El día que Jerez se quedó sin Ayuntamiento (1978)
El investigador jerezano Manuel Ruiz Romero publica en 'Trocadero' un artículo sobre los riesgos de la dimisión de Jesús Mantaras y de todos los ediles del cabildo jerezano
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Jerez/El investigador y doctor en Historia Contemporánea Manuel Ruiz Romero ha publicado en el último número de la revista 'Trocadero' un trabajo que analiza la crisis política y el vacío institucional que provoca la dimisión del alcalde Jesús Mantaras y de todos los ediles del cabildo jerezano. El estudio forma parte de una línea de investigación que este historiador desarrolla sobre la primera institución local, y que prosigue una estela iniciada en la década de los cincuenta con García Figueras.
Bajo el título 'La fragilidad del municipalismo tardofranquista hasta la democracia. La crisis del Ayuntamiento de Jerez de la Frontera como ejemplo', la investigación analiza el contexto que atraviesa el Cabildo de la ciudad cuando las corporaciones locales franquistas perviven, junto al proceso reformista, constituyente y el retraso en las elecciones municipales democráticas. En palabras de Ruiz Romero, "entre las primeras elecciones a Cortes y las primeras democráticas (1977-1979), existió un tiempo de fragilidad institucional dado que representantes democráticos convivieron con entidades locales heredadas del franquismo y, para más incertidumbre, con la emergencia de la Junta de Andalucía preautonómica".
Ruiz Romero considera que aquel momento, "precipitó una diversidad de situaciones municipales manifestaciones de un descontento, fundamentalmente, por la falta de apoyo político y recursos de todo tipo para una administración local que se topó ya con la presión de la sociedad civil, partidos y sindicatos. Pese a las instrucciones de Martín Villa a alcaldes y concejales, el abandono y las dimisiones en ayuntamientos estuvieron a la orden del día, lo cual podría quebrar el normal desarrollo “de arriba abajo” del incipiente proceso democratizador. Máxime, cuando los partidos de izquierda, ante el retraso de unas municipales democráticas que sólo llegan tras aprobarse la Constitución y a través de una norma específica, reclamaban la formación de gestoras locales sobre la base de los resultados de las elecciones del 15 de junio de 1977.
Es en este contexto donde se sitúa el cese de Jesús Mantaras García Figueras (1936-2000) acompañado de sus ediles. Un marco excepcionalmente frágil por el tránsito que representaba y las incógnitas que abrazaba. El 23 de mayo de 1978 el hartazgo de quien fuera primer edil (1976-1978) se materializó en un intento inútil por llamar la atención de las instituciones y el pueblo de Jerez. La falta de recursos, la incapacidad ante las demandas ciudadanas y, sobre todo, las trabas burocráticas para la puesta en marcha de la universidad en Montealto, acabarían con su paciencia. Es más, aquel vacío legal coincidió con una huelga de trabajadores municipales para actualizar sus retribuciones. Tras días de un vacío legal que podría prodigarse peligrosamente para el desarrollo de la democracia, la cintura política del gobernador encauzó la situación de forma que, tras unas semanas de provisionalidad con Pérez Luna de alcalde, Juan Manuel Corchado toma los mandos de la nave local. Su primer pleno del 9 de junio saludaba la presidencia de Fernández Viagas en la primera Junta de Andalucía. Jerez restauraba su poder local.
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