Las altas de empleadas del hogar crecen casi un 50% con la nueva normativa
De 527 cotizantes que había en enero en Jerez se ha pasado a 776 · Desde la Mesa técnica del Empleo Doméstico dicen que queda "aún mucho por avanzar" · La crisis ha lastrado la regularización del servicio doméstico que se pretendía
Transcurridos siete meses desde la integración del Régimen Especial de Empleados de Hogar en el Régimen General de la Seguridad Social, una modificación con la que el Gobierno pretendía la regularización de uno de los sectores más anclados en la economía sumergida, los resultados no han sido todo lo satisfactorios que cabría esperar, en opinión de los colectivos que desde hace tiempo vienen defendiendo los derechos de estos trabajadores, mayoritariamente mujeres. Los últimos datos de la Seguridad Social dan una idea de lo que ha supuesto en la práctica la nueva normativa y hasta qué punto se han cubierto las expectativas de regularizar el servicio doméstico. A 31 de enero apenas había en Jerez 527 personas dadas de alta dentro del epígrafe 'hogar', una cifra que se ha incrementado hasta 776 afiliados a 29 de junio, en vísperas de que finalizase el plazo de seis meses establecido para la adaptación. El incremento en las altas es cercano al 50%, aunque buena parte de este aumento se produce en el mes de junio, cuando se pasa de 619 cotizantes a 776. Es decir, la mayor parte de los afectados esperaron al último mes del periodo transitorio para regularizar la situación.
No obstante, incluso para colectivos conocedores del sector como la Mesa Técnica del Empleo Doméstico, que se creo en la ciudad hace varios años auspiciada por el Centro de Inmigrantes (Ceain), es difícil cuantificar cuántas trabajadoras del servicio doméstico siguen estando en una situación irregular. "Cada colectivo maneja unos datos y es prácticamente imposible saber el número de personas que trabajan como empleadas del hogar", asegura Maribel Ripalda, responsable del área laboral de Ceain. Su opinión, sin embargo, es que a la aplicación de la nueva normativa le queda aún mucho por avanzar. "Se han dado los primeros pasos, ahora estamos gateando, y se está utilizando la crisis como excusa". Ripalda menciona casos que se están produciendo al amparo de la mala situación económica, como ofertas laborales a través de internet, en las que se requieren empleadas de hogar a las que sólo se ofrece casa y comida, sin ningún tipo de salario.
Esta asesora afirma que del revuelo que se originó a principios de año, cuando se aprobó el cambio de régimen para estas trabajadoras, con numerosas consultas tanto por parte de empleadores como de empleadas del hogar, se pasó a unos meses de relativa tranquilidad porque los afectados por la normativa han esperado hasta el último momento, el 1 de julio, para regularizar la relación laboral. "La gente ha pensado que tenían esos meses de plazo, aunque en realidad la obligación de dar de alta a la empleada del hogar entró en vigor el 1 de enero".
La entrada en vigor de la norma en los momentos más duros de la crisis y la complejidad de la tramitación, sobre todo, cuando se trata de una empleada con varios empleadores han sido factores que han influido en un nivel de normalización inferior al esperado, pese a que el Gobierno llegó a ofrecer bonificaciones en las cuotas a la Seguridad Social. Ni los empleadores ni las trabajadoras en muchos casos, a pesar de las ventajas que para ellas supone, parecen muy dispuestas a renunciar a una mínima parte de sus ya exiguos sueldos para pagar la Seguridad Social.
Después de siete meses, según Ripalda, la situación en estos momentos ha cambiado y las consultas que se atienden desde la Mesa Técnica del Empleo Doméstico proceden de empleadas del hogar que han sido dadas de alta en la Seguridad Social, pero a las que no se les respetan los derechos de las nuevas contrataciones, como por ejemplo el tema de las pagas extras, "que deben ser enteras y corresponderse al menos con el salario mínimo interprofesional, 641,40 euros. Muchos empleadores pretenden seguir pagándoles lo de antes, cuando la reforma laboral dice muy claro cómo tiene que ser ahora". También se plantean dudas sobre los descansos establecidos, que deben ser de 36 horas en el caso de las empleadas del hogar internas. "Nos encontramos con personas que sólo les quieren dar un día de descanso. Las trabajadoras nos vienen a preguntar porque tampoco se atreven a exigir nada que no esté reconocido y les estamos insistiendo mucho en todos esos aspectos, al igual que en cómo deben pagarles las horas extraordinarias, porque el empleador no está respetando la normativa".
La asesora laboral de Ceain admite que la crisis está repercutiendo en algunos casos en la aplicación de la normativa. "Es verdad que mucha gente no puede pagar, pero precisa de una persona que cuide por ejemplo a un familiar dependiente. Entonces te dicen que en vez de cotizar por ocho horas, lo hacen sólo por la mitad y negocian y pactan con la empleada del hogar unas condiciones distintas a las que recoge la reforma laboral". Según su experiencia, no es tanto que exista desconocimiento por parte de los empleadores sobre la nueva normativa, sino que "generalmente no pueden asumir el pago y miran para otro lado. Esa es la realidad".
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