Zambombas
Jerez, destino de moda para el puente de diciembre

"El 23-F casi todos se esfumaron"

"¿Un mal recuerdo? Pacheco construyó su liderazgo a base de cortar muchas cabezas"

Gutiérrez Blasco, días atrás en su domicilio, en un momento de la entrevista.
Juan P. Simó Jerez

02 de noviembre 2014 - 01:00

Casi al término de la primera legislatura municipal, en 1982, se produce un hecho inesperado: Los concejales comunistas Blanca Alcántara Reviso, Juan García Gutiérrez y un cura obrero natural de Écija curtido en la movilización de la calle, Julián Gutiérrez Blasco, formalizan su baja y su ingreso en el partido de Felipe González. Entretanto, más o menos, esto es lo que ocurría entre las paredes de la Casa Consistorial, entonces en el antiguo hotel de Madre de Dios en tanto se rehabilitaba el viejo Consistorio.

-¿Qué le llevó a la política?

- Bueno, yo recurro siempre al relato de la herencia de un huerto familiar, porque allí descubrí desde chico la lucha de clases. Eso me influyó muchísimo. Pero descubrí que como solo con la voluntad no era posible, tenía que entrar en la política. Y en el PCE, junto a Fernando Martín-Mora, Blanca Alcántara y otros conseguimos la mayoría en su ejecutiva. Entonces era difícil, porque aquí había mucho prorrusos, entre ellos mi amigo Pepe Pérez y Pérez. Llegado un momento, lo dejé.

-Eloy López Cerdeño hablaba de discrepancias...

- Es que desde el otro lado del partido, nos machacaban. Es que la tradición en Jerez es insoportable. Y los que nada más habían visto Alemania o Rusia… Es lo que ha salido ahora contra Joaquín del Valle. En fin, aquí lo que pasaba es que no se quería aceptar el eurocomunismo que proclamaba Carrillo. Como el eurocomunismo no fue posible, a Carrillo le irán quitando de en medio. Algo parecido me pasó a mí. Sentí que ya no me querían. Sobraba allí.

-Entra en el PSOE y, ¿con qué se encuentra?

- Me encuentro con el célebre cambio de Felipe González y eso fue algo importante para todo el mundo. Ahora se plantea lo de un cambio, pero en aquel momento era el ambiente y creo que todos lo exigíamos más y más… Hombre, yo no me encuentro en el PSOE lo que esperaba encontrarme. Había estado de portavoz en el PCE. Eso fue clave, porque si se hubiera respetado el número de votos, teníamos uno más que el PSOE, posiblemente el alcalde hubiera sido comunista. Pero al final decidieron apoyar a Pacheco.

-Llega a secretario general...

- Era 1982 y durante tres años fui secretario general. Nadie quería ese cargo. En el fondo, es que toda la provincia temía a Jerez. Es la ciudad con más poder económico, no hay duda. Si Jerez tiene una solución económica, la provincia también la tendrá. Creo que no se daban cuenta. Me quitan del cargo de un plumazo los 'siete jinetes del Apocalipsis', Antonio Fernández, Luis Pizarro, González Cabaña y otros. El poder de esta gente fue total durante veinte años en la provincia. Pero entonces no había proyecto de Jerez ni de la provincia. Y pasó lo que pasó. Que gran parte de las cosas que se hicieron en Andalucía venían siempre del grupo de Cádiz para lo bueno y para lo malo. Y mientras eso ocurría, en Jerez no se movía un papel. Menos mal que empieza a aparecer otra gente, una brisa de aire necesaria, entre ellos Pilar Sánchez, que hace un partido en la calle, que crea una interconexión con la gente… y sale Pilar y sus dos primeros años son magníficos, con un estilo distinto…Y saca mayoría absoluta...

-Fíjese la caída...

- Es que eso ha sido un gran error.

-Y de Pedro, ¿qué me dice?

-Conviví con Pedro Pacheco tres años, y me di cuenta que era un enamorado de lo que estaba haciendo y se partió el tío el pecho por descubrir que era el Urbanismo, le pirraba, iba a documentarse… Para mí, era un hombre honesto, partiéndose la boca por todo el pueblo… Como Pilar.

-¿Qué les ha pasado?

-Pues que... ¡se convirtieron ambos al catolicismo!, ¡no al cristianismo!

-¿Qué recuerdos guarda de aquellos tiempos?

-La riada de La Asunción, por ejemplo, que fue algo que nos impactó. Tuvimos que buscar medios todos los concejales como fieras… ¿Qué más? Cuando fue el golpe de Estado, ocurrió algo muy singular, porque casi todos los concejales se esfumaron, desaparecieron, se quitaron de en medio. Bueno, recuerdo que estaba Perico, Mariano León y algunos más. … Hasta alguien propuso la locura de hacer una manifestación en las calles. También he visto cosas muy malas: En Jerez, Pedro Pacheco construyó su liderazgo a base de cortarle la cabeza a casi todo lo que se movía, ya fueran asociaciones, peñas, hermandades… ¡todo, absolutamente todo!

-¿Cómo fue usted señalado por ayudar al empresario que proyectaba la fábrica de chocolate 'La Cartuja'?

-Porque yo me hice su amigo y, por todos los medios, traté de que él consiguiera traer a Jerez la fábrica de chocolate.

-Pero...

-Es que lo más grande es que nunca se hizo. Nunca ¿A cuenta de qué acusar...? No se hizo, entre otras cosas, porque al final no le pusieron las cosas que había que ponerle.

- ¿?... Aquello tuvo su coste político, ¿no?

-Pues no lo sé. Puede que hubieran algunos que hablaran mal de mí...

-Claro, la gente habla...

-Mire usted, no sé, pero yo vivo como una persona normal, no creo yo que gracias al chocolate 'La Cartuja'... No tengo más que lo que ve. Tengo mi casa, que está aún por pagar, mi mujer trabaja de asesora fiscal...

-¿Qué cree que le falta a Jerez?

-Le falta un partido político en el poder con dos dedos de frente. Yo pienso siempre que Jerez tiene muchas posibilidades para que se hagan cosas, pero a veces se lo cargan todo. Un ejemplo: Yo tengo una especial sensibilidad por un tema que es el de las viñas del marco y que ya la Junta le ha dado un portazo al PP. Eso es una lástima.

-¿Anda preocupado por lo que está ocurriendo?

-Yo estoy más inquieto que nunca. A veces, creo que lo que se construyó durante mucho tiempo, llámese conciencia de solidaridad, o eso de entregarse a los demás, pues estoy viendo que se está yendo por el sumidero y eso me duele, porque eso no se construye en dos días. Eso es una generación o dos, y a mí eso me preocupa. Que se quiera hoy hacer todo con la política es un auténtico disparate... Si es que el ochenta por ciento de una sociedad son sus valores... la vida social de la gente, no la vida política.

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