Aquel hotel Los Cisnes
El Rebusco
Fundado por Blas Gil López
El preferido de ilustres y famosos turistas
Dedicado a mi padre, Ramón Jiménez Manuel, botones y camarero en el hotel.
Si en la anterior entrega de estos ‘rebuscos’ hacíamos un somero repaso a los establecimientos hoteleros existentes entre finales de XIX y la primera mitad del XX, esta vez quiero centrarme en uno de ellos, el hotel Los Cisnes.
Este hotel me trae especiales recuerdos, unidos a la figura de mi padre: Ramón Jiménez Manuel.
Toda su vida la dedico a la hostelería. Empezó de botones en Los Cisnes, con catorce años, y en el prestigioso restaurante del hotel se formó como camarero profesional hasta que a mediados de los 50 es seleccionado para atender el comedor del club de los suboficiales norteamericanos en la Base Aeronaval de Rota Allí se jubiló después de más de treinta años de servicio.
Los orígenes
El Hotel Los Cisnes, en su primera sede, como cuenta Julio Lorente Goñi en su artículo publicado en este Diario el 23 de junio de 2019, estuvo instalado en un inmueble sito en el número 53 de la calle Larga, propiedad de la familia Goñi y Sol, donde estuvo hasta1908.
El Hotel Los Cisnes fue fundado por el empresario de este sector, D. Blas Gil López, que explotaba también el reputado Café Los Cisnes, situado en la misma calle Larga nº 47, en la esquina achaflanada con la calle Eguilaz con Plaza del Banco Este café con el tiempo cambiaría de dueño y de nombre, convertido en el Café Fornos.
Este establecimiento hotelero será durante décadas el preferido de visitantes ilustres y famosos que visitaban Jerez en esa época, como políticos, toreros, cantantes, comerciantes, etc. Las primeras referencias al Hotel Los Cisnes, según Lorente, son del año 1882.
El éxito le sonríe D. Blas y su esposa Pilar Martínez Tardío, y la prensa local, ‘El Guadalete’ cometa que ‘’los dueños del Hotel Los Cisnes, ubicado de alquiler en Larga 53, están reuniendo dinero desprendiéndose de parte de sus negocios con vistas a una actuación importante, que no será otra que edificar un nuevo hotel, ya de su propiedad, en calle Larga 25’’.
Esto se anunciará también en dicho periódico del 15 de enero de 1908: ‘’Para el día 24 de junio próximo se trasladará el Hotel Los Cisnes al local de la misma calle Duque de Almodóvar nº 25 (calle Larga) donde estuvo la sucursal del Banco de España. Haciéndose en él notables mejoras. En la finca en donde hoy se halla el hotel, Larga 53, se instalará una pastelería en la Planta Baja y el resto será sucursal del Hotel”. Sin embargo, mantuvieron alquilado a los Goñi Sol los salones, comedor, etc., hasta 1920 aproximadamente, en que se trasladaron definitivamente al conocido edificio de su propiedad en el nº 25, con salida trasera por la Plaza del Progreso.
Don Blas y Doña Pilar
El matrimonio, junto a su hijo Carlos, que ejercía de administrador gerente, dieron tal reputación al local que la revista gráfica de tirada nacional, Mundo Nuevo, le dedicó una página en el número de fecha 7 de agosto de 1913.
El reportaje detalla que el ‘hotel Los Cisnes es de primer orden, como se puede apreciar en las fotos’, con dormitorios elegantes y amplísimos con vistas a un soberbio jardín, comedores, dinning rooms, con profusión de flores, plata repujada, tapices de precio, y cristalería finísima. El hotel poseía un soberbio automóvil pata el servicio de estación.
Y el texto continúa: ‘’En sus estancias suntuosas han tomado hospedaje personas de tanta representación como el príncipe de Battemberg, hermano de S.M., la reina Victoria, y Muley Hafid, ex-sultán magrebino’.
De ese primer periodo, hasta su reforma en 1938, existen comentarios de dos personajes que dejaron escrito sus experiencias en el hotel.
Uno de ellos fue el joven vicecónsul americano, William Wirt Wysor, que estuvo alojado en Los Cisnes durante un par de años, a mediados de los años 90 del XIX, tal como él mismo cuenta en las divertidas cartas que dirigía a su familia indicando que era el hotel adecuado a sus actividades, aunque fuese el más caro: ‘’The ‘Cisnes’ is the most expensive place in Jerez, but is the only place that can gave me the accommodations I require’’.
En otra misiva les hace este comentario sobre la honradez del personal del hotel: ‘’Siempre he encontrado a los sirvientes de Los Cisnes perfectamente honestos, y no temo que se lleven nada, muchas veces he dejado abierto el cajón de mi escritorio por descuido, pero nunca ha faltado ni un centavo...’’.
Esas cartas están recogidas en el libro: ‘Old Sherry: Portrait of a Virginia Family’ (1938).
El otro, fue el escritor y viajero inglés Henry Baerlein (1875-1960). En su libro ‘Spain, Yesterday&Tomorrow’, publicado en 1930, hace este simpático comentario sobre doña Pilar: ‘’Pero, por regla general, se sienta todo el día en la misma silla, para la cual hay espacio suficiente en el despacho de la esquina del patio. Se sienta plácidamente y no tiene muchas ganas de salir a la calle. De hecho, ya han pasado dieciocho meses o más desde la última vez que cruzó el umbral. Y saca una cajita de cartón en la que hay dos pesetas envueltas en papel tisú. Este fue el primer dinero que ganaron cuando ella y su difunto marido abrieron el hotel hace exactamente cuarenta años’’.
Otros viajeros escritores que estuvieron satisfechos con su estancia, incluyendo su cocina, fueron, entre otros: Honor Tracy, W.T. Blake o Cedric Salter.
Blas Gil fallecería en 1923, a la edad de 68 años, Pilar le sobrevivió hasta 1940, con 80 años. De ella, el diario ‘Ayer’ de 13 de febrero, hacia una amplia necrológica recordando sus orígenes cuando comenzó en una modesta pensión de la calle Porvenir.
Nuevos tiempos, nuevos propietarios
A finales de los años `30 el hotel pasa a manos de ‘Inmobiliaria Los Cisnes’, formada, al parecer, por un grupo de bodegueros, que plantean reformarlo para su ampliación y modernización. Tendrá cinco 5 plantas con 25 habitaciones cada una.
El apogeo del hotel se produjo entre esta remodelación de 1938 y mitad de los años `60. La obra estuvo a cargo del arquitecto Fernando de la Cuadra Irizar, la fachada, y Luis Gutiérrez Soto con la remodelación interior.
La decoración se atribuye al jerezano José Luis Picardo Castellón.
En el catálogo dedicado a De la Cuadra en el 2006 hay una breve reseña a este edificio: ‘’la moderna organización distributiva contrasta con la ambientación de carácter barroco traducida también a la fachada’.
Resaltando que es una: ‘’Arquitectura blanca sin pretensiones monumentales, de molduraciones