Otros espacios: Consagraciones y jóvenes con mucho futuro
Si ha habido un crecimiento notable en esta XVIII edición del Festival ese ha sido el de los artistas de los escenarios secundarios, donde hemos visto propuestas de gran nivel y que con un poco más de desarrollo bien podrían haber cabido perfectamente en otro enclave como Villamarta.
La evolución se ha notado en la Sala Compañía, espacio dedicado sobre todo al baile con representantes locales y de fuera. En comparación con ediciones anteriores la mejora ha sido considerable. Aquí hemos visto el despertar como artista de Alberto Sellés con 'Las campanas del olvido', hemos visto el paso adelante de la jerezana Carmen Herrera que desde la tradición y la pureza mostró todo su sentir flamenco rodeándose de un atrás de auténtico lujo como Luis Moneo, Alfonso y José Mijita. Además, asistimos a la puesta de largo de una Sara Calero que dará que hablar en el futuro, pues condiciones y descaro no le faltan.
El apartado cantaor también ha sido destacable en el resto de espacios sobresaliendo por encima del resto David Lagos, cuya madurez artística ha quedado sellada con 'Made in Jerez', un completísimo espectáculo en el que presentó su último disco y para el que agotó el papel en las dos funciones programadas.
En Villavicencio, otro escenario habitual dedicado al cante, se han dado citas numeroso artistas de calado como Juan Villar y Felipe Scapachini, y otros jóvenes como el caso de Ana de los Reyes, Felipa la del Moreno y El Londro. Es cierto que en este caso se echa en falta algo más de calidad entre los artistas, a los que los nervios le jugaron muchas veces malas pasadas. Está bien dar oportunidades a artistas incipientes pero no por eso hay que ignorar que hay muy buenos intérpretes que podrían disfrutar y hacer disfrutar en cantidad.
Sala Paúl sigue siendo un espacio multiusos donde hay hueco para baile, cante, guitarra y otro tipo de propuestas innovadoras, pero sin embargo sigue sin cuajar por aquello de su frialdad. Por allí dio toda una lección Antonio Rey que presentó 'Camino al alma' con la colaboración del cantaor Jesús Méndez, vimos a una Tremendita valiente y atrevida en sus propuestas y cerramos con un Capullo de Jerez de lo más rockero.
Otra de las actividades que este año han prosperado han sido las organizadas por las peñas flamencas, donde la recuperación de la peña de guardia ha sido un acierto. En la Bulería la formó Gema Moneo, con Farruquito como artista de excepción; la Peña los Cernícalos recuperó del olvido al cantaor Salmonete; y Tío José de Paula cerraba el Festival con el buen baile de Fernando Jiménez.
También te puede interesar
Lo último
Encuentro de la Fundación Cajasol
Las Jornadas Cervantinas acercan el lado más desconocido de Cervantes en Castro del Río (Córdoba)