Jerez 2002, el día después que nunca llegó... o sí
Patrimonio
Se cumplen 20 años de la celebración en Jerez de los Juegos Ecuestres Mundiales
Un hito sin recorrido de futuro del que el sector ecuestre conserva sus semillas y las ganas por seguir luchando
Jerez/¿Qué queda de Jerez 2002? “Los recuerdos que vosotros, la prensa, recogisteis de aquel maravilloso espectáculo deportivo”, dice Pedro Pacheco, ex alcalde de la ciudad desde 1979 hasta 2003.
A finales de 1993, Antonio Reyes, concejal del Ayuntamiento de Jerez; Antonio Ortiz Rufino, responsable de los concursos hípicos de la Feria del Caballo; y Pío Delgado, que ya asesoraba de festejos hípicos a los gobiernos locales anteriores a la democracia; decidieron mostrarle al alcalde un informe en el que se recogía la oportunidad de presentar la candidatura de la ciudad para organizar los Juegos Ecuestres Mundiales de 2002. Dicho y hecho, el alcalde apoyó la idea desde el primer momento y se puso manos a la obra.
Del 10 al 22 de septiembre de 2002 los IV Campeonatos del Mundo de la Hípica acogieron las siete disciplinas reconocidas por la Federación Ecuestre Internacional (FEI), con una participación de más de mil caballos y unos 800 jinetes de 57 países.
Jerez demostró “una magnífica organización. Jerez irrumpió con una categoría con la que sorprendimos a la Europa septentrional que no nos veían capaces de superarlos. Jerez terminó a tiempo las instalaciones. Jerez tuvo un gran éxito deportivo y de público. Y lo que estamos hoy celebrando son, desde entonces, 20 años de decadencia, entre otras cosas, en el sector hípico debido a las apatías e incompetencias de los gobiernos que nos han sucedido a los andalucistas. No se puede decir más claro. Lástima que hoy paseamos por aquellas instalaciones y vemos lo que fueron, ese esfuerzo inversor para que Jerez fuera una industria del caballo total. Si miro hacia atrás, no hay nada. Un vacío enorme y preocupante”.
El sábado 14 de mayo de 1994 se firmó un documento marco de intenciones en el II Depósito de Sementales, rubricado por los responsables deportivos del país: el director general del Consejo Superior de Deportes, Manuel Fonseca; el vicepresidente del Comité Olímpico Español, Alfredo Goyeneche; el presidente de la Federación Hípica Española, Carlos Cebriá Cebriá; el consejero de Economía de la Junta de Andalucía, Jaime Montaner; y el alcalde de Jerez, Pedro Pacheco, cuenta el que fuera parte del equipo de prensa de 2002, y que dejó el puesto unos meses antes, Benito Pizarro.
Desde el primer día, Jerez se tomó muy en serio la candidatura de los Juegos y fueron muchas y continuas las reuniones que se celebraron. La ciudad contó con el apoyo de todas sus instituciones, como el II Depósito de Sementales, la Yeguada Militar y la Real Escuela.
"Nos fuimos a La Haya (Holanda) a ver el mundial hípico de 1994. Allí me di cuenta de que Jerez podía convertirse en sede de unos Juegos", recordaba el exalcalde para un reportaje en este Diario en 2012.
De vuelta en Jerez, el Ayuntamiento comenzó a preparar un viaje sin precedentes al que se apuntaron asesores, periodistas, miembros de Gobierno local, de otros partidos políticos y de Diputación. Destino: Puerto Rico, donde la Federación Ecuestre Internacional se reunía para decidir la candidatura de 2002. "Fuimos una amplia representación de Jerez para defender un proyecto que, si no recuerdo mal, competía con Kentucky y con otra ciudad alemana", explica Pacheco hace una década. Sin embargo, en el Caribe, el hombre decisivo no era jerezano, ni político, ni asesor hípico ni periodista. Quien se metió en el bolsillo a la comisión ecuestre internacional fue el entonces presidente de la Real Federación Hípica Española, Luis Figueroa Griffith, que defendió la ciudad de Jerez con una seguridad formidable y con un inglés perfecto (su madre fue Aline Griffith, la aristócrata hispano norteamericana y condesa viuda de Romanones que trabajó para la CIA durante los años de la Guerra Fría). "Figueroa fue una persona clave en Puerto Rico. Fue el encargado de dar el discurso en inglés y nos dio las claves para llevarnos la candidatura. Ayudó muchísimo en este proyecto", resalta Pacheco. El discurso de Figueroa convenció a la mesa de la FEI (Federación Ecuestre Internacional) y, sobre todo, a su entonces presidenta, la Infanta Doña Pilar, hermana del Rey Juan Carlos. "Que la presidenta fuera española nos benefició, eso siempre ayuda, claro que sí".
