"Me gustaría cantar más solo, pero no por eso voy a renegar de cantar pa bailar”
Juañares Carrasco | Cantaor
El jerezano, que actuó el sábado en la peña Luis de la Pica, repasa su amplia trayectoria y anuncia que trabaja en su segundo disco en solitario, ”que será muy flamenco y de corte clásico”
En los últimos quince años, Juan Carrasco Soto ‘Juañares’ (Jerez, 1967) apenas ha pisado su tierra, cantando en solitario. Si las cuentas no me fallan han sido tres, dos en peñas y una en Bereber. Artista curtido y con un recorrido profesional envidiable, su flamenquísimo quejío se pudo escuchar ayer en la Peña Luis de la Pica, donde abrió el ciclo ‘Jazmines Blancos’.
–Tenía ganas de volver....
–Sí que tenía de cantar en mi tierra y reencontrarme con la gente que me quiere, con mi familia y muchos amigos. Hice un recital muy flamenco en una parte, y luego, me senté con mi hermano Curro e hice algunos temas míos.
–Cuando se viene a un sitio como Luis de la Pica, tan particular en su ambiente, ¿cómo se lo toma?
–Hombre, para mí es un sitio mágico, porque cuando vi que estaba mi gente y toda la gente de Jerez, me dio mucha alegría interior, y creo que dejé todo lo que tenía. A mí cantar en Jerez, me llena mucho.
–¿Se siente a veces extranjero en su tierra?
–Bueno, un poco sí, y si te digo la verdad, antes me dolía muchísimo que nadie en Jerez se acordara de mí para cantar aquí, pero ya no, ya me lo tomo con filosofía. También porque entiendo que llevo mucho tiempo fuera, realmente llevo viviendo ya más tiempo en Madrid que en Jerez, y bueno, eso influye.
–Donde sí ha venido, ha sido al Festival, pero casi siempre cantando con compañías...
–Sí, en solitario sólo he estado en el Festival una vez, y fue en la Sala Paúl y no haciendo flamenco, era algo de fusión. Luego, sí es verdad que con bailaores y bailaoras he venido mucho en estos 28 años de vida que tiene.
–Dicen los que saben de esto que ‘pa bailar, Juañares’....
–(Risas) Bueno, eso está feo que yo lo diga, pero sí es cierto que llevo mucho tiempo y sé de que va la cosa. Sólo con levantar el párpado y mirar al bailaor o la bailaora, ya sé cómo va ir la cosa. Canto casi con los ojos cerrados.
–Hay algunos artistas que cuando llega una edad, sienten la necesidad de cantar delante. ¿A usted le pasa?
–Sí, es algo que me pasa ya muchas veces por la cabeza. Sinceramente, me gustaría empezar a dar un paso adelante y cantar en solitario, algo parecido a lo que hicieron otros como Chano Lobato, que pasó mucho tiempo cantando atrás y luego se afincó delante, mi primo Vicente Soto o el propio José Mercé. De todos modos, no me obsesiono, soy una persona que disfruta cantando pa bailar. Vamos, que yo no soy de esos que se van a negar a cantar atrás, lo llevo en el ADN.
El baile actual
"En el baile, ahora hay mucho karate-kid, pero también hay algunos que da gloria verlos bailar”
–O sea que usted no es de los que dicen que cantar para el baile es minusvalorar a un cantaor...
–Claro que no. Es más, hay muchos que no saben cantar para el baile, que a veces te enseña tus carencias. Cantarle al baile es igual de bonito que cantar solo delante, y encima del escenario se ve perfectamente si el cantaor está cantando con ganas o no.
–¿Qué le ha dado a usted el baile?
–Me ha dado todo, date cuenta que empecé cantando pa bailar y cuando vieron que tenía el aire de aquí, me llamaban todos. Recuerdo que mi primer gran paso lo hice en Mérida cantándole al Grilo. Allí estaba Cristóbal Reyes, el tío de Joaquín Cortés, y después de terminar, me dijo que su sobrino quería llevarme a Madrid. Y a partir de ahí, llegó todo lo demás. Yo siempre me he encontrado cómodo cantando pa bailar, porque me movía en un sitio que era flamenco y si tenías que cantar a alguien por seguiriya, lo hacía como si estuviera sentado en una silla. He tenido la suerte de trabajar con bailaores y bailaores a los que les gustaba escuchar el cante.
–Ha hablado de Joaquín Cortés, con el que trabajó mucho, pero es que usted ha cantado a artistas de Champions League...
–He tenido la suerte de trabajar con Güito, Manolete, Manuela Carrasco, Joaquín Grilo, Antonio Canales, Sara Baras, Joaquín Cortes...y he dado la vuelta al mundo cuatro veces. Y luego, en mi casa he escuchado cante de primera, porque de chiquitillo me metía debajo de la mesa para escuchar a mi tío Fernando Terremoto, a Camarón, a la Bolola, a El Lebrijano...Como mi padre era muy aficionado, iba con él a todos sitios. A mi casa venía Fernando de la Morena, el viejo Parrilla...no veas cómo eran las Nochebuenas. Eso lo he vivido y se te queda.
–Usted se marchó muy joven a Madrid, ¿qué encontró allí?
