Al final merece la pena tanto esfuerzo
Cuando se atraviesa un periodo de desaliento en la práctica docente o un asomo de deseperanza ante la incertidumbre del futuro o se cuestiona uno si realmente merece la pena el esfuerzo por tratar de enseñar o de intentar aprender, aparecen circunstancias que nos demuestran que todo este proceso tiene mucho sentido.
Hace unos días tuve la suerte de poder acudir a la presentación en Jerez del corto 'Hoy quiero confesar', una divertida creación de Manuel Aguilar Luque, un jerezano que está encontrando, a partir de una experiencia en San Sebastián, su sitio en su gran pasión, el cine, algo que compartimos de alguna manera cuando era alumno mío en el instituto 'Coloma' hace ya bastantes años (en el BUP yo impartía una clase de 'Imagen/Vídeo', las entonces incipientes 'nuevas tecnologías').
Conseguí convencerle para que viniera a mi actual clase ('Cultura Audiovisual' del 1º de bachillerato de Artes Plásticas, Diseño e Imagen en la Escuela de Arte) y presentara allí su trabajo. Resulta altamente gratificante ver cómo alguien en quien vislumbras una inquietud y compartes proyectos iniciales, logra remontar las situaciones de desasosiego y se ilusiona continuamente con las posibilidades que ofrece el mundo de la comunicación audiovisual, algo que contribuye de manera extraordinaria a motivar a quienes empiezan y demuestra que merece la pena empeñarse en formarse, cultivarse y transmitir esas emociones y rigurosidad en el trabajo que propicia la escasez de medios pero que hace que las realidades se constaten y compartan.
Gracias Mane por hacernos pensar que tiene sentido nuestra profesión y por ilusionar desde el respeto a quienes ocupan ahora los pupitres y analizan de manera crítica la creatividad de algunos y la falta de criterios de otros. Todos los premios que ahora cosechas son el fruto de una imaginación inquieta y de un saber conectar con los demás con un talante discreto y divertido.
Te seguiremos viendo.
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