Sevilla, un panorama de actualidad con infinitos registros
Diario de las artes
Es tiempo importante de muy buenas exposiciones en la Sevilla artística tan acostumbrada a periodos de escasez o, al menos, no de la significación de las que, en estos momentos, llenan los espacios de la ciudad. Aunque se quieran magnificar las muestras sobre Pedro Roldán y Fernando Botero –en el Museo de Bellas Artes y en la Fundación Cajasol, respectivamente– que, no cabe duda, poseen interés, considero que el panorama artístico tiene, en las comparecencias de arte contemporáneo, un alto valor que el buen aficionado ha de tener muy en cuenta para darle el sentido y la dimensión que poseen. Se ha comentado en estas páginas la justa y necesaria exposición de Ricardo Casstillo que pone en valor la obra del gran artista sevillano, ya, desaparecido. Actualmente se pueden contemplar varias muestras, de gran calado artístico, que desentrañan los variados planteamientos de la modernidad .
Galeria Birimbao NORBERTO GIL La esencia de la forma plástica
La buena programación de la galería de la calle Alcázares continúa con un artista que, siempre, ha levantado infinitas expectativas, el sevillano Norberto Gil. Con una pintura llena de fortaleza cromática, recrea un paisaje esencial donde todo ha sido reducido a las meras posiciones del color. Su pintura se centra en ese segmento ambiguo donde la realidad pierde sus circunstancias más concretas para situarse en unos esquemas reduccionistas que abrigan posiciones casi abstractas.
La pintura de Norberto Gil plantea los más mínimos esquemas de lo real; sitúa los elementos ilustrativos que la mirada puede descubrir en unas parcelas que son meras situaciones abstractas. Campos de color perfectamente delimitados estructuran espacios que desarrollan un gran sentido referencial. Sus obras dejan entrever claros manifiestos de una abstracción esencial, llena de mínimos que consiguen máximos desde esas zonas cromáticas que interactúan y desencadenan sutiles gestos representativos.
Como es habitual en este artista, sus formas, medidas, justas, llenas de sentido plástico, abren las máximas perspectivas de una pintura que marca rutas bien conformadas desde esas serenas manifestaciones donde todo queda sutilmente distribuido para que oferte, aparte de sus contundentes registros formales, la visión de una realidad mínima que desarrolla paisajes básicos, así como un claro homenaje a uno de los grandes de la arquitectura, el portugués Álvaro Siza, con obras que manifiestan un minimalismo representativo total, lleno de energía con el abstracto y la figuración generando sabias posiciones evocadoras.
Norberto Gil es un pintor necesario, que ejerce la manifestación suprema de la forma plástica; un artista convincente que hace de la pintura una gran fiesta para los sentidos.
Di GaleryPACO PÉREZ VALENCIA La justa medida de lo imposible
La obra de Paco Pérez Valencia nunca te va a dejar indiferente porque es distinta, valiente, rotunda, sin medias tintas. Obra de ayer, de hoy; incluso, quizás, de un mañana incierto. La muestra de la sala del Muro de los Navarros insiste en ese artsita abierto, sin restricciones, hacedor de todos los tiempos artísticos, impulsor de mensajes que son retazos de existencia; provocador de infinitas circunstancias. Ese Paco Pérez Valencia que no es artista de un único argumento, que muestra su trabajo a cara descubierta, que hace traspasar los límites de lo que se supone que es políticamente correcto en un arte al que él impone algo más que una expresión artística. Nos encontramos con sus famosos papeles pintados y escritos, gritos que claman vida, eslóganes que manifiestan la necesidad imperiosa de manifestar lo que ocupa un alma comprometida. También esa pintura que se hace figurativa para expresar una gran variedad de situaciones o que suspende el relato de lo concreto para situarse en una apasionante gestualidad llena de pasión cromática; una pintura que está muy por encima de los postulados duales de figuración-abstracción para situarse en un estamento expansivo, lleno de contundencia formal y abierta conceptualidad.
