La hostelería advierte contra el auge de los mendigos y 'aparcas'

La hostelería tiene problemas ocultos. Asuntos que en algunas ocasiones los clientes ven y, en otras muchas, no. La reunión mantenida entre el Ayuntamiento de Jerez y la patronal del sector, Horeca, dio, además de los titulares oficiales, un sinfín de quejas en las que Jerez debe mejorar para poder reportar un servicio adecuado, y en algunas ocasiones decente, a sus visitantes. La industria turística, que no sector, es una de las principales fuentes de ingresos de la ciudad por mucho que el empleo que cree sea, en muchas ocasiones, eventual y con sueldos bajos. El principal enemigo en estos momentos es la mendicidad, personas que piden por hambre pero sólo quieren dinero. Ha habido casos, según Horeca ha informado al Ayuntamiento, en que los aparcacoches, denominados ahora con el término sevillano 'gorrilla', "han llegado a colarse en los aparcamientos de los grandes hoteles jerezanos para ejercer su labor haciéndose pasar por empleados del establecimiento". Igualmente, el comercio local se ha unido a la hostelería para solicitar que cese la presencia constante, omnipresente y 'cansina' de los pedigüeños en el centro.

Antonio de María, presidente de Horeca, reconoce que es una lacra contra la que hay que actuar. Entre otras cuestiones nimias, cobra especial importancia que el problema alcanza en Jerez cotas mucho mayores que en otras grandes ciudades españolas. Un mayor impacto de las políticas de servicios sociales se vería con buenos ojos.

Otro asunto que se está tratando de arreglar en este ámbito radica en el hecho de que que haya personas que hayan llegado a asentarse junto a conocidos negocios de la ciudad, acampando en toda regla. Es por ejemplo el caso de una queja remitida desde el conocidísimo restaurante 'Tendido 6', en la calle Circo, junto a la plaza de toros, por lo que se ha pedido que las fuerzas del orden actúen.

"Los pedigüeños del centro son exactamente los mismos. Van variando conforme pasan los meses, ya sea porque van entrando en prisión para cumplir condenas o porque acaban ingresados en un centro sanitario para curarse de las enfermedades que la vida en la calle y las toxicomanías les producen", apunta a este medio un hostelero del centro que prefiere mantenerse en el anonimato. "Lo más cruel que he visto -apunta- es el caso de un cliente almorzando con su esposa y su hija con el mendigo a apenas un metro mirando fijamente su comida. Les amargó. Intenté echarle pero hubiera sido una cuestión de orden público que preferí no provocar. Le ofrecí comida pero no quería. Tan sólo deseaba dinero".

Con especial 'cariño' recuerda este hostelero el caso de unos frailes mercedarios que muy de vez en cuando paran a refrescarse en su terraza. "Cada vez que un mendigo les pide para comer le ofrecen la carta. Pueden pedir lo que quieran que ellos se lo pagan. Tan sólo acepta uno de cada cinco. El resto lo que quiere es dinero. Y claro, no aceptan y les invitan a irse".

Otro de los problemas de la hostelería del centro radica en el montaje de la Carrera Oficial de la Semana Santa jerezana. Según se ha trasladado al Ayuntamiento, los hosteleros del centro quieren que la calle Larga sea la última calle en tener los palcos montados y que sea además la primera en la que estos sean desalojados. El hecho de que los negocios hosteleros se queden sin terrazas en el preciso momento en que los asientos de la Semana Santa son montados provocará que se intente minimizar este perjuicio. La respuesta de la alcaldesa a este respecto, apuntó el presidente de Horeca, fue positiva. "Ha tomado nota para que las tareas de montaje interfieran lo mínimo posible en el negocio hostelero", destacó Antonio de María.

Por ahora, uno de los asuntos que más suelen enfrentar a hosteleros y ayuntamientos a lo ancho y largo del país, como son los veladores, vive en Jerez una intensa calma que satisface, por ahora, tanto a unos como a otros.