"Me echan a la calle después de 43 años. ¿Qué voy a hacer ahora?"
municipal Consecuencias del Plan de Ajuste
Trabajadores afectados por el ERE y sindicatos denuncian que el expediente ha sido una "cacería" por parte del gobierno local · Afirman que la antigüedad y las cargas familiares no han pesado a la hora de despedir
"A esto no hay derecho", "no tienen vergüenza", "¿qué voy a hacer ahora?" y "¡aquí va a arder Troya!", fueron algunas de las frases más repetidas por parte de los trabajadores municipales que ayer conocieron que estaban incluidos entre los 300 afectados por el Expediente de Regulación de Empleo del Ayuntamiento. Los nombres comenzaron a conocerse a primera hora de la mañana, ya que los sindicatos decidieron finalmente rectificar y acudieron al Consistorio a recoger la documentación. Sin embargo, los trabajadores lamentaron la poca información ya que, una vez que el expediente fue recogido por los representantes sindicales, los empleados no sabían cómo podían consultar el listado.
Poco a poco se fue conociendo que en las sedes sindicales de la plaza del Arenal, así como en la delegación de Urbanismo, los empleados podían comprobar si estaban o no en esta 'lista negra'. Lágrimas, abrazos y gritos hacían evidente el drama de los que acababan de conocer que iban a ser despedidos. Tampoco los que se 'salvaron' mostraron mejor aspecto porque "yo me quedo, pero van a echar un montón de compañeros con los que llevo años trabajando. Me he tomado ya una tila, pero nada, el mal cuerpo no hay quien me lo quite". Los afectados, en cambio, apenas podían soltar palabra y cuando lo hacían era para maldecir a políticos y, en muchos casos, también a los propios sindicatos. La tensión acumulada, especialmente en estos últimos días, y la desesperación de los que confirmaron lo que más podían temer, provocó incluso que un trabajador acabase ayer en el hospital debido a un ataque de ansiedad. Madres solteras, viudos con hijos a su cargo, empleados desde hace más de 30 años... El perfil de los afectados era muy amplio, lo que provocó que la gran mayoría se preguntase cuáles han sido los criterios que se han seguido para despedir a estos trabajadores. "Esto ha sido una caza de brujas", decían.
De momento, queda un mes de negociación por delante, pero lo cierto es que los 300 empleados que ya han sido propuestos tienen pocas esperanzas de poder salir de la lista. José Jiménez fue uno de los trabajadores que ayer se enteró que dejará su puesto de trabajo, tras más de 40 años al servicio del Ayuntamiento, simplemente por haber cumplido ya los 61 años. "¿Por qué me tienen que echar si llevo 43 años trabajando aquí? ¿Para dejar a los familiares metidos y a nosotros echarnos a la calle? Yo tengo piso, hijos, ¡qué voy a hacer ahora!, ¡a dónde voy yo a comer!, porque los desgraciados estos sólo van por el interés del dinero y de los familiares", se lamentaba este afectado con lágrimas que apenas podía contener. Tras conocer su inminente despido, José Jiménez no comprendía que la edad hubiese sido el motivo elegido para despedirlo de su trabajo "porque yo tengo 61 años, pero estoy desarrollando mi trabajo en condiciones, lo mismo que uno de 20. Tienen que respetar la antigüedad y la categoría, pero no han respetado nada. Me vine del Consorcio Bahía de Cádiz donde era jefe, me mandaron aquí de conductor, lo hice, ganando menos dinero y, ¿para qué sirve nada? ¿Para qué sirve tanta mierda y tanta tontería?". Con la desesperación de qué pasará con él y con su familia a partir de ahora, ayer se cuestionaba (como muchos) el papel de los sindicatos y del propio Ayuntamiento: "Toda mi vida trabajando y pagando 10 euros de sindicato, ¿para qué? ¿Para esto? ¿Para que me dejen en la calle y los familiares se queden? Deben poner las listas en los tablones de anuncios para que veamos todos los familiares que se quedan trabajando aunque lleven 3 ó 4 años aquí, mientras que yo que llevo 43 años y este hombre que lleva veintitantos trabajados, no. Esto es de sinvergüenzas y granujas".
Otro caso "sangrante" que denunciaron ayer desde los sindicatos es el de "una compañera viuda con un hijo que será despedida y, a su lado, otra persona con menos antigüedad y sin cargas familiares, que se queda; es una persona que ha pasado dos oposiciones en este Ayuntamiento, que no tenía plaza fija, porque no tenía los suficientes méritos, pero había pasado dos oposiciones con nota alta, tiene cargas familiares, entró por bolsa, con una antigüedad bastante alta y va fuera. La verdad es que no tiene explicación; un compañero mío ha dicho que esto era un mamarracho, pero yo digo que es de muy poca vergüenza", denunciaba ayer Lola Vázquez, de CCOO.
Desde UGT, Alfonso Cárdenas también cuestionaba ayer los criterios que se han seguido para elaborar el ERE: "La edad, los que tengan 59; y si es fijo o indefinido, son criterios objetivos; pero es totalmente subjetivo el criterio de polivalencia y competencia, etc. Han hecho de su capa un sayo, han ido a tiro hecho a buscar determinadas personas y entendemos que ha habido cacería".
Otro afectado, que pertenece a los 140 empleados mayores de 59 años a los que se ha incluido en el ERE, aseguraba ayer que "esto no es justo. Yo estaba trabajando antes en Vías y Obras y me mandaron a Medio Ambiente. Llevo en el Ayuntamiento veinte años y en Medio Ambiente llevo 11, no es justo esto, encima tengo dos niñas, una de mis hijas está mala y necesita atención especial. Esto no puede ser. Yo soy viudo, ¿ahora qué pasa con mi niña si voy a jubilarme con dos pesetas?". Lo mismo se preguntaba también ayer uno de los despedidos de Deportes, que cuestionaba qué será de su vida cuando con "59 años me veo en la calle. ¿Qué pasa? Si la alcaldesa ha metido a 180 que metió, más los que metió Pilar, qué pasa, yo no quiero quitarle el puesto de trabajo a nadie pero personas que llevan 3 años se quedan y yo que llevo casi 30 me voy a la calle así de buenas a primeras. ¿Dónde me coloco yo con 59 años? Dígame usted, esto es totalmente injusto".
Cada uno contaba ayer su historia, cada despedido tenía un drama propio y a pocos le parecía ayer justo quién se quedaba y quién se iba. Tras una dura jornada para los afectados, los sindicatos tienen ahora 28 días por delante para pelear por la plantilla, para lograr que salgan en las mejores condiciones y para decidir si es necesario algún cambio, alguien que quiera irse y no esté incluido (que también hay casos). Deben también demostrar, como le exigen desde la oposición y desde el propio gobierno, que su mayor preocupación son los trabajadores y que, por encima de todo, es necesaria una unidad que hasta ahora ha hecho aguas, como demuestran las críticas realizadas en estos días por los propios trabajadores. La presidenta del comité, Nieves Calvillo, reconocía ayer que "hay que ser realista, la legislación y la forma de actuar del PP hace difícil hacer muchos cambios. Ella (la alcaldesa) ha decidido hacerlo con determinación, como ellos mismos dicen, y con la legislación nos lo ha puesto muy mal. Hay que hacer algo y desde luego lo intentaremos, habrá que tomar la calle, y el lunes tenemos una reunión todos los sindicatos. Hay mucho cabreo y habrá que hacer una movilización importante".
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