“Hay hermanos mayores que se creen que solo por ostentar el cargo saben de todo”
Gente cofrade. Manuel Serrano Jiménez
70 años de una intensa vida cofrade, desde la Unión de Hermandades hasta su propia cofradía
Su gran frustración, no haber sido pregonero y su ‘imposible’ volver a ser costalero de La Estrella
Jerez/Ha dedicado gran parte de su vida al mundo cofrade de forma comprometida. ¿Tras ser hermano mayor de La Borriquita decidió pasar a la 'reserva'?
Efectivamente cuando terminé se acabó y se acabó. Faltando poco tiempo para expirar el mandato me propusieron presentarme a la presidencia de la Unión de Hermandades a lo que me negué; solo aceptaba con una condición, que si el Pleno me lo pedía me reuniría con los hermanos mayores para preguntarles porqué querían que fuera presidente. No ha sucedido y ahora estoy muy feliz, muy contento.
No obstante ser presidente era una aspiración suya de siempre. ¿Le hubiera gustado?
La verdad es que no y más conociendo el Pleno que había. A mí no me iban a aceptar porque sé que hay que arreglar muchas cosas. También está mi postura sobre las nuevas hermandades que siempre lo he visto bien pero ¿por qué tanto interés en venir a la Carrera Oficial? ¿Para cobrar su parte de las subvenciones? Primero consolídate en tu barrio, consolida a la propia hermandad y entonces se podrá plantear. Esa postura a muchísima gente no le gustó. Pues lo siento, es mi manera de pensar. Y no he cambiado. Es cierto que algunas de las nuevas han evolucionado muy positivamente desde entonces. La incorporación de más hermandades implica ajustes horarios y muchas cosas más que no se pueden hacer a la carrera sobre todo cuando cada año hay que meter en Carrera Oficial a una o dos cofradías. Hay que ver y analizar las cosas con tranquilidad, algo que posiblemente no se haga.
Es una realidad que cofrades veteranos y experimentados se echan para atrás en la asunción de responsabilidades. ¿Tal vez hacen falta ahora más que nunca?
Yo ya he dado todos los pasos que se podían dar. He estado en tres consejos de la Unión de Hermandades, empezando con Juan Huerta como presidente con 20 años y asumí los horarios e itinerarios. Fue un tiempo en el que disfruté mucho. Me codeaba con gente importante y sabia en las hermandades. En otro momento peleé por mayor dinamismo y rapidez del paso de las hermandades, algo en lo que también tuve detractores porque se tenía la horma cogida a la lentitud.
Pero los tiempos han cambiado y ahora se camina más.
Sí pero no todas. Las nuevas hermandades se aplican pero todavía hay cofradías de las de siempre que siguen alargando los tramos de nazarenos y ponen en evidencia la falta de hermanos en la calle. Tal vez sería buena idea que hermandades emergentes en barriadas se fusionaran con alguna de las antiguas y así beneficiarse ambas. Ese sí es un tema para debatir y no dar prioridad a debates estériles sobre temas secundarios de bandas, costaleros... El tema sobresaliente es analizar porqué se pierden los hermanos en las filas, por ejemplo. Escribí un artículo en el 95 en el que pedía que se estudiara el futuro, las hermandades en el siglo XXI. Aquello cayó en saco vacío, no interesó. Las hermandades piensan en el presente.
¿Las hermandades entonces usan su pasado solo para adornarse?
El pasado hay que tenerlo muy en cuenta. Este es un asunto preocupante, parece que el pasado no existe y han habido unos padres de la Semana Santa que la mayoría no conocen. Ni siquiera de dónde parte la Semana Santa actual: Juan de Mata, Martínez Arce, Rafael Cruz... fueron los visionarios de importar el concepto de Semana Santa sevillana a Jerez. Los nuevos cofrades no saben de estos nombres y de otros muchos, de forma que parece o creen que todo se ha inventado ahora y que detrás no había nada.
¿Haría falta formación estrictamente cofrade?
Propuse hace tiempo hacer unos cursos de formación en ese sentido para mayordomos, tesoreros, secretarios... hoy se ven hermanos mayores que por serlo se cree que sabe de todo y no se dejan asesorar cuando lo lógico sería lo contrario. Todo esto lo digo desde la experiencia de haberlo visto.
¿Se ha sentido rechazado o ninguneado por el mundo cofrade o por los que mandaban?
