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Este es el discurso íntegro de Fernando Calderón como Melchor tras la Cabalgata de Reyes Magos en Jerez

Calificado de "antiabortista" por unos y aplaudido por otros, este es el contenido del discurso ofrecido durante la Adoración del Niño Jesús en el Belén Monumental

Marea Violeta de Jerez lamenta la "bazofia antiabortista"

La Confluencia pedirá que el pleno municipal y la Asociación de Reyes Magos reprueben el discurso de Fernando Calderón

Los Reyes Magos junto a la alcaldesa, apoyada en Melchor, tras el acto de coronación en Jerez.
Redacción

10 de enero 2024 - 13:05

Muchas son las personas que en los últimos días han mostrado su indignación por el discurso de Fernando Calderón, encarnando a Melchor en la Cabalgata de Reyes de Jerez, del pasado 5 de enero. La Marea Violeta ha mostrado su malestar por un discurso que califica de "rancia bazofia antiabortista". Incluso, La Confluencia llevará este asunto a pleno.

Hasta el momento, ni sus compañeros Ana María Orellana (Gaspar) ni Luis Lara (Baltasar) se han pronunciado públicamente al respecto y la Asociación de Reyes Magos de Jerez también guardia silencio. El protagonista de la polémica, Fernando Calderón ha rechazado igualmente hablar sobre este asunto, tras contactar con él Diario de Jerez.

A pesar de las críticas, en redes sociales también hay numerosas personas que han mostrado su apoyo al discurso ofrecido durante la Adoración del Niño Jesús: "Un mensaje precioso en el sitio y en el momento oportuno!!!", es uno de los mensajes que se pueden leer en Facebook esta semana mostrando el respaldo a Melchor.

¿Qué dijo Melchor en Jerez?

A continuación, puede leerse el discurso íntegro de Fernando Calderón como Melchor en Jerez que pronunció, durante 5 minutos, ante el Belén Monumental de Santo Domingo:

"El brillo de una estrella extraordinaria nos ha traído hasta aquí. Una estrella que brilla más que el sol y la luna juntos. Con un destello mayor que el de una supernova y guiado por ese fenómeno extraño y extraordinario hemos llegado hasta este enclave de Jerez, que recuerda la aldea de Belén en la región de Judea.

Al llegar hemos entendido por qué la estrella extraordinaria nos ha traído hasta aquí, porque venía marcando el alumbramiento del mismísimo hijo de Dios. Aquel que luego nos dirá que es la luz del mundo. La madrugada del 25 de diciembre ya se acercaron los pastores que acampaban alrededor de este portal. Ellos, los más humildes y sencillos, fueron los primeros en venir a adorar a este recién nacido, alertados por un ángel de Dios que bajó a entonar 'gloria a Dios en el cielo y en la tierra paz a los hombres que Dios ama'.

Nosotros, yo, Melchor, Gaspar y Baltasar, hemos tardado unos días más, pues venimos desde muy lejos, procedentes de Oriente y de las tierras de Tartessos. Simbolizando toda la humanidad, nos hemos puesto en camino para adorar a este niño que viene al mundo con el cometido de salvar a la humanidad de las espinas del pecado.

Ante ti, Señor, reconocemos que tenemos sed de Dios. Señor, míranos con compasión y misericordia, pues nuestra sociedad cada día intenta alejarse más de ti y eso es alejarse de la luz y, por tanto, adentrarse en la oscuridad.

Reconocemos en ti la humanidad del hombre, la divinidad de Dios y la soberanía del rey del universo. Ante la sagrada familia de Nazaret, pedimos la humildad de San José, la confianza en la Providencia de María y la docilidad e inocencia del niño que acaba de nacer.

Tú que eres el Príncipe de la Paz, tráenos la paz al mundo, a tantos lugares que están en conflicto y en guerra; y la paz a nuestros hogares, a nuestras familias y a nuestros lugares de trabajo. No te olvides, Señor, de aquellas personas que lo están pasando mal, que están enfermas o solas, de ancianos que no tienen quien los cuide y de los niños enfermos internos en los hospitales. A todos, acompáñalos y dales aliento de vida y de esperanza a ellos y a sus familiares.

Y recuerda especialmente a todos aquellos niños que por el egoísmo humano nunca conocerán la cara de sus padres ni la de sus abuelos, y nunca nos escribirán una carta contándonos sus sueños. Ten, por tanto, en un lugar especial aquellos niños y niñas que nunca llegaron a nacer. Haznos ver y ser conscientes de que eres el hijo de Dios verdadero y que, sin ti, no podemos hacer absolutamente nada.

Y por Pentecostés mándanos, de nuevo, el Espíritu Santo para renovar la faz de la tierra. Y, ahora queridos niños, Sus Majestades emprendemos un camino ilusionante por todos los hogares de Jerez, repartiendo ilusión, repartiendo alegría y repartiendo esperanza. Muchísimas gracias, Jerez. Gracias".

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