La obra de Paco Pérez Valencia suscribe esa realidad artística amplia que lo caracteriza. Dibujo, pintura, personalísimos estamentos intervencionistas, desarrollos espaciales que nos sitúan en posiciones de esencia museográfica, esa faceta que es consustancial con el artista y que, además, abre nuevas vías por donde circular bien provisto de un compromiso artístico distinto que descubre a un autor diferente. En definitiva, la puesta en escena de un artista capaz de llevar la esencia del arte a sus posiciones más extremas.
En la exposición convive la pintura con muchas más cosas, la que desarrolla los momentos pasionales y los que pinta la dulzura sutil de un verso lleno de color. Segmentos creativos donde adormecen guiños, donde la voz se hace estentórea o susurrante, donde la fuerza de la forma juega en un corro de sublime belleza, donde el texto – siempre el texto – transcribe un deseo, una palabra que duele, que transpira, que abre los horizontes. Es la obra de Paco Pérez Valencia la justa medida de lo imposible.
Galería Alarcón CriadoBERNARDO ORTIZLos gestos inquietantes de la palabra
La galería de la calle Velarde, esa que dirigen Carolina Alarcón y Julio Criado siempre, siempre, va a depararnos el espíritu más comprometido con el arte nuevo. Es más, yo diría, que el verdadero arte contemporáneo, ese que muestra lo más avanzado de la plástica actual se encuentra en este espacio siempre abierto a los postulados más interesantes. Por eso la galería ocupa ese sitio de privilegio en el contexto general del arte español y está presente en las ferias de mayor trascendencia.
Ahora nos presenta la obra diferente de un artista que no es un cualquiera ni un advenedizo de los muchos que existen – claro que no estaría en la galería existente en el Arenal sevillano -; Bernardo Ortiz es artista colombiano, de 1972, con obras, nada más y nada menos, que en la Tate Modern de Londres, en el MOMA de Nueva York, en CNAP -Centre National des Arts Plastiques- de Francia, en la Deutsche Bank de Frankfurt, por citar sólo algunas importantísimas colecciones.
Es un artista muy de la filosofía de la galería: artista, todavía, joven, con un discurso poco habitual, con los esquemas de horizontes abiertos, con un concepto muy bien estructurado en fondo y forma y con una lectura para paladares que saben lo que les gusta. Es un artista conceptual, de los que la idea se sobrepone a los estamentos de la forma, que queda supeditada al propio desarrollo conceptual. Como Bernardo Ortiz es filósofo y lingüista su obra pasa por un muestrario de intenciones siempre relacionadas con la palabra. Ésta conforma una obra que, desde la propia posición física del texto, subraya una contundente filosofía formal.
Galería HauriePEDRO ESCALONAUn tiempo sin edad
A Magdalena Haurie nunca se le podrá achacar que hasta su galería de la calle Guzmán el Bueno hayan llegado exposiciones de poca dimensión. El que lo piense está equivocado y será afecto a órdenes interesadas de las que sólo aceptan argumentos de tendenciosa inclinación. Lo que allí se expone siempre es sinónimo de calidad artística. Podrán ser planteamientos no del gusto de los puristas del arte más nuevo; estará apartado de esos intereses dominantes que hoy algunos exigen como único y verdadero – no sé yo desde cuando, en lo artístico, hay establecida una única verdad absoluta -, lo que sí es verdad es que hasta la galería del céntrico barrio sevillano, siempre llegan obras de una calidad que nunca podrá discutirse.
Y eso es lo que vamos a encontrar en la muestra de Pedro Escalona, un pintor de poderosísimas maneras, ejecutor de una pintura rigurosa donde no hay trampa ni cartón. Una pintura ejecutada con técnica rigurosa para establecer desde ella resultados figurativos de profundísima entidad. En sus obras lo real ofrece parece haber perdido su sentido temporal para asumir una nueva dimensión Hay un culto a lo estático. Los objetos dejan la pura representación para adquirir un nuevo desarrollo físico. Todo es atemporal, como si la realidad estuviese poseída de un marchamo casi arqueológico, fuera del tiempo y del espacio cotidiano, en el que hubiese perdido todo su sentido ilustrativo. Bellos objetos apilados, con fuerte carga escultórica, espacios neutros rotos por la existencia silente de una paloma o un pajarillo que acentúa el carácter neutral de la situación.