Para nada. Entré en mi hermandad con siete años voy a cumplir 70 años. He visto de todo y he pasado por muchos puestos, casi todos. Las hermandades me han tratado extraordinariamente bien. A lo mejor mis colaboraciones en los medios de comunicación vertiendo mi opinión me han marcado. Pero en la calle me felicitaban por esas acciones mediáticas. Nunca me he sentido rechazado; seguramente hoy, si voy a una hermandad cualquiera, habrá muchos que ni me conozcan.
¿Sigue con su afición a prosa y versificar la Semana Santa?
La sigo y algunas veces me pongo. Antes escribía más. Ahora lo hago cuando me inspiro o me lo piden. Pregones he hecho muchos menos es del Jerez. ¿Que me hubiese gustado? Sin duda.
¿A qué achaca no haber sido elegido?
Hubiera sido un pregón muy cofrade, de mucho sentimiento, de toda una vida cofrade; aunque no soy un gran poeta yo tenía algunos ripios y algunas cositas que seguro que salen del corazón. Uno se pregunta, ¿que este haya subido al Villamarta y yo no?. Soy creyente y como tal concluyo que será porque Dios y que mi Virgen de la Estrella a la tanto quiero, no han querido.
¿Y si se lo propusieran ahora?
La verdad es que no sé qué haría. Traigo al hilo de esto una anécdota que siendo secretario de la Unión de Hermandades con Juan Huertas como presidente, fuimos a ofrecerle pregón a don Manuel Martínez Arce. Él nos dijo que lo agradecería enormemente pero que su edad había pasado. Dijo que le habría gustado pero unos años antes. Yo, quizás, me aplique esto. Si me lo propusieran no diría un no rotundo. Me lo pensaría muy mucho. Veo pregoneros demasiado jóvenes que no saben qué va a ser de su vida. La veteranía y el recorrido vital tienen un gran peso, hace más creíble al pregonero porque lo que cuenta lo ha vivido.
Su virgen de la Estrella se corona, algo muy grande para usted.
Una gran noticia. Aunque no partió de mi junta de gobierno sí le hicimos un seguimiento a la petición y al expediente remitido al obispado. Ciertamente, las veces que iba al para interesarme por la marcha del expediente no recibí un trato digamos que agradable. Una de las visitas que le hice al obispo Mazuelos, en mi segundo mandato, me dijo que estaba desbloqueado. Con esa buena noticia me mandó ir a ver al delegado diocesano, que me dijo que no sabía nada. Parecía que estaban jugando conmigo. Me enfadé y entré a ver a Mazuelos al que le dije que si se creía que yo era un niño para jugar conmigo. Fue un episodio desagradable.
Sin embargo, casi espirando su mandato, firmó el decreto de Coronación Canónica. ¿Qué pasó?
Lo justificó por la labor echa por los costaleros por la pandemia, la acción social desplegada por la hermandad....
Parecen argumentos muy pueriles.
La Virgen de la Estrella lo iluminó y corrigió.
¿Tiene ganas de que llegue el día y el momento?
Yo estoy loco por eso. Quedan dos años y no veo el momento de ver la preciosa corona en las sienes de la Virgen. Sueño con ello y, conmigo, mi familia entera que somos de La Estrella. Nos ha hecho muchos favores y milagros. Hasta en mi caso particular que cuando caí en casa, mi mujer se encomendó a la Virgen. Quedé con medio cuerpo paralizado pero a día de hoy lo he superado casi totalmente.
Cuéntenos el momento más triste que ha vivido como cofrade y el que conserva como un tesoro.
No guardo un buen recuerdo de la primera vez que me presenté a hermano mayor (pausa). En los buenos tengo varios pero tal vez sea mi primera salida como costalero de La Borriquita y mi primera vez bajo el palio de La Estrella donde estuve 20 años. Aún tengo nostalgia de ser costalero. En 2012 en la extraordinaria incluso me lo propuse pero mi hijo me lo prohibió y me amenazó con dejar el paso si me metía. Así que fui con mi vara delante. También tengo que referirme a la Magna de 2000, uno de los acontecimientos mas importantes ocurrido en nuestra ciudad sobre la Semana Santa. Aunque muchos creían que se había improvisado, no era así, más bien todo lo contrario, ya que algunos estuvimos trabajando varios meses sobre ello de manera que todo saliera tan bien. Al final ese milagro que nos concedió Dios fue maravilloso.
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