"No es fácil llevar casi dos meses de confinamiento"
Jorge Vega | Policía Local
Jorge Vega cumplirá el próximo mes de diciembre tres décadas en el cuerpo de la Policía Local de Jerez. A sus 53 años y eese a su experiencia reconoce que esta situación “ha sido difícil, sobre todo por el desconocimiento que teníamos ante ella”, advierte. Por eso “hemos tenido que ir adaptándonos sobre la marcha, hemos ido aprendiendo conforme pasaban los días”, si bien recalca que “desde la jefatura hemos coordinados sobre todo en las medidas de seguridad, y eso también ayuda”.
Después de casi dos meses de confinamiento, este policía local, que siempre ha combinado su profesión con el deporte, no en vano llegó a jugar en Tercera División, no esconde que una de las cosas que ha percibido con esta crisis “es que la gente nos quiere, nos respeta. Eso es algo con lo que nos hemos ido encontrando, y cada día recibimos su calor, y eso es muy bonito. Saben perfectamente que estamos en la batalla, en primera línea, y de alguna manera es su forma de agradecérnoslo”.
Consciente de que llevamos casi dos meses de estado de alarma, este funcionario de la Policía Local elogia “el esfuerzo que está haciendo la gente, llevar tanto tiempo en casa no es fácil, y más aún a todas esas familias con niños, que necesitan actividad”. En términos globales pone “un sobresaliente a casi todos, porque han sabido acatar las normas y respetar lo que se decía”, si bien, “existen excepciones que confirman la regla, pero eso ha pasado siempre”.
Quizás ese confinamiento ha sido el que ha desembocado en muchas situaciones embarazosas “porque la convivencia durante tantos días es difícil y bueno, hay momentos en los que afloran los nervios y ya se sabe”, explica. Aún así, en su día a día “hay de todo, desde personas mayores que necesitan tu ayuda hasta esas excepciones, de las que hablaba antes, que se saltan el confinamiento, pero en general, la gente ha estado muy correcta”.
Difícil ha sido también convivir con un posible contagio. “Eso lo sabíamos desde el principio y por eso he intentado mantener todas las medidas de seguridad posibles, aunque a veces, al estar en plena calle y en primera línea, no es fácil”. Lo peor ha sido “no estar con mi madre a la que sólo he podido ver desde lejos porque son personas propensas al contagio, igual que mis suegros, con los que no he tenido contacto”.
Aún así siempre existe un riesgo, que no obstante “he intentado evitar. Yo por lo menos cada vez que llego a casa desinfecto todo, hasta los zapatos, y antes de entrar dejo toda la ropa, es la única manera de poder estando al pie del cañón”, concluye.
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