Un fallo informático paraliza el reconocimiento de conductores
Las constantes caídas del servidor de la DGT frenan la actividad de los centros médicos
Los fallos informáticos de la Dirección General de Tráfico y sus jefaturas están provocando serios perjuicios a los centros médicos que están encargados de determinar si una persona es apta o no para conducir un vehículo a motor.
El doctor José Rodríguez Carrión (Instituto Médico Carrión) destaca a este medio que los problemas han sido constantes y no terminan de solucionarse. Ayer mismo destacaba a este medio que "el lunes y el viernes hemos tenido de nuevo fallos de conexión con el servidor". Los perjuicios son lógicos. El cliente, una vez superadas las pruebas, debería llevarse (como ha sido habitual) un certificado provisional, pero dichos fallos lo impiden "lo que provoca que o bien el cliente tenga que volver al centro o que nosotros se lo tengamos que llevar en mano cuando estén disponibles".
Esta escasa fiabilidad de los sistemas informáticos de Tráfico también se han dado en el centro de reconocimiento 'San Agustín'. Allí, la psicóloga Mercedes Lobatón reconoce que los fallos han sido constantes, causando serios problemas a los centros desde hace semanas, si bien reconoció hace apenas unos días que la situación parecía haberse normalizado. Nada más lejos de la realidad, pues a lo largo de esta semana han vuelto a padecerse. "Y es que unos días el sistema funciona y otros no", asegura. "Tráfico no acaba de arreglarlo", lamenta.
Los centros de reconocimiento médico y psicológico son mediadores que ayudan a la Administración a verificar si una persona es capaz de realizar la función para la que pide el correspondiente permiso (de conducir o de armas).
La llegada de la tecnología suprimió el uso del papel e impuso la vía telemática. El cliente llega, pasa las pruebas y debe llevarse el permiso provisional mientras espera que el definitivo le llegue a su domicilio vía correo, lo que suele tardar de media unos 20 días. Pero por el contrario el cliente debe irse de vacío por los referidos fallos. "Ha habido clientes que cuando han visto los problemas se han dado media vuelta, lo que lógicamente nos causa un detrimento", aseguró a este medio Mercedes Lobatón.
"La verdad -aseguró a este medio- es que llegamos a pasar vergüenza por estos motivos. Trabajamos en pleno centro de Jerez, en la calle San Agustín, y tuvimos el caso de una funcionaria municipal que tras numerosas idas y venidas en busca del provisional llegó a tomárselo hasta con sentido del humor. Pero claro, eso no le pasa a todo el mundo y hay quien se enfada".
"Todos estos fallos generan pérdidas y un estrés difícil de soportar porque nadie puede estar todo el día dando explicaciones... Y conste que se lo dice una psicóloga", concluye.
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