo mejor canto regular, pero soy muy buena gente, y eso te abre muchas puertas y te hace ver la vida de otra manera. Me viene de la educación que he recibido desde pequeñita.
–Recientemente fue protagonista del ciclo ‘Mujeres referentes’. ¿Qué idea quiso transmitir?
–Que la mujer siempre es un activo que hay que tener en cuenta. Gracias a Dios, esto en la sociedad está cambiando muchísimo. Lo que destaco es que hay muchas mujeres que no se sienten apoyadas y por eso no pueden llegar a desarrollarse al cien por cien. Que se me invite a hablar de mi experiencia y que ésta le sirva de referencia a muchas mujeres para luchar, no puede más que alegrarme el corazón. Iluminarle el camino a otros cuando lo ven todo oscuro es una de las alegrías más grandes que puede tener una persona.
–De todo lo vivido. ¿Cuál es el momento más emotivo?
–Es muy complicado... Creo que el momento más emotivo es cuando llegas porque todo te parece nuevo. Cuando llegué a la música, todo vino de corrido, el trabajo lo hizo la gente. Empecé al revés, la gente empezó queriéndome. Cuando ves a un niño pequeño cantando te enternece el corazón. Lo emotivo para mí es que no tuviera casi que hacer nada, yo lo sentía, lo notaba, que la gente hizo el trabajo de quererme. Lo más emotivo es llegar a un sitio y que la gente te quiera.
–¿Cuál es su meta?
–Seguir haciendo lo que hago y que me siga dando de comer. Hoy en día tener un trabajo tan bello como este y poder pagar facturas... No te imaginas. Supongo que es como el periodismo: que te guste hacer una entrevista y encima te paguen. Es un regalo tremendo ser libres y poder vivir siendo libres porque en la actualidad con la economía mundial, como está todo, muy poca gente trabaja de lo que había soñado y, además, paga las facturas. El trabajo que tengo es muy complicado. Simplemente con mantenerme y permanecer al lado de la gente que me quiere desde chiquitita y que valora mi trabajo, lo tengo todo, soy millonaria.
–¿El peor momento en su vida a nivel profesional?
–El peor momento profesionalmente hablando fue el cambio de voz, creía de verdad que me iba a quedar sin voz. Me sentí insegura y no tenía quien me ayudara, era yo contra mí.
–¿Qué le gustaría que le preguntara?
–¿Qué me quieres preguntar que sea políticamente incorrecto? Normalmente, los artistas se quieren mantener con una imagen muy cuidada y yo no tengo ni un pelillo en la lengua. Me gusta la jarana y una buena entrevista me cautiva.
–¿Qué le falta a esta entrevista para que sea buena?
–Me gusta. Está siendo muy natural. Si no es natural, estamos engañando a la gente. Creo que no le falta nada. Pregunta, no tengo nada que perder.
–Bueno, al leer que participó en ‘Mujeres referentes’, también como activista LGTBI. ¿En este sentido, se ha negado alguna vez a participar en actividades similares para no desviar la atención de su carrera?
–Nunca. Por qué me voy a negar. Si yo no luchara con mi imagen o como icono (que le puedo resaltar a la gente), sería otra injusticia. Yo tengo mi pareja que es una mujer y voy a intentar que todas las parejas que amen a lo no estándar, van a tener un punto de apoyo conmigo. Soy defensora del colectivo LGTBI porque pertenezco a ese colectivo, si no sería como tirarme piedras sobre mi propio tejado. Soy imparablemente libre y estoy ahí por si sirvo de espejo a alguien. El día que necesite llamar la atención poniéndome un cartel en la frente diciendo ‘no soy hetero’, mi música ha dejado de valer.
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