Las gafas con más solera

Dos jóvenes jerezanos elaboran gafas de madera a partir de las botas de vino que sobran de las distintas bodegas del Marco de Jerez

Jesús Pérez Muñoz, uno de los creadores de las gafas de madera, trabajando en su taller situado en la calle Merced.
Jesús Pérez Muñoz, uno de los creadores de las gafas de madera, trabajando en su taller situado en la calle Merced.
Pablo Mora Jerez

10 de agosto 2014 - 01:00

Muchas horas, paciencia y un poco de imaginación. Es lo que hizo falta para que los dos hermanos jerezanos Jesús y David Pérez Muñoz sacaran adelante una idea original: crear gafas de madera a partir de las botas de vino que sobran en las diferentes bodegas del Marco de Jerez.

Después de quedarse en el paro, ambos decidieron crear su propia línea de ropa, Pantai Company. Sin embargo, según cuenta Jesús, para entrar en el mercado "hacía falta un producto estrella, algo que fuera atractivo e innovador". Por eso pensaron en crear unas gafas con la montura totalmente de madera. Fueron a una de las bodegas del barrio de La Plata, y con las duelas sobrantes, fabricaron unas gafas de madera, que desde entonces "se han convertido en nuestro producto estrella. La idea de combinar el vino y el arte de Jerez con la madera de roble" ha conseguido llamar la atención de mucha gente, lo que ha impulsado nuestra marca". Para la fabricación de estas gafas hechas a mano, utilizan también materiales que proceden principalmente de Andalucía.

Del diseño se encarga mayormente Jesús, que es "quien mejor se maneja con el ordenador". Una vez que tenemos un boceto dibujado a mano, lo informatizamos, y hacemos una prueba para comprobar los detalles que hay que retocar y ajustar" cuenta uno de los creadores.

Normalmente tardan alrededor de ocho horas en fabricar un ejemplar, por lo suelen elaborar "cuatro o cinco al día. Lo que diferencia a nuestras gafas de otras es que están hechas a mano y cuentan con su propia numeración y esto es algo que atrae mucho a los clientes".

Uno de los hermanos reconoce que aunque tienen una competencia fuerte en Barcelona, "no nos preocupa puesto que nos alejamos de la producción en serie que llega desde China para fabricar artesanalmente y con nuestro propio sello". Además de las gafas de madera, también tienen una línea de ropa, pero desde que se les ocurrió la idea de las gafas, reconocen que éstas "se han llevado casi todo el protagonismo". A pesar de que estos hermanos no tienen sueldo fijo, han conseguido hacerse un hueco en el mercado, algo que hoy en día resulta complicado. Sin embargo Jesús, afirma que "no es imposible, puesto que nosotros salimos adelante con muy poca inversión, pero poniéndole ganas, e intentando destacar". Consiguieron el gancho, gracias a que adaptaron su producto al vino de Jerez, algo que les ha distinguido de la competencia. "Consiguiendo esa chispa, sale adelante sin problemas" señala Jesús.

Además de Jerez, también han instalado otros puntos de venta en El Puerto, y están intentando llevar su producto a "La Línea, Algeciras o Marbella" así como a otros puntos de Andalucía. También tienen en mente salir de nuestras fronteras para comercializar en el ámbito nacional. Asimismo, a través de su página web (pantaicompany.com), las gafas han tenido una "muy buena acogida. Nos encargan pedidos desde muchos lugares, incluso desde fuera de España, sobre todo de Francia". El precio de las gafas varía dependiendo del tipo de madera que se utilice pero ronda aproximadamente los 125 euros el ejemplar más barato.

En cuanto a su idea de futuro, Jesús espera "poder vivir de esto y aprovechar el tirón que tiene esta moda para en un futuro intentar dedicarnos cien por cien a la fabricación de masas en Jerez". En este sentido, también tenemos en mente innovar aún más con la madera y la ropa. Además, la intención es seguir explotando las maderas andaluzas de todos los tipos para añadir detalles a la ropa hechos con este material y combinar un poco la joyería con la reutilización del vino de Jerez".

Según cuenta Jesús, "no echa nada de menos de su vida anterior. Antes de quedarme en el paro, trabajaba en una asesoría mientras que David era chapista, por lo que nuestra vida ha cambiado por completo". En este sentido asegura también que se alegra de haber montado esto ya que "trabajas para ti y practicamente no te cuesta nada porque te pegas aquí las horas sin darte cuenta. Al final se echan más horas de las que se echarían en una empresa. Aquí el tiempo pasa rápido porque como es tuyo, cuanto más hagas, más ganas, entonces se forma como un bucle imparable" señala Jesús, uno de los creadores de las gafas. También reconoce que lo mejor es que "luego te encuentras por la calle con la gente que lleva nuestras gafas puestas y eso es un orgullo para nosotros".

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