La falta de fondos 'aparca' nuevos usos para el antiguo asilo de Taxdirt
El Ayuntamiento no puede hacer frente ni a la ampliación del albergue ni al proyecto de centro de emergencia social · Para este tipo de situaciones se dispone ahora de 12 pisos
Ni ampliación del albergue ni centro para emergencias sociales ni sede de alguna delegación, como incluso se llegó a pensar para las instalaciones de la calle Taxdirt que hasta su traslado, hace unos meses, ocupaba el asilo San José. Todos los usos que para este edificio se habían barajado desde el Ayuntamiento han quedado aparcados por la inexistencia de fondos para realizar la más mínima obra en el inmueble. No es ya sólo la grave situación económica del Ayuntamiento la que ha puesto freno a todos estos proyectos sino también la imposibilidad de acceder a cualquier tipo de subvención por parte de otras Administraciones, sumidas todas en una política de recortes sin precedentes.
La delegada municipal de Bienestar Social, Isabel Paredes, señaló que el edificio sufre un deterioro importante, y su adecuación para darle otro uso requeriría un esfuerzo económico inasumible en la actual coyuntura. La difícil situación priva así a la ciudad de un equipamiento que se consideraba importante para alojar a las numerosas familias sin recursos que se ven de la noche a mañana sin vivienda. Incluso el centro hubiese tenido también como fin dotar a Jerez de un recurso que cubriese las necesidades en casos de una catástrofe, circunstancia ésta para la que no hay previstos alojamientos adecuados.
Hasta ahora el Ayuntamiento sólo puede ofrecer en situaciones límite varias noches de alojamiento en un hostal y el parque de viviendas para emergencias sociales del que se dispone sigue siendo insuficiente, pese a que, según Paredes, el número se ha incrementado con el nuevo gobierno local pasando de 5 a 12 viviendas. La demanda es tan alta que estos pisos están ocupados continuamente y son los técnicos municipales los que realizan el seguimiento de la situación de las familias para comprobar si ésta mejora y puede darse una cierta rotación en la ocupación de estas viviendas. La delegada destacó el trabajo que se está haciendo conjuntamente entre la delegación de Urbanismo y la de Bienestar Social. "Siempre hemos tenido claro que la vivienda cumple una función social y que la falta de ella lleva a la exclusión social de las familias". El listado de personas esperando una de las viviendas llamadas de integración social es elevadísima, alrededor de 1.500 familias, que no pueden hacer frente a la compra de una casa y únicamente podrían pagar un alquiler moderado. Pero entre ellas, hay situaciones aun más extremas que son las que deberían ser beneficiarias de una vivienda de emergencia social.
Las limitaciones en cuanto a recursos residenciales para casos de este tipo ha hecho que el Ayuntamiento utilice equipamientos como la antigua casa de mujeres maltratadas, que hace unos meses modificó su uso para atender a otro tipo de demandas sociales, teniendo en cuenta que la ocupación por víctimas de la violencia de género había descendido de forma considerable. En esta casa se ha acogido ya a mujeres que no pueden hacer frente al sostenimiento de sus familias o de una vivienda. Cuatro personas con el nuevo perfil han pasado, según Paredes, por estas instalaciones.
La delegada recordó además la unidad de inspección que se creo para evitar el fraude en vivienda pública, que tiene como fin garantizar el uso adecuado de los más de 1.500 pisos protegidos en alquiler que tiene el Ayuntamiento. Paredes admitió que se están produciendo muchas ocupaciones ilegales, pero al mismo tiempo dijo que los procedimientos para poder llegar a desalojos son muy lentos. "Hay que garantizar el derecho que tienen todas las personas y todo ello dificulta mucho los procesos". Además aseguró que pese a la idea que se tiene de que hay gran cantidad de viviendas desocupadas mientras que la lista de espera se incrementa, "en muchas ocasiones se dan situaciones en las que no podemos hacer nada. Se trata de adjudicatarios que están pagando su alquiler, pero que se encuentran fuera de Jerez por motivos de trabajo, y más en las actuales circunstancias, por lo que tampoco se les puede quitar el piso".
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