–Encontré la última época del Madrid bueno. Es cierto que ya no estaban muchos de los grandes, pero sí se vivía ese ambiente por la noche en el que los artistas se iban a escuchar unos a otros a los tablaos, o terminabas en la Venta El Gato, donde también trabajé con Enrique Pantoja y el tío Diego Pantoja, que en paz descanse. Yo llegué a Madrid con 19 años y fue Cristóbal Reyes quien me buscó el primer trabajo, cantar en el tablao Zambra, a mí y a Joaquín Grilo. Y de allí poco a poco fui abriéndome hueco. Pero lo bueno de todo es que yo disfrutaba de lo que hacía.
–¿Y cómo es Madrid ahora?
–Muy diferente, con decirte que yo no salgo. Cuando termino de trabajar, me voy pa mi casa, a no ser que sea algo en una peña cerrada, pero eso pasa poco. Tan sólo cuando ha venido alguien de Jerez, como cuando vino hace unos años Fernando de la Morena a cantar a Casa Patas y me tiré con él toda la noche. Lo que hay ahora, no me gusta.
–Al margen de ese paso que quiere dar para cantar delante, ¿qué le motiva más en su profesión ahora mismo?
–Me motiva componer. He compuesto toda mi vida, y he hecho temas a muchos artistas, a Lole, al Potito, a Lolita Flores... Luego, también, me apetece mucho cantar flamenco, meterme en cantes que se hacen poco en recitales como el polo, la caña, las serranas. De eso me estoy preocupando más ahora.
–Ha dicho antes lo de componer, pero a veces, o eso me dicen algunos artistas que componen, en este país no se respeta la figura del compositor...
–La verdad es que sí. Mira, precisamente hace poco me llamaron para decirme que una canción mía, la había hecho otro artista cambiándole la letra pero con la música exactamente igual. Eso sí me da coraje, sobre todo viniendo de gente joven. Yo intenté hablar con él, pero viendo que no me atendía, informé a la SGAE y como está registrada, ya ellos, que tienen de todo, se encargan. Ahora lo que estoy haciendo es recopilar todas las letras que tenía sueltas, y registrándolas.
–¿Viene mucho a Jerez?
–Suelo venir tres o cuatro veces al año, en Navidad, en verano, que es cuando más vengo, y algunas veces sueltas para ver a mi madre, mumá Curra. Cuando vengo salgo poco, aprovecho el tiempo para estar con mis hermanos y mi madre.
–Nació en Santiago y ha vivido el barrio. ¿Qué opina de cómo está?
–Sí, yo nací en el número 21 de la calle Merced, y la verdad es que me da mucha lástima ver cómo está. No entiendo cómo se ha llegado a esto. Algo deberían hacer, porque si te digo la verdad, si eso estuviera bien, yo cuando me tenga que vivir a Jerez, intentaría comprarme una casa en el barrio. Pero tal y como está...
Usted que lleva mucho tiempo en esto, ¿ha perdido el flamenco algunas cosas que había conseguido antaño?
–Bueno, a nivel económico hemos perdido mucho, estamos a años luz de lo que se cobraba antes. Mira, cuando yo empecé con Joaquín Cortés, que sería a finales de los ochenta, ganaba cuatro veces más que ahora. Con decirte que en algunas giras, ganaba sacos de dinero. Artísticamente, ya no tenemos a gente como Terremoto, pero bueno, hay cantera y niños que se preocupan por mejorar. No hay muchos, pero lo hay y eso es positivo. Hay cantera, está el niño de Rancapino, está Manuel de la Nina, mi sobrino Enrique (Remache)...
–Ha hablado del cante, ¿y en el baile?
–En el baile, antes se bailaba de una manera y ahora se baila de otra. Ahora hay mucho karate kid, pero también hay algunos que se paran y da gloria verlos bailar. En la viña del señor entra todo el mundo. También es cierto que hay bailaores que sé que bailan de maravilla pero que tienen que adaptar sus creaciones a lo que se hace ahora, si no, no comes. Yo a algunos de esos los he visto de fiesta y no veas cómo bailaba.
–Usted, ¿por quién pagaría dinero para verlo bailar?
–Yo pagaría por ver a Antonio Canales, a mi loco, pero para verlo, como yo lo he visto, paraíto. Cuando quiere, le salen mariposas. También pagaría por ver a algunos que no he visto en directo como Paco Laberinto, El Güiza, Carmen Amaya, Antonio El Bailarín...De Antonio he visto un vídeo, cantándole el Serna una caña...Qué maravilla.
–Este año se cumplen 20 años de su primer y único disco en solitario, ¿no se ha planteado grabar más?
–Sí, curiosamente ahora estoy preparando uno y quiero que sea de flamenco más clásico porque el primero, además, era flamenco-pop. Ya tengo hecho el primer single, que son unas bulerías que dedico a mumá Curra y ya después quiero grabar caña, polo, una farruca...todos cantes tradicionales.
–Su hijo Juañarito, ¿cómo va?
–Sí, la verdad es que va por buencamino. Tiene una voz muy poderosa, yo le digo que tiene un diamante. La gente me pregunta de dónde le sale la voz, y le digo que su madre, imagínate cómo canta Chelo (Pantoja) y de la mía (risas). A ver si alguien se acuerda de él y lo trae a Jerez, tanto a él como a su madre Chelo, que hace mil años que no canta en su tierra.
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