Un heredero de la innovación

"Si vas a poner que fue un señorito, al menos pon que fue un señorito con cabeza, con muy buena cabeza. Con todas las peculiaridades de su personalidad, fue un empresario sensato", afirma un conocido agricultor jerezano que huye de lisonjas a los que se fueron y que prefiere que no se le mencione. Y es que Fermín Bohórquez nunca fue un hombre fácil de clasificar. Su trayectoria empresarial estuvo marcada por la familia. Primero, por su padre, Fermín Bohórquez Gómez, una persona clave en la modernización del campo de la comarca. Luego por su matrimonio, que siendo con una Domecq- Ybarra, Mercedes, tuvo poco de alianza comercial y mucho de una bonita historia de amor.

Con esos mimbres, el hombre llamado a la transformación del rejoneo desde que a los seis años le regalaron por Reyes un poni, iría forjando también una sólida estructura empresarial que tendría un polo gestionado principalmente por él y otro, como partícipe, a través de su mujer, que estaría relacionado con la Coca-Cola y los intereses bodegueros.

Es cierto que no lo tuvo difícil en sus inicios. Nació en una familia acomodada. Cuentan que cuando Franco quería saber cómo estaba el campo andaluz, a quien consultaba era al padre de Fermín Bohórquez. No erraba mucho el tiro. Fermín Bohórquez Gómez fue un innovador de su época y el principal artífice de las estructuras de regadío en una zona seca y de la llegada de la industria remolachera, que durante cerca de cuatro décadas supuso uno de los cultivos más rentables y seguros del bajo Guadalquivir.

Bohórquez Gómez previó y apostó por la tecnificación y la mecanización del campo, instaurando nuevos cultivos como la remolacha y el algodón. Fue creador de Cydasa, que trajo al campo andaluz las primeras desmotadoras. Para el regadío participó en Cotensa. Son nombres que ahora suenan lejanos, pero que en su día supusieron un revulsivo para un campo de rentistas anclado en el pasado.

De todo ello aprendió Fermín hijo, que fue enviado por su padre a estudiar en Inglaterra. Cuando regresó, su padre le enseñó lo demás. "A mí todo me lo enseñó mi padre. Fui hijo del pionero de la agricultura moderna en España. Él trajo a este país las nuevas variedades de trigo, importó desde los Estados Unidos la primera cosechadora, fue el primero en cambiar el ciclo de los cultivos sembrando en septiembre en lugar de enero y también introdujo el uso de herbicidas", afirmaba en una entrevista en Diario de Jerez.

Manuel Vázquez, actual presidente de Asaja, recuerda que supo continuar "un patrimonio agrícola en plena actividad y mantuvo la filosofía vanguardista de su padre. Era una persona inquieta, muy encima de la producción, con esa personalidad arrolladora. Cuando llegué a la presidencia de Asaja me llevó a un aparte para darme unos consejos que me fueron muy útiles. El primero, que era imprescindible la unidad del campo andaluz".

Bohórquez era innovador pero dentro del terreno que conocía, principalmente los cereales, la remolacha y las oleaginosas. No era de buscar cultivos que no conocía. En ese aspecto era tradicional en el objeto y transformador en los métodos.

A través de su mujer, Mercedes Domecq Ybarra, Bohórquez participó junto a los Mora-Figueroa en uno de los mejores negocios que se podían tener en España en la segunda mitad del siglo XX, la distribución de Coca-Cola.

También supo explotar sus fincas, más allá de la ganadería brava y las reses para consumo. Si se observa su participación en sociedades, encontraremos principalmente los nombres de Fuente de Rey, La Peñuela y Cortijo de Casablanca, que eran sus fincas franquicia, constituidas en sociedades y copresididas por él y su mujer. Fue pionero en poner principalmente Fuente del Rey, en el término de Medina, como escenario para todo tipo de eventos, explotando de esta manera un primigenio agroturismo que luego acabaría extendiéndose en la zona explotado por otros empresarios que siguieron su camino.