Ahora había que definir el colosal trabajo que quedaba por hacer en los próximos años. Jerez no disponía de una ciudad deportiva que estuviera a la altura de una cita mundial, pero no fue un obstáculo. Según expertos en deporte ecuestre, con un lavado de cara hubiera sido suficiente para celebrar un mundial ecuestre, pero el alcalde quería dejar su sello personal en aquella apuesta. Planificó que el estadio de fútbol había que derribarlo y volverlo a hacer y también la construcción de un complejo ovalado sensacionalmente equipado y la remodelación de las instalaciones militares de Garrapilos, donde también se celebraron pruebas
La organización de los Juegos Ecuestres Mundiales había conseguido recaudar (en números redondos) un total de 18 millones de euros para afrontar el evento deportivo. La importante cuantía llegó a la ciudad en forma de diferentes acuerdos de patrocinio con grandes empresas españolas, de subvenciones públicas y gracias a la concesión de un sorteo extraordinario de Loterías y Apuestas del Estado que finalmente quedó desierto, por lo que buena parte del montante recayó sobre el comité organizador de Jerez 2002. Pero la ciudad, y los propios integrantes del equipo como Benito Pizarro, comenzaban a preguntarse por la rentabilidad del proyecto y por cuál sería su continuidad.
Sí. 2002 pecó de falta de proyección de futuro. Algo que confiesa hasta el propio Pacheco. “Es que después del gran éxito se hizo un corte. Yo sí tenía un plan para después de 2002, al que le faltaron dos cosas: culminar las negociaciones con la devolución de la Yeguada Militar y la obtención de Garrapilos, que también estaba muy avanzada, con sus compensaciones urbanísticas, pero alguien cultivaba aquellas tierras y fueron los que pusieron más chinas en los zapatos. Pero Jerez estaba culminando tener las mejores instalaciones casi de Europa. Faltó continuidad de las (alcaldesas) que nos sucedieron porque entendían que el caballo era de señoritos, y así nos va”.
Días antes de que comenzaran los Juegos decenas de pequeños empresarios empezaron a reclamar el pago de las facturas de unos trabajos que convirtieron Jerez en la capital mundial del caballo. Ya por estas fechas las cuentas no cuadraban. La entidad bancaria en la que se habían depositado los tres mil millones de pesetas empezó a devolver cheques bancarios y pagarés, básicamente por falta de fondos. La mitad del presupuesto se destinó a costear dichas instalaciones deportivas. "Un error de planificación. Con el dinero del concurso hípico de 2002 se hicieron obras que eran competencia del Ayuntamiento, por eso se desequilibraron las cuentas", recordaba en 2012 Antonio Ortiz, director del Comité Organizador Jerez 2002.
Respecto a las deudas que generó 2002 y de los gobiernos que él encabezó, Pacheco niega que así fuera. “Y así lo dice el Observatorio Económico en sus conclusiones. Tanto que se dice que si los gobiernos de Pacheco dejaron Jerez... Construir una ciudad nos constó sangre, sudor y lágrimas sin esos apoyos. La vergüenza que da que deja el andalucismo la alcaldía y el mismo año la Junta dice sí a pagar el canon de las motos. Lo que hay es apatía y desconocimiento y la ciudad tendrá que decir en las próximas elecciones, aquí estoy yo”.
Respecto a la selección de Jerez para los Juegos Ecuestres de 2002, asegura que nunca se pagó, “nos lo ganamos. Tuvimos como presidenta de los Juegos a doña Pilar de Borbón, que era amante además de los vinos finos de Jerez, algo bueno para nosotros. Hicimos una buena defensa de la candidatura".
El 10 de septiembre de 2002, el Rey Juan Carlos y la Reina Doña Sofía ocuparon los asientos preferentes del irreconocible estadio de Chapín para ver una exhibición ecuestre sin precedentes en compañía del alcalde la ciudad. Jerez ofreció su mejor cara y dejó las miserias escondidas en el cajón del Ayuntamiento, donde se amontonaban las denuncias por impagos a proveedores, las críticas políticas y el pasaporte de Pacheco, que empezaba a contar los meses para dejar la alcaldía.
"No entiendo -añade- esta dejadez e impotencia e incluso esa maldad que existió en Jerez tras los gobiernos de Pacheco, donde el objetivo era destrozar lo máximo posible y en el menor tiempo posible la herencia recibida. No tiene una explicación”.
Pacheco considera una “burla” los actos conmemorativos que el Ayuntamiento está celebrando por los 20 años de 2002. “Una foto electoral. Y ahora tocaba el caballo. Me preocupa que un responsable electoral diga que le pide esfuerzo y unidad al sector ecuestre. Y pregunto: ¿unidad ante qué proyecto puesto en marcha por el Ayuntamiento? Lo hípico estaba siempre unido a la alta calidad en la Feria del Caballo, por ejemplo. Ahí teníamos un comité de gente de Jerez colaborando de forma desinteresada para mantener la calidad durante la Feria y posteriormente. Era la sociedad civil, ¿dónde está hoy colaborando con los programas hípicos de la Feria del Caballo de Jerez? No existe. Ahora predominan los burros, caballos de alquiler y pencos llenos de mataduras. Esa es la Feria que tenemos”.
