Emotiva despedida a un policía local de Jerez tras 39 años de servicio

El agente se jubila y recuerda momentos vividos durante su carrera: "He dado gracias a Dios a diario por tener el oficio que he tenido"

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Policías locales homenajean a José Luis Márquez en su último día de servicio en Jerez.
Policías locales homenajean a José Luis Márquez en su último día de servicio en Jerez. / Manuel Aranda

Fue su madre quien dio el primer paso para que José Luis Márquez González se convirtiera en Policía Local. El agente jerezano repasa sus 39 años de servicio tras vivir una emotiva despedida para disfrutar ahora de una merecida jubilación. "Terminar esta etapa ha sido muy emocionante y triste a la vez. Yo hubiera seguido y además en la calle, porque yo soy de calle, no de oficina", declara Márquez.

"Mi madre fue a ver las listas de reclutamiento para ver dónde me tocaba, pero me libré por excedente de cupo pero allí había un policía local y mi madre se acercó. Él le dijo que había plazas para policía y yo cada semana me iba al Ayuntamiento para ver cuándo salían esas plazas, hasta que entré", recuerda el agente.

José Luis Márquez posa con sus compañeros en la Comisaría de la Policía Local.
José Luis Márquez posa con sus compañeros en la Comisaría de la Policía Local. / Manuel Aranda

Márquez pone en valor el compañerismo del cuerpo, "porque allí al final somos todos una familia. Ya no es mi compañero, el que tengo al lado es mi hermano ya". "Lo que más me ha llenado es ayudar a la gente, ha sido mi devoción. Poder ayudar, no complicarle la vida al que tienes enfrente. Me quedo con ayudar a las personas mayores, esas que nos necesitaban porque se habían caído, por ejemplo, y después te querían invitar a un cafelito. Me quedo con las charlas a los jóvenes, que mis compañeros me decían '¡que llevas media hora hablando con ellos!', pero es que yo les aconsejaba y les decía lo perjudicial que eran algunas cosas de la calle. Me llevo los momentos con los niños, que cada vez que veía uno que se me quedaba mirando, le subía a la moto, le ponía el casco y animaba a sus padres a que le hiciera una foto... Son tantos recuerdos", relata.

En estos años ha sido testigo de la evolución de la Policía Local en la ciudad: pasando de la primera Comisaría junto a la Estación de Trenes, luego al Almendral y al final junto a la Universidad.

"Después de tantos años un policía se convierte un poco en psicólogo. A veces eras tú el que tenías que consolar a un familiar de una persona que había fallecido y estaba en el suelo. Yo siempre he tenido claro que he estado ahí para ayudar al ciudadano. Siempre llegaba con una sonrisa al trabajo. He dado gracias a Dios a diario por tener el oficio que he tenido", subraya Márquez.

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