González Byass presenta la saca 2024 de la Colección Finos Palmas

Antonio Flores y su hija Silvia son los responsables de la selección de estas cuatro joyas enológicas que muestran la esencia de los vinos de Jerez

Bodegas Miguel Domecq lanza la nueva añada de 'Torre de Ceres Palomino'

Botella de Tío Pepe Una Palma.
Botella de Tío Pepe Una Palma.

Jerez/Como cada año por estas fechas, González Byass lanza al mercado la nueva saca de la colección Tío Pepe Finos Palmas, la de 2024 que integran cuatro joyas enológicas que muestran la más pura esencia de los vinos de Jerez a través de la evolución en el tiempo de su fino más universal.

Presencia, elegancia y excepcionalidad definen los Finos Palmas, una colección de cuatro vinos que representan las edades del Tío Pepe tras un riguroso trabajo de selección y clasificación en las bodegas de la firma bodeguera jerezana.

Una labor que, como de costumbre, ha llevado a cabo el enólogo y master blender de la casa, Antonio Flores, este año solo con la ayuda de su hija Silvia. El saber hacer y pericia de padre e hija les ha permitido seleccionar las botas en las que el vigor de la 'flor' ha otorgado un intenso carácter a Fino y se han conseguido así cuatro vinos de rasgos excelentes y singulares, únicos en el mundo.

Tio Pepe Una Palma.
Tio Pepe Una Palma.

Una Palma, flor en estado puro

Fino de raza que procede de las botas n.º 29, 30 y 88 de la Gran Bodega Tío Pepe. Sus seis años de crianza bajo un intenso manto blanco de flor otorgan a Una Palma las características propias de la crianza biológica: frutos secos, panadería, talco y una agradable sensación sápida final. Esta referencia realzará las armonías más clásicas: jamón ibérico, mariscos, adobos, cebiches y arroces marineros.

Tío Pepe Dos Palmas.
Tío Pepe Dos Palmas.

Dos Palmas, el equilibrio

Fino sublime de larga crianza que muestra el equilibrio perfecto entre suelo y velo. Las botas n.º 76 y 77 han sido las escogidas de entre las 148 que componen esta solera que envejece en la segunda planta de la Gran Bodega Tío Pepe. Viejo y sabio, en nariz es intenso, destacando los aromas punzantes del acetaldehído y las notas sutiles de flores marchitas, y en boca resulta potente, largo, estructurado, sabroso y salino. Dos Palmas es el perfecto acompañante de platos ácidos, aliños y productos frescos a la plancha, así como quesos y embutidos ligeros.

Tío Pepe Tres Palmas.
Tío Pepe Tres Palmas.

Tres Palmas, entre la vida y la muerte

Fino Amontillado donde la crianza biológica llega al límite entre la vida y la muerte tras 10 años de envejecimiento. Solo una bota, la nº 8, ha sido seleccionada de entre las 149 de la solera Amontillado Fino histórica de La Constancia. El atún rojo de almadraba o los guisos de siempre, además de quesos curados y chacina, son un muy buen acompañamiento para esta referencia. También la comida asiática y especiada se verán enaltecidas con Tres Palmas.

Tío Pepe Cuatro Palmas.
Tío Pepe Cuatro Palmas.

Cuatro Palmas, el perfume de Jerez

Un vino de pañuelo, el perfume de Jerez. El tiempo y la bodega han moldeado su esencia hasta alcanzar la perfección en este Amontillado Viejísimo. Tío Pepe Cuatro Palmas procede de una sola bota, la nº 3, que envejece en La Constancia Solera Museo. Este vino no necesita nada más que tiempo para su disfrute.

Palmas y vejez

Como define Manuel María González-Gordon en el libro 'Jerez-Xerez-Sherry', el término Palmas se aplica a aquellos vinos finos de Jerez que se distinguen notablemente por su limpieza, finura y delicadeza en el aroma. El número de palmas es proporcional a su grado de vejez. Estos vinos son el resultado de la labor de selección y clasificación por tiempo de envejecimiento y finura de los mejores finos y es una práctica que se viene llevando a cabo, en las bodegas de Jerez de González Byass, desde el año 1880.

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