Como ciudadanos de Jerez, el ex alcalde confiesa que lo sufre. “Yo, que paseo por el mundo rural y urbano, veo que es una ciudad que construimos entre todos. Incluso con la mala suerte de que nunca tuvimos un gobierno hermano ni en Diputación, ni en Madrid, ni en la Junta, no dejen que se vaya deslizando por la pendiente cuesta abajo ese proyecto de ciudad que culminamos nosotros. Yo, que presumo de Jerez, no me interesa en absoluto. Ha perdido calidad. ¿Dónde está?”.
Pacheco echa la vista atrás sobre 2002 y afirma que no cambiaría nada. “El cambio de siglas fue casi imprevisto y compartir con alguien que siendo conservador creía que los caballos eran de señoritos... eso enfrió un poco el tema. Los siguientes gobiernos insistieron en lo mismo y en que la industria del caballo no era importante. Qué error. Con la cantidad de gente que quiere aprender en la Real Escuela, de gente con fortuna que busca mano de obra preparada para el cuidado de caballos, cuadras que hay de caballos por todo el mundo y se piden mucho los jinetes que se tienen en Jerez. Es más, yo creo que hay un divorcio porque este año, el lugar que se le asignó a la Real Escuela en el Real de la Feria no le correspondía en absoluto. Y digo yo, no será porque la Real Escuela es esta vez del gobierno del PP, ¿no? Por pensar mal, no sé qué pensar. Así que, más que conmemorar un acto en el que no participaron nunca (en 2002), lo que no se puede es celebrarlo de forma falsa pidiendo esfuerzo al sector, cuando el Ayuntamiento no tiene proyecto para recuperar la fuerza hípica que tuvo Jerez”. “Si yo volviera, la recuperación del sector estaría retomada ya, con la devolución de Sementales y la negociación con Garrapilos”.
El director de la Real Escuela, Jorge Ramos, recuerda 2002 como un hito deportivo internacional desarrollado en España
, como otros que se han celebrado en nuestro país. “Supuso un punto de inflexión, sobre todo para darle una mayor visibilidad a este tipo de deporte. De una u otra manera, la inversión se quedó en la ciudad, algunas más que otras se aprovecharon mejor. Sirvió para poner en el mapa a Jerez en el mundo del caballo, que ya tenía un nombre más que reconocido, pero esto suponía u aval tan importante como cuando Barcelona organizó las Olimpiadas. También significó un hito como conseguir medallas del Campeonato del Mundo como hicieron los jinetes españoles Beatriz Ferrer-Salat o el propio Rafael Soto, en cuyo equipo estaba también Ignacio Rambla y Manuel Márquez. Fue una semilla de algo que ya estaba muy consolidado y para que salieran grandísimos jinetes, como los que actualmente compiten en olimpiadas como los jerezanos José García Mena, Claudio Castilla, entre otros”.
Respecto a las instituciones, Ramos apunta que algunas se reforzaron como la Yeguada de la Cartuja-Hierro del Bocado, la Real Escuela, "que sigue creciendo como escuela y como centro el turismo internacional, y otros centros ecuestres que hay en la ciudad, la Yeguada Militar, etc. Jerez no ha parado y goza de una salud importante como se demuestra cada vez que hacemos un evento como los de la Real Escuela. Jerez sigue estando en la primera línea de la competición y el deporte y nos complementamos con otros puntos como Montenmedio, Sotogrande, etc. Hay una sinergia de la importancia en la provincia y en Andalucía de lo que es el caballo y el impacto que tiene en la economía y en la sociedad”.
Benito Pizarro, parte del equipo de prensa de 2002. “Jerez no conserva hoy nada de aquello. Sólo fue un tema político en el que sólo se pensó en 2002, no en lo que venía después. Nos lo dieron porque se pagó mucho y porque doña Pilar de Borbón también colaboró, claro. Su figura fue muy importante. Yo me fui porque Antonio Ortiz nunca respondía a mi pregunta: ¿qué vendrá después de los Juegos Ecuestres? Las deudas de 2002 vinieron porque el dinero se utilizó para pagar nóminas del Ayuntamiento y arreglos importantes en el circuito. Y las culpas para los caballos. Esa es la realidad, aunque Pacheco diga lo contrario. Pacheco tiene un problema o una virtud y es que confía mucho en lo suyo y confió en Antonio Ortiz, que miraba por lo suyo, no por Jerez, y que nadie le discutiera. Yo me negaba”. Recuerda que el día que terminaron los juegos, “aquello era un espectáculo de cómo la gente se llevaba todo: sillas, mesas de oficina, ordenadores... La base de datos la guardé yo, y menos mal".
