Las tres etapas de Cirjesa
El circuito de velocidad es un equipamiento que le ha dado a la ciudad una enorme proyección internacional y un impacto económico indudable. Sin embargo, para el Ayuntamiento ha sido y es una losa pues lo gestiona 'a pulmón', con sus propios recursos y sin ayudas externas, convirtiéndose en un rara avis en el mundo de los trazados pues, a día de hoy, no existe instalación de esta categoría que esté gestionada por un ayuntamiento -en España, los grandes están controlados por las comunidades autónomas-. Sin embargo, Cirjesa, en sus más de tres décadas de vida, no ha logrado dar con la fórmula que le haya permitido lograr un resultado de explotación positivo. Las pérdidas han sido continuas llegando hasta unos niveles que en 2011 se vio obligada a refugiarse en la Ley Concursal para evitar su disolución.
Su historia puede dividirse en tres etapas. En la primera década de vida del trazado, Cirjesa explotó unas instalaciones que lograron hacerse un hueco en los calendarios de las grandes pruebas del motor (el mundial de motos y hasta la Fórmula Uno). Sin embargo, en 1996 se dio entrada al equipo de Carmelo Ezpeleta en la gestión del trazado, que tiempo después se convertiría en el máximo responsable del circo de las dos ruedas. Así apareció en escena Gestión Circuito de Jerez SL, que se hizo cargo del circuito hasta 2011. El entonces alcalde, Pedro Pacheco, defendió el acuerdo alegando que sirvió para que el trazado jerezano se mantuviera en la primera línea. Sin embargo, la oposición denunció que eran unos contratos leoninos donde Cirjesa pagaba todo -por entonces afrontaba sola el canon del Mundial-.
Ni siquiera, la entrada de la Junta en el accionariado de Cirjesa a finales de la pasada década sirvió para revertir sus números rojos. Eso sí, el organismo autonómico nunca ha terminado de implicarse limitándose a hacerse cargo de buena parte del pago de la prueba motera, que no es baladí.
A mediados de 2012, Cirjesa volvió a explotar directamente el circuito pero siguió sin encontrar la manera de cerrar en positivo sus resultados de explotación. El anterior ejecutivo del PP vio entonces en la Capitalidad Mundial del Motor esa herramienta para generar ingresos extras pero el actual gobierno no ha terminado de respaldar el proyecto.
A ello se une la complicada situación societaria que atraviesa actualmente Cirjesa que ni siquiera ha podido aprobar sus cuentas porque tiene que resolver cómo el Ayuntamiento amplía su participación accionarial para compensar que haya asumido la deuda histórica del trazado.
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