Larga vida al Brandy de Jerez
Evolución de las ventas
El Brandy de Jerez cierra 2018 con un repunte del 0,7% de ventas y pone fin a más de una década de caída de su consumo
El Consejo Regulador ve motivos de esperanza y destaca la apuesta renovada por el destilado jerezano de las bodegas
‘Lo que no te mata, te hace más fuerte’ –dicho popular–. El Brandy de Jerez empieza a dar síntomas de recuperación tras un largo periodo de abstinencia o de crisis sobre crisis, del que sale con ilusiones renovadas y ganas de volver a hacer ruido. El destilado jerezano se mueve otra vez tras poner fin a más de una década de caída del consumo plagada de momentos críticos, como la salida de la Denominación de Origen de las principales marcas de la categoría ‘Solera’, el cambio de hábitos de consumo, el brutal incremento de costes e impuestos que salpica a todo el sector de bebidas espirituosas o la crisis económica global.
El sector tiene la sensación de que lo peor ha pasado ya. La tormenta amaina y desde el Consejo Regulador vaticinan nuevos tiempos para el Brandy de Jerez, que tras el severo ajuste de los últimos doce años en los que se ha dejado un 75% de las ventas –el impacto en las bodegas es mucho menor, ya que siguen comercializando las marcas de ‘Solera’ que dejaron de ser brandy como bebidas espirituosas a secas–, aún mantiene un volumen de cerca de diez millones de litros para volver a empezar.
El nuevo escenario tiene por base los 9,2 millones de litros en los que se movió el Brandy de Jerez en los dos últimos años, el bienio 2017-2018 que se salda con una variación al alza en el último ejercicio del 0,7%.
Las exportaciones representan el grueso de las ventas con seis millones de litros en el último año frente a los 3,2 millones de las salidas al mercado nacional. Sin embargo, España cierra 2018 con un repunte del 7,3%, mientras que la comercialización al exterior cede un 3,5%.
Curiosamente, las exportaciones pierden fuelle por el derrumbe de las ventas de los brandies ‘Solera’, que se dejan cerca del 12%, no así las categorías superiores, ‘Reserva’ y ‘Gran Reserva’, que suben por encima del 8% en los doce últimos meses. Las salidas totales de Brandy de Jerez ‘Reserva’ suman ya 3,8 millones de litros, a un paso ya de alcanzar al ‘Solera’, que se mantiene al frente con 3,9 millones de litros. El ‘Gran Reserva’, por su parte, supera al cierre de 2018 los 1,5 millones de litros.
Hay mucho que analizar en la evolución de las ventas de los últimos años. Más allá de la descomunal caída de ventas –en 2008 las salidas de bodegas superaron los 45 millones de litros y 65 millones de botellas–, en el volumen actual de algo más de nueve millones de litros tienen mayor presencia las categorías ‘Reserva’ y ‘Gran Reserva’, las que mayores ingresos generan para las bodegas.
Según datos del Ministerio de Agricultura, el Brandy de Jerez facturó 154 millones de euros en 2011 con un volumen de ventas de algo más de 25 millones de litros, lo que se traduce en un precio medio de 6 euros/litro. Seis años después, en 2017, con un volumen de salidas un 65% inferior –9,2 millones de litros– y con un 44% menos de ingresos –69,2 millones de euros–, el precio medio se incrementó un 25%, hasta alcanzar 7,5 euros/litro.
En la última década, hay dos ciclos claramente diferenciados: el de la salida de la Denominación de Origen de referencias históricas de la categoría ‘Solera’ que comenzó en 2009 con Veterano (Osborne) y Soberano (González Byass), y se prolonga hasta 2011-12 con el abandono de otras muchas marcas, por lo que coincide con lo más duro de la crisis económica; y los últimos seis años, de descenso mucho más moderado hasta la estabilización actual de las ventas.
El trienio 2008-10, en plena sangría de los brandies ‘Solera’, se saldó con la pérdida de más de un tercio de las ventas totales del destilado jerezano, que pasó de 45,2 a 28,7 millones de litros. El impacto para la Denominación de Origen, como ya se ha reseñado con anterioridad, fue demoledor, no así para las bodegas, que en sus resultados seguían reflejando las ventas de sus antiguos brandies.
La situación crítica, y que coincidió en plena crisis económica, se prolongó hasta 2013, año en el que las salidas del espirituoso jerezano bajaron de 14 millones tras una caída de más del 50% desde 2010 y de cerca del 70% en el acumulado desde 2008.
A partir de ese momento, la situación se moderó y ya en el primer año (2014), las ventas cayeron por debajo del 3%, mientras que en el acumulado hasta la fecha, el descenso se sitúa en el entorno del 30%. En este contexto, el leve repunte del 0,7% registrado el año pasado da esperanzas al sector, que sale vivo de la crisis y con ganas de marcha.
El nuevo escenario tiene sus riesgos, pero como dice un proverbio budista, ‘El dolor y el sufrimiento son nuestros maestros’. Y el Brandy de Jerez no está solo en el intento, pues a la apuesta renovada de las bodegas del Marco por el destilado jerezano se une la alianza del sector de las bebidas espirituosas españolas, que a través de la federación del ramo (FEBE) preparan una campaña con el whisky, la ginebra, el ron y el brandy como abanderados para refrescar su imagen y acabar con los prejuicios y tópicos que lastran su consumo.
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