María José García-Pelayo, ex alcaldesa de la ciudad entre 2003 y 2005 y entre 2011 y 2015. “Uno de los grandes proyectos estrellados de la ciudad. Una oportunidad de oro para Jerez”. Así lo recuerda. “Fue un éxito en su celebración, pero no queda ni rastro ni de los Juegos Ecuestres ni de la consagración de Jerez como ciudad del caballo. La pena de todo eso fue la falta de continuidad. Se hicieron unas inversiones muy importantes, equipamientos que constaron muchísimo dinero a la ciudad y luego no se pusieron en valor”.
La popular cree que no ha habido “interés por trabajar o por recuperar la imagen de Jerez como ciudad del caballo. Lo cierto es que somos la cuna del caballo cartujano y eso es un valor propio que nos podría distinguir de otras ciudades. Nosotros tratamos de poner en valor Sementales, llegamos a firmar el convenio con el Ministerio de Defensa para que se nos cediera para desarrollar un gran equipamiento dedicado al caballo y lo cierto es que años después el gobierno socialista actual perdió la concesión y parece que ha quedado en nada”.
“Todo se diseñó para 2002, no en los años posteriores a 2002. Quedaron equipamientos inutilizados y una gran deuda que hubo que pagar. Ese es el problema de Jerez a lo largo de los años: se han diseñado grandes proyectos pero que luego no se ha sabido qué hacer con ellos y lo cierto es que es el gran error de los Juegos Ecuestres. Fueron un éxito, pero sin estrategia de continuidad. No se aprovechó el tirón. Nosotros en 2011 tratamos de recuperar todo eso con un proyecto importante, con un contenido en torno al caballo que quedó en nada con el gobierno socialista. De hecho, el Gobierno de España lleva esperando una propuesta de cesión de Sementales a la ciudad y el Ayuntamiento no la responde. Con eso lo decimos todo”.
Un esfuerzo que hay que continuar
El delegado de Cultura y Patrimonio, Francisco Camas, recuerda que se cumplen 20 años "de un acontecimiento que fue un hito en su momento.
Si entendemos que el caballo es patrimonio de la ciudad, sería bueno seguir trabajando en la línea que en su día se marcó. Entendemos que el caballo sigue siendo un valor de la ciudad que puede rentabilizarse y estamos poniendo en valor los elementos diferenciadores que tiene Jerez como potenciales".
Para ello, recuerda que el Ayuntamiento "no puede hacerlo solo sin la colaboración de la sociedad en su conjunto y uno de los casos fue 2002. Creo que la sociología de Jerez es distinta a Sevilla, por ejemplo, con respecto al mundo del caballo, y no con la Semana Santa, que somos muy parecidos. Creo que los jerezanos deberían ser más participativos con el mundo del caballo, siendo Jerez cuna del mismo y teniendo una representatividad institucional mucho mayor con la Real Escuela, Hierro del Bocado y la Yeguada Militar. Y eso forma parte de nuestra manera de ser. Y, por otro lado, la iniciativa privada es importante, que no hemos tenido hasta ahora. En aquel momento se hizo un esfuerzo tremendo que tuvo claro oscuros, pero no hay que dejar de reconocer que Jerez tuvo una capacidad de estar en la cima. Así que no está de más recordar que aquello ocurrió y que sigamos manteniendo las ganas por luchar por el sector ecuestre".
Camas asegura que sí queda algo de 2002, "las ganas de seguir tirando del carro y tenemos un precedente que no se debe de olvidar y debe seguir sirviendo para el futuro como algo que realmente fue importante. Si lo olvidamos todo partimos de menos cero, y no partimos de menos cero. hay gente que está luchando y trabajando por querer levantar el sector, al que le han afectado muchas crisis económicas, pero en el que hay un ánimo elevado desde 2002".
El delegado adelanta que el Ayuntamiento se reunió la semana pasada con el Ministerio de Defensa para tratar de llegar un acuerdo para recuperar Sementales, unas instalaciones infrautilizadas que siguen adscritas a la defensa nacional y que el Ayuntamiento lleva años reclamando su reversión tras perder su uso militar.
Francisco Camas niega interés político en los actos de conmemoración que el Ayuntamiento ha celebrado estos días por los 20 años de 2002. "Lo hemos hecho con la intención de querer ayudar e impulsar el sector. No era para la foto. Queríamos reconocer aquel esfuerzo, así como el reconocimiento de Ignacio Rambla, Manuel Márquez y Rafael Soto como Embajadores Jerez Ciudad del caballo. Así que seguimos luchando por el sector".
1 Comentario