Un héroe de carne y hueso

El 27 de febrero de 1992, y con apenas 8 años, el devenir de Marcos González de la Peña cambió por completo. Un accidente con una de las ruedas giratorias existentes en el patio de recreo del colegio El Cuco, donde estudiaba, estuvo a punto de hacerle perder la vida. Curiosamente, cosas del destino, se salvó gracias a la conjugación de tres elementos coincidentes. Por un lado, la pericia de una profesora, que cortó con una tijera escolar la manguera con la que se había enrollado en la rueda, y por otro, la casualidad de que aquel día el entonces alcalde, Pedro Pacheco, visitaba el colegio, y no dudó en poner a su disposición su coche oficial, que condujo hasta el hospital su conductor, Marcos. Lamentablemente, no pudieron evitar que, horas más tarde, perdiera su pierna derecha a la altura del tercio discal. 

Desde aquel momento, este jerezano que hace apenas unos días acaba de cumplir 41 años, ha vivido en continua superación, una filosofía de vida que le ha hecho mejorar su propia razón de ser, pero además, la ha servido para convertirse en espejo para otras muchas personas en sus mismas circunstancias.

Su último gran logro lo consiguió el pasado 19 de julio, cuando se convertía en la primera persona en completar la ruta de los tresmiles de Sierra Nevada con una sola pierna.

Cumplía así con un nuevo reto, una experiencia que cataloga como “de las más duras de mi vida”, pero que espera que sirva “para sensibilizar y ayudar a personas como yo, que desgraciadamente, hemos tenido pocas ayudas”.

Su espíritu inquieto y sus ansias por salir de su zona de confort han hecho que Marcos haya sido también el primer kitesurfista amputado en España, un deporte que practica en Tarifa, donde reside actualmente; una pasión que alterna con el fútbol, no en vano hace apenas un mes se ha proclamado subcampeón de Europa con la selección española de fútbol amputados.

Pero volvamos a su hazaña más reciente. Apenas han trascurrido unos días desde que logró, el pasado 19 de julio, completar una ruta por Sierra Nevada que recorría los tres picos de 3.000 metros. La Integral de los tresmiles, como se le conoce también, se realiza sobre un total de 54 kilómetros, con un desnivel de 4.850 metros y con una duración de cuatro días y tres noches. 

“Aún intento asimilar lo que hecho”, asegura, mientras reconoce que todavía “tengo secuelas porque al menos tres dedos de mi mano derecha los tengo casi dormidos, supongo que me habré lastimado un nervio, ha sido una experiencia complicada”.

El jerezano comenzó a planificar la subida “en el mes de octubre”, cuando tras una conversación con su amigo Carlos “me propuse completar esta integral. No soy un gran aficionado a la montaña, pero sí me gusta andar y hacer escalada, y bueno, decidí aceptar el reto. Era un desafío a nivel físico pero también a nivel psicológico”.

Hasta entonces únicamente “había subido el Peñalara en la sierra de Guadarrama, pero poco más, no tenía nada que ver con lo que he hecho ahora”, asegura.

Acompañado de dos guías, Marcos González de la Peña comenzó la aventura el pasado día 15, aunque previamente, “porque soy muy pasional”, había trabajado intensamente con la empresa Guías Nevada, en organizar la experiencia.    

 Esta ruta de senderismo transcurre por todo el macizo de este a oeste, recorriendo cimas como el Picón de Jerez (3088 m), Puntal de Juntillas (3143 m), Puntal de vacares (3144 m), Alcazaba (3369 m), Mulhacén (3479 m), Cerro de los Machos (3327 m), Pico del Veleta (3396 m), y Cerro del Caballo (3011 m). 

“Hemos hecho etapas de 11 y 13 horas, etapas muy exigentes, date cuenta que si ya de por sí el terreno es pedregoso y difícil de recorrer, imagínate con muletas, porque además, no hemos llevado apoyo logístico de ningún tipo”, apunta.

En esos cinco días de trayecto, Marcos reconoce que “sólo tuve un momento de dudas, en la tercera etapa, no sabía iba a tener la capacidad de completarla, porque era muy dura, y cuando echabas un vistazo a la que te quedaba, pensé en dejarlo”, algo que afortunadamente, “no hice, una decisión de la que me siento orgulloso”.

“La verdad es que no quería demostrar nada a nadie, sólo a mí mismo, aunque sí es cierto que a veces la sociedad necesita cosas así para que la gente se dé cuenta de ello”, añade. 

Su reto ha quedado inmortalizado en un pequeño documental, ‘Cima, Sierra Nevada sin límites’, que espera presentar el próximo mes de octubre.