El encanto de llenar el centro con un cóctel de actos inconexos

La 'Noche Azul y Blanca' confirmó en su segunda edición que la anarquía tiene su encanto. Y es curioso que la promueva precisamente un equipo de gobierno de signo conservador. Pero lo cierto es que llenar el centro de actividades sigue teniendo tirón, aunque muchas veces el viandante pueda sentir cómo le chirrían las neuronas cuando apenas unos minutos después de que pase por la Asunción la Virgen del Rosario (fuera de programa pero coincidente) aparezcan ocho 'Doraemons' de peluche tocados con el preceptivo 'gorrocóptero'. La 'Noche Azul y Blanca' es así y así seguirá siendo. No busquen hilos argumentales porque, sencillamente, no los hay. Es lo que suele suceder cuando se meten 70 actividades distintas entras las cinco de la tarde y las dos de la madrugada. Pero créanme, ahí radica gran parte de su encanto.

Vayamos por partes, por un día, la venta ambulante se legaliza en el centro y quien más, quien menos, aprovecha para mostrarse al gran público, como es el caso del empresario de lo esotérico César Varela, propietario junto a su esposa de la conocida tienda 'Herradura Mágica'. "Estamos aquí para, como quien dice, saludar a nuestros clientes y, de paso, mostrarnos a aquellos que no lo son. La calle Larga es un escaparate y atendemos al público, que viene en gran cantidad aunque con poco dinero, aunque esto último ya lo intuíamos". Pese a ello consiguió hacer algunas ventas "que siempre son bienvenidas".

¿Qué se podía encontrar ayer en la calle Larga? Pues de todo. Ese cóctel inmenso que es la 'Noche Azul y Blanca' acepta de todo, desde madroños de la Sierra a tenderetes donde se venden thermomixes, sin olvidar un puesto donde Cáritas Diocesana exponía su importante labor. Entre medias, una amplia exposición de cuadros, servicios de telefonía, parques de diversión infantil, conservas, alimentos ecológicos, ropa infantil, bisutería y hasta un Mercedes Benz de la clase A a la venta a cómodos plazos por una letra de 220 euros mensuales. En el Arenal, además, se instaló una miniferia del Libro. Lo dicho, hubo de todo un poco.

Entre los pintores estaba Miguel García Pérez, conocido en el gremio como 'Garper', que vende sus obras -realmente bonitas- a 45 euros si bien ayer "no ha habido mucha suerte. Hay mucha gente, pero poco dinero en los bolsillos", se lamentaba.

Si el éxito de una fiesta se mide por el tiempo que se tarda en recorrer una calle, no cabe la menor duda que la segunda edición de la 'La Noche' contó con el beneplácito de jerezanos y extranjeros -que también los había y hasta con rutas turísticas en sus lenguas- pues andar con Larga y Consistorio fue a veces tremendamente complicado.

Otro de los encantos de esta avalancha de actividades es que a las primeras de cambio salta la sorpresa. Es casi mejor darse el paseo sin programa porque la curiosidad te puede llevar a meterte en el Ayuntamiento para ver qué exponen -y encontrarte con los símbolos de la autoridad local, es decir las mazas y los clarines, además de con una colección de grabados del San Dionisio- o con grupos de 40 jerezanos siguiendo a un guía mientras éste les explica la simbología presente en ese corazón del Jerez administrativo que es desde hace siglos la plaza Plateros, la de la Asunción y el Ayuntamiento. Por cierto, que éste lució ayer en su fachada renacentista escudos jerezanos mientras el monumento a la Asunción de la Virgen que esculpiera Vasallo fue iluminado con haces de luces azules.

Cuando algo funciona quienes se encargan de transmitirlo son los camareros. Si les hacemos caso, la 'Noche Azul y Blanca' incrementó ayer su cliente entre un 20 y un 30% respecto a la afluencia habitual de un sábado. Atilano Pacheco, de La Moderna, no dudaba en señalar ayer que "las actividades se han notado, sobre todo por la tarde-noche, aunque esperamos que incluso mejore conforme se acerque la medianoche". Para Pacheco, copropietario junto a sus hermanos de uno de los bares de referencia del centro de Jerez, "La Noche' es una iniciativa muy buena pues consigue lo que todos queremos: que es en estos tiempos de penurrias sacar a a la gente de sus casas. Y lo hace con actividades gratuitas para todos los gustos y estilos repartidas por todo el centro de la ciudad".

Por su parte, desde la cervecería 'El Gorila', José Antonio Merlo destacaba a este medio que "la animación se ha notado desde por la mañana. Yo diría que la clientela habitual se ha incrementado aproximadamente un 20%". En el trasfondo, obviamente, la misma circunstancia que comentaban los ambulantes de calle Larga: "Mucha gente y poco dinero. Diría que el gasto medio ha estado hasta este momento (en torno a las 21 horas de la pasada noche) entre los dos euros y medio y los tres euros".

Todo lo dicho hasta esta línea se termina de aliñar con azafatos del 'Tío Mateo' (Real Tesoro) haciendo labores promocionales por el centro de la ciudad y, sobre todo, con las actuaciones que desde primera hora de la tarde llenaron la mayor parte de las plazas .