Pintura seria, rigurosísima, que hace trascender una realidad mediata, íntima y espiritual. Una exposición que descubre absolutamente a un pintor grande, que no ha sucumbido a las ambigüedades de un arte con escaso sentido y que, además, se presenta en los espacios de una galerista ajena a los espurios intereses de lo artístico.
Colegio de arquitectosÁNGEL ALÉNLos sabios perfiles de un arte que es total
La pintura de este joven sevillano ya ha alcanzado los signos inequívocos de la madurez. Es artista de claras posiciones, con la figuración marcando felices situaciones que no tienen nada que ver con los efectismos realistas ni con los marcados juegos malabares tan queridos en una pintura sevillana amante de los fáciles recursos de una magia actuante que ni es mágica ni es, sobre todo, verdadera.
Ángel Alén es pintor pintor; sabedor de lo que significa el realismo; es pintor que sabe escudriñar en los recovecos de lo real, para matizar su contundente ilustración. Por eso su pintura abre las perspectivas y no se centra en los esquema al uso. Argumenta un paisaje íntimo, sin efectismos ni recursos de empatías facilonas. La exposición de la sala colegial de la Plaza del Cristo de Burgos es un homenaje a la obra del arquitecto suizo Le Courbusier.
El artista sevillano indaga en la obra de uno de los padres del racionalismo, descubre su sentido artístico y somete a su obra a un especialísimo encuadre a través de la solvencia representativa del que es uno de los más auténticos pintores realistas de este tiempo. Las obras, en un amplio muestrario, nos conducen por el ideario estético de un artista total que fue mucho más que un genial arquitecto. En las obras de Alén, de amplísimo espectro representativo, nos encontramos la visión generalizada de un obra total donde todo queda supeditado a una admiración por la obra de un genial artista que, aquí, acentúa sus perfiles gracias a la absoluta potestad de un artista sabio y sin ataduras.
Galería Rafael OrtizANTONIO SOCÍASLos inequívocos conceptos del gran arte
Su nombre está ligado a lo mejor del arte contemporáneo español de las últimas décadas y, para nosotros, es autor fundamental en el riguroso catálogo de artistas de Rafael Ortiz, allí donde sólo están artistas de verdad y hacedores de un arte sin resquicios. El artista nacido en Inca, en 1955, es habitual de espacios expositivos importantes y asiduo a los stand de ARCO de la mano de Rafael Ortiz –antes lo estuvo con la Sala Pelaires de Palma de Mallorca y con la galería René Metrás- y un autor cuya obra manifiesta los infinitos ambientes por donde circula un arte al que él da un concepto abierto no sujeto a ninguna influencia.
Su obra no se reduce a ningún esquema establecido; todo lo contrario, incide en diversas manifestaciones que reflexionan sobre la propia identidad y entidad del arte contemporáneo. Sus registros son amplios y en ellos intervienen composiciones que pasan por la pintura total, sujeta a los esquemas básicos de la gran pintura de siempre o a manifestaciones eclécticas donde intervienen diversos planteamientos, más conceptuales que representativos. Pero, creo, que lo mejor del trabajo de Antonio Socías es la autenticidad de todos las fórmulas a las que da vida. Su obra pasa por unos desarrollos y desenlaces en los que todo está abierto a una realidad que no se detiene en argumentaciones estancas.
Es pintor pintor, diseñador de sabios argumentos, fotógrafo de enigmas emocionales y actuante de una realidad abierta en la que se suscriben los parámetros de una creación sin episodios restrictivos. El autor mallorquín vuelve a su galería de siempre para manifestar el amplísimo compromiso con un arte que se abre expectante a lo mejor de una creación sin límites.
Sevilla, en lo artístico, es la que es porque viene bien provista de un bagaje histórico donde han intervenido muchas circunstancias que han esculpido una realidad con muchísimos registros. Ahora, como ayer y, probablemente, como siempre, presentará argumentaciones que, por lo menos, crean infinitas expectativas. Y eso es tremendamente esperanzador.
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