La fosa que dejó la Guerra en Jerez
El anuncio de la Junta de Andalucía de exhumar los restos humanos enterrados en el cortijo de 'El Marrufo' trae al recuerdo los terribles acontecimientos vividos al noreste de Jerez en noviembre de 1936
La mayor fosa común de la Guerra Civil, la que más cadáveres guarda de cuantas existen en la provincia está en Jerez. Podría ser una de las más grandes de Andalucía de no ser porque en San Rafael, en Málaga, hay referencias de que se enterró a más de 4.500 seres humanos. Que en la finca del cortijo de El Marrufo está la mayor fosa de Cádiz es, más que una posibilidad, una absoluta certeza. El pasado miércoles la Junta de Andalucía anunció que el año próximo iniciará las excavaciones en dicho lugar. Allí, entre Puerto Galis y La Sauceda, se cree que puede haber entre 300 y 600 cadáveres enterrados desde finales de 1936. Es más, hay quienes aseguran que la cifra más probable (y más estremecedora aún) es la segunda, cual es el caso de Juan Carlos Perales Pizarro, director del área de Ciudadanía de la Diputación Provincial y uno de los principales expertos en cuestiones relacionadas con la Memoria Histórica de la comunidad autónoma.
Por extraño que pueda parecer, ya que está prácticamente en Jimena, el cortijo de El Marrufo está en el término municipal de Jerez, que en este caso en concreto vuelve a hacer gala de esa condición que hace de él uno de los más grandes de España. El enclave está en ese 'triángulo' de tierra de la provincia que se introduce en la provincia de Málaga, en la linde del Parque de los Alcornocales.
Juan Carlos Perales, hermano del tristemente desaparecido político socialista Alfonso Perales, asegura que fue en este enclave donde la represión de los golpistas nacionales se hizo más furibunda en los primeros compases de la Guerra Española, alcanzado niveles de violencia que aún siete décadas después siguen horrorizando.
¿Qué sucedió en el cortijo de El Marrufo? Pues básicamente que se convirtió en un improvisado centro de detención de cuantas personas sobrevivieron al asalto de La Sauceda, un enclave que fue asediado y duramente castigado por el ejército desembarcado desde África . De las detenciones se pasó al exterminio, la violación y el fusilamiento en apenas unas horas. Días antes, La Sauceda, la conocida zona de acampada que tan bien conocen miles de excursionistas de Cádiz y Málaga, fue centro de uno de los más duros combates de la Guerra Civil en 1936. La belleza del paraje, frondoso donde los haya, contrasta con los acontecimientos que acaecieron. Era octubre de 1936 y en La Sauceda se reunieron cientos de personas que huían de los golpistas y que tenían la intención de encaminarse a Málaga, aún bajo mando republicano.
"La Sauceda -apunta Juan Carlos Perales- es un punto de referencia. Se encuentra entre Puerto Galis y Jimena, una zona donde hay referencias de que existen otras muchas fosas comunes. Por entonces, La Sauceda era un lugar muy habitado y conocido y allí se fueron agrupando las personas que huían de los golpistas. Venían de Ubrique, Alcalá, Algar, San José del Valle, Jerez... Todos iban camino de Málaga. Antes de llegar a Jimena se quedaron en La Sauceda, por las circunstancias antes referidas, y allí les cogieron". No en vano, La Sauceda se ubica en la zona lógica de escape de la provincia. "La represión fue especialmente violenta, más bien tremendamente salvaje. La Sauceda cae a finales de octubre de 1936 y Málaga, a donde se dirigían los capturados, lo hizo en febrero del 37". A buen seguro que si los apresados hubieran conseguido llegar a Málaga muchos de ellos habrían sufrido la denominada 'Marcha de la Muerte', el recorrido por la costa que recorrieron a pie miles de personas buscando un refugio mientras los barcos de los golpistas les bombardeaban desde el mar. Fue otra tremenda masacre.
Volviendo a La Sauceda. A las tropas nacionales les costó mucho hacerse con el paraje. Allí se agruparon centenares de personas y la defensa fue encarnizada. "Fue atroz, el apoyo de la aviación resultó decisivo para que las columnas de falangistas procedentes de Alcalá del Valle, Ubrique, Jimena y Jerez consiguieran entrar. Todas estas fuerzas coincidieron en Puerto Galis. Una vez tomada la posición comienzan a acometer lo que ellos mismos "labores de limpieza". Que se sepa -añade Perales- en La Sauceda hay al menos dos fosas". Muchos de los detenidos son trasladados al cortijo de El Marrufo, especialmente las mujeres y los niños. Determinadas fuentes hablan de que a los hombres se les llevó a Puerto Galis, donde se les ejecutó. Otros muchos huyen y son literalmente cazados durante las semanas por la sierra gaditana.
El Marrufo siempre ha sido más conocido en el Campo de Gibraltar que en Jerez, a pesar de que, como ha quedado dicho, el referido cortijo forma parte del término jerezano. Encontrar testimonios es ya una misión casi imposible. Quienes ahora rondan los 80 años eran apenas unos niños de cinco cuando acaeció la matanza. Este es el caso en concreto del sanrroqueño Rafael Sánchez Machuca, que certificó la película de los hechos que hiciera pública hace unos años Juan Carlos Perales.
"Una vez que terminen las fiestas navideñas -apunta Perales- haremos una exhumación en Torre Alháquime. Acto seguido procederemos a culminar el trabajo previo que exige la Junta de Andalucía antes de que se puedan acometer exhumaciones en El Marrufo. Habremos de realizar un estudio con georádar para localizar las fosas, aunque en este caso creemos saber donde se encuentran gracias a las piedras de gran tamaño con las que cubrieron la fosa los enterradores". Se refiere Juan Carlos Perales a las piedras -algunas convertidas por el paso de los años en losas naturales- que se pusieron sobre la tierra que sepultaba a las víctimas de los fusilamientos para evitar que las alimañas de la zona -especialmente cerdos asilvestrados y jabalíes- escarbaran y desenterraran los restos humanos.
Se prevé que los trabajos serán lentos. Aunque no se produzcan problemas a la hora de localizar la fosa, cada uno de los restos deberá ser tratado de forma individualizada y darle el enterramiento digno que jamás tuvieron. "¿Que dónde serán enterrados? No lo sabemos, quizás en la misma zona de La Sauceda, donde hay un cementerio. No entraremos en ningún momento en la tarea de poner nombres porque identificar a tantas personas es, simplemente, tras tantísimos años una absoluta utopía".
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