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Mikel Lejarza
Toulouse
Reserva Flamenca
Veinte años después de estrenarse en el estudio con aquel ‘Luminaria’, Juan Diego Mateos lanzará el próximo viernes 24 de noviembre su cuarto disco. El trabajo es el resultado de la grabación realizada en directo en septiembre de 2022 y llega producido por Knobloch Strings.
–¿Qué tiene de distinto este nuevo disco?
–Bueno, la peculiaridad que tiene este disco es que está grabado en directo con público, los demás están hechos en el estudio. En él encontramos algunos temas de discos anteriores, pero que me apetecía hacerlos en directo. Bueno, también es diferente porque no lleva ningún instrumento que acompañe a la guitarra, sólo guitarra pura y dura.
–¿Cambia mucho el proceso cuando se graba en directo?
–Sí que cambia. No me la jugué a una carta, porque hice cinco conciertos en la Sala La Quemá con la idea de elegir el mejor, pero de alguna forma, era algo diferente. En el estudio, por contra, tienes la ventaja de que puedes arreglar las cosas, es decir, si fallas el penalti, lo tiras otra vez y otra vez hasta que lo marcas (risas). Aquí ya no, aunque como digo, esa carta de tener varias grabaciones, me daba ventaja.
–¿Y por qué un disco en directo?
–Me inspiró un vídeo que me mandaron los de Knobloch, de Roberto Aussel, una leyenda de la guitarra clásica, y que ha sido el director musical de este disco. Me mandó un vídeo para promocionar las cuerdas Knobloch, en el que tocaba en directo, y me convenció, me di cuenta que había más verdad. Porque al fin y al cabo, en el estudio siempre se hace trampa, te falta el condicionante que es el oyente y dadle feed-back al artista.
–¿Influye a la hora de prepararse?
–Claro, de hecho, me pegué como cinco o seis meses como un monje tibetano, saliendo por la mañana a andar y a hacer deporte, y a partir de ahí, haciendo los temas muy despacio, analizando cada uno para elegir qué quería expresar. Como te la juegas, tienes que llevarlo mucho más trabajado, y eso implica un esfuerzo importante. Vamos que si ahora me proponen otro, me lo pensaría... (risas). Además, en el estudio grabas un tema por día, pero en directo vas a grabar todos los temas.
–¿Cuántos temas componen este trabajo?
–En realidad son 14 temas, lo que pasa es que tres de ellos los he metido en uno mismo.
–De todos modos, tocar en directo ante un público es una sensación distinta...
–Por supuesto, ese calentito que te va a dar el público es fundamental. En principio, iban a ser seis grabaciones, alternándolas una con público y otra sin público, pero al final decidí hacer menos. Y fíjate que ha sido el último el que salió mejor, quizás porque ya llevaba acumulado unos cuantos conciertos, y porque ya te sabes todas las curvas del circuito y no tienes tanta tensión.
–Con este disco acaba usted una trilogía...
–Eso es. ‘Luminaria’ fue mi primer disco como solista, y luego he hecho ‘Respira’, ‘Bedallama’ y ahora éste, que está unido a los dos anteriores, estos tres últimos forman la trilogía. Mi idea era mostrar una visión diferente, la mía, la visión que yo tengo de la música. Evidentemente, soy un guitarrista flamenco y haga lo que haga, un tema clásico o de jazz, que los hay en el disco, los voy a abodar desde mi prisma flamenco. Éste quizás es más variado porque hay de todo, flamenco, bulerías y temas más clásicos con la colaboración de Antonio Soteldo. También hay dos standard de jazz, que los tocaba en un espectáculo con Guillermo McGil sobre Jonhn Coltrane. Quería hacerlo con guitarra sola, y no para demostrar nada, sino para dejar claro que una guitarra es como una pequeña orquesta y que se basta y se sobra para dar muchos colores diferentes.
–¿Le molesta que le pongan etiquetas?
–Bueno, es una etapa que ya he superado. Nunca he sido partidario de que te pongan etiquetas porque huyo de que la música tenga etiqueta, y los seres humanos menos, porque a lo mejor hoy soy así pero mañana cambio.
–¿Y por qué ‘Una promesa’?
–Tiene varias connotaciones. Una era hacer la trilogía y aquí acabábamos, pero realmente esta composición, que es el single, se lo dedico a mi hijo el mayor. Es la promesa que hace todo padre de querer a tu hijo para toda la vida.
–Lo presenta este viernes 24.
–Sí, vamos a hacerlo en la Sala Compañía dentro de la Bienal de Flamenco de Cádiz, Jerez y Los Puertos, y ahí presentaremos la portada, que ha sido una obra de Pepe Basto, proyectaremos algunos vídeos y haré algunas piezas en directo. Estoy muy contento y quiero dar las gracias a todos los que han contribuido a crear este trabajo, desde la productora The One Step Beyond, especialmente a Antonio Juan, a la Sala La Quemá.
–Y la oficial será en el Festival...
–Sí, el 29 de febrero, aunque ahí voy con tres palmeros, Ale Fernández, JuanDiego Valencia y Manuel Cantarote, mi cuñado Chispa a la percusión, Miguel Lavi al cante y con Manuela Carpio como artista invitada.
–Ha hablado antes de Antonio Soteldo, ¿de qué manera ha influido su música en usted?
–Ha influido muchísimo. A Antonio lo conocí cuando participé en el disco ‘Mira’ de Jorge Pardo, y luego, me hizo los arreglos de la rondeña que grabé en mi primer disco. Él escuchó el disco Luminaria, que por cierto le sorprendió, y un día en Madrid, cuando iba yo con José Mercé, me propuso hacer una trilogía. Es un compositor venezolano, pero compone los temas para que los toque yo, y lo hace para hacerme crecer como ser humano y como guitarrista.
–En los últimos años ha tenido experiencia con diversos estilos musicales, ¿qué le han aportado?
–Me han aportado mucho. Pienso que en la mezcla está la belleza y el flamenco puro que algunos abanderan, es una mezcla de un montón de música. Además, los artistas que han creado escuelas en cualquier disciplina, han sido los que rompieron las reglas. No quiere decir que yo vaya a romper reglas, simplemente lo que quiero es sentirme con libertad de tocar lo que me dé la gana.
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