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Duelo perinatal: la importancia de visibilizar el dolor de los brazos vacíos

Día Internacional del Duelo Gestacional, Perinatal y Neonatal

La psicóloga Eirene García habla sobre la importancia del apoyo social tras la pérdida del bebé 

El duelo por el que nació ‘Matrioskas’

Eirene García sujeta la mano de Inés, su bebé que nació sin vida.

El 15 de octubre se conmemora el Día Internacional del Duelo Gestacional, Perinatal y Neonatal, una efeméride que permite visibilizar un dolor muchas veces silenciado. La pérdida perinatal, ya sea durante el embarazo, parto o en los primeros días tras el nacimiento, constituye una experiencia devastadora para la familia, y es importante prestar atención a las emociones, las sensaciones y al sufrimiento, ya que validar y reconocer ese dolor es el primer paso para sanar. 

Eirene García es psicóloga, con amplia experiencia en diversos ámbitos como la ansiedad, depresión y el duelo. Pero además Eirene es la madre de Inés, una bebé que a las casi 39 semanas de gestación su corazón dejó de latir un 15 de octubre. “Cuando pasé por esa situación, solicité que un psicólogo o psicóloga del hospital viniera a verme, pero eso no sucedió. Tampoco recibí ninguna llamada de seguimiento en los meses posteriores. Esta falta de apoyo fue una de las razones que me motivaron a fundar la Asociación Matrioskas. En los últimos seis años, he visto cómo la UCA, en colaboración con la Junta de Andalucía, ha trabajado para implementar un protocolo que garantice que las familias salgan del hospital con una cita programada para recibir apoyo psicológico”, declara. 

La profesional ha realizado una investigación sobre la importancia del apoyo social en el duelo perinatal, un trabajo tutelado por Cristina Medina Pradas. “Una pérdida puede vivirse desde la soledad, el aislamiento, y sentirse como algo extremadamente traumático, o puede afrontarse desde la comprensión y el apoyo. Al final, todo cambia cuando tienes cerca a personas que te acompañan, lo que ayuda a aceptarlo mejor”, subraya.

“Después de perder al bebé, las familias entran en una especie de shock, sienten confusión y les cuesta mucho seguir con su rutina diaria. La nostalgia es enorme y muchos experimentan comportamientos de búsqueda, junto con irritabilidad, cambios de humor repentinos, debilidad y culpa. Algunas mujeres incluso dicen escuchar el llanto del bebé o sentir sus movimientos en el vientre, lo que hace que el dolor de la pérdida sea aún mayor. Con el tiempo, aparece una sensación de desorientación y desorganización en la vida cotidiana, dejando un vacío emocional y una sensación de indefensión. Además, estas personas sienten que no tienen permiso para expresar su duelo, y eso, sumado al miedo a enfermar o deprimirse, puede ser abrumador”, explica la profesional. 

García remarca al respecto que el apoyo de la familia y amigos a los padres en duelo “puede marcar la diferencia a largo plazo. Si los padres sienten que no tienen ese respaldo, es fácil que se sientan aislados e incomprendidos. Además, la falta de apoyo social puede llevar a un duelo complicado o que nunca termine. El ser humano tiene una necesidad psicológica, casi fisiológica, de contacto cuando se enfrenta a la muerte”.

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La experta detalla que, en términos psicológicos, “hablamos de duelo complicado cuando, después de 12 meses, los síntomas y la intensidad del dolor no disminuyen, afectando al funcionamiento de la persona en diversas áreas de su vida”. 

“Como explican diversos estudios, el duelo es una respuesta natural y previsible ante la pérdida perinatal, pero también puede asociarse con trastornos psicológicos como el trastorno depresivo mayor, el trastorno de ansiedad generalizada y el trastorno de estrés postraumático”, añade. 

De ahí que sea muy importante el acompañamiento y la atención emocional durante el embarazo, parto y postparto, la “asignatura pendiente” de la sanidad. “El proceso de dar vida se ha atendido desde la perspectiva física y fisiológica mayormente, pero se obvian cambios muy importantes que ocurren durante el embarazo a nivel cerebral mediatizados por las hormonas y que afectan a la esfera psicológica de la mujer como es la transparencia psíquica, donde se produce un acceso a los recuerdos de la niñez y la crianza que la mujer tuvo. Dependiendo del carácter traumático o no de estos, así afectará a la mujer en el embarazo. Respecto a las parejas, se están realizando estudios que ponen de manifiesto que el hecho de que la pareja se implique en el proceso de embarazo y sobre todo en la crianza también produce cambios a nivel cerebral y a las implicaciones que esto tiene en el vinculo y cuidado del bebé (o muerte del bebé)”, señala García.

Validar el dolor

“Los padres atraviesan un estado de shock inicial, lo que se conoce como estrés agudo, que suele durar alrededor de un mes, aunque esto varía en función de varios factores. Entre ellos, cómo se les ha comunicado la noticia, el apoyo e información recibidos por parte del personal sanitario, y el tipo de contacto que hayan tenido con la experiencia, así como el respaldo social tras su salida del hospital”, relata la psicóloga.

La experta remaca que es “crucial validar el dolor de la pareja, lo que implica reconocer su papel como padres. Hay que recordar que el duelo perinatal se encuentra entre los llamados duelos desautorizados, ya sea porque la propia persona lo niega o porque la sociedad impide su expresión. Esta falta de permiso para hacer duelo se considera un factor de riesgo para que el proceso se complique”. 

El apoyo social es clave, pero a veces los intentos de minimizar la pérdida por parte de familiares o amigos “pueden ser perjudiciales, ya que no logran ofrecer el consuelo que se necesita. Por eso, es fundamental que el apoyo a los padres en duelo sea sensible y empático”. 

La Federación Española de Duelo Gestacional, Perinatal y Neonatal reitera que la vinculación emocional con el bebé no depende de las semanas de gestación, sino de lo que ese bebé significaba y lo que como proyecto de vida representaba para su familia. Por tanto, el dolor por la muerte de un hijo o una hija ha de ser contemplado como único y singular, independientemente de la edad gestacional de la criatura en el momento de morir. De ahí que sea muy importante también la formación de los sanitarios que atienden en un primer momento a los padres.

García declara que “me consta que cada vez más los equipos sanitarios reciben formación específica para la atención al duelo perinatal. Encontramos que organismos privados como el Instituto de Salud Mental Perinatal liderado por Ibone Olza tiene propuestas de formación específica sobre atención a este duelo. A pesar de ello, creo que muchas veces dependemos de que el azar juegue a nuestro favor y que el profesional o profesionales que nos toque si nos ocurre, esté formado en ello para poder recibir una atención de calidad cuando un bebé muere dentro del útero (en cualquier semana de gestación) o poco después de nacer”.

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