Un dibujo que sustenta y describe

Margot González

Espacio Abierto

JEREZ

Continúa la programación expositiva de Lucía Franco en su Espacio Abierto en esa línea de acoger todo tipo de expresiones artísticas, patrocinando una variedad artística que es buena y edificante para una producción necesitada de mucho y, probablemente, bastante maltratada y abandonada. Galerías y salas como esta, abierta a todo y a todos cuando algo bueno tengan que aportar son necesarias en un mundo donde sólo unos pocos consiguen encontrar un hueco adecuado donde canalizar su obra y sentirse arropados. La inmensa mayoría ven de lejos el tren de las posibilidades y tienen pocas oportunidades de acercarse, mínimamente, a tales argumentos expositivos. La galería de la calle Alvar López parece una estación donde los trenes van parando y mostrando la posibilidad a muchos de subirse a ellos y comenzar a transitar, con seguridad, por ese universo de infinitas complejidades. Desde estas páginas siempre estaremos al lado de iniciativas encaminadas al apoyo generoso a los que empieza y tienen algo que decir. Por eso, que sea en Espacio Abierto la primera muestra individual de Margot González no nos puede extrañar. Es sala experta en conceder alternativas a muchos y acoger los inicios expositivos de muchos artistas que luego han seguido caminos, ya, con la experiencia de un comienzo bien dispuesto y arropado.

Margot González es jerezana afincada en San José del Valle. Formada en la Escuela de Arte y curtida en el difícil mundo del dibujo publicitario; algo que, quizás, tenga mucho que ver en el contexto general de la obra expuesta. Dibujo bien acondicionado en fondo y forma; dibujo elegante y bien descrito; dibujo de grafía exacta y líneas acertadamente dispuestas; dibujo que describe con seguridad; dibujo sin dudas ni alteraciones; dibujo, en definitiva, que pinta y que es base sustentante para cualquier otro reto pictórico que la autora quiera afrontar. No es fácil estar al cabo de un buen dibujo; sobre todo, porque hoy -erróneamente - muchos lo han visto como poco válido para una pintura que, estoy seguro de ello, sin él tiene bastantes parcelas perdidas y carece de argumentos definitorios.

La exposición en Espacio Abierto nos descubre a una dibujanta con fórmulas bien asimiladas; con líneas expresivas seguras, trazos limpios y rigurosos encajes descriptivos. Además es autora con solvente dominio de la tinta china y de la acuarela, técnicas que encajan perfectamente en el conjunto y da una solvencia creativa grande en la resolución, aportando claridad al desenlace final de las obras. En la muestra se nos presenta una cuidada selección de dibujos, siempre en tintas negras o azules y yuxtapuestas a leves toques de color que da consistencia textural y amplía los horizontes pictóricos. Toros y toreros; monumentos acertadamente descritos y dando entidad y rigor a la propia arquitectura representada, paisajes bodegueros... y toda suerte de asuntos que configuran una exposición de gran corrección a la par que deja adivinar las muchas buenas proposiciones de una artista que, aunque nueva, proyecta horizontes de seguras perspectivas. Horizontes que me atrevo a decir van a ser muchos más amplios y sustanciales que los que ahora se nos ofrece. Algo que se observa en los buenos argumentos de un dibujo muy bien dispuesto y que sustenta una realidad representativa acertadamente estructurada para que desarrollen nuevas posiciones ilustrativss.

Como viene ocurriendo en esta galería, se le abre las puertas a una autora nueva con apreciables nuevas perspectivas; una autora que va a encontrar acomodo en un paisaje expositivo bastante complejo y con pocos argumentos. En la calle Alvar López se dan y los artistas, los que tienen conciencia de que lo son, saben que, allí, pueden iniciar un camino con perspectivas.

Cuando los senderos se cierran y el paisaje se torna sombrío, siempre hay luces que pueden descubrir nuevos territorios. Lo último es perder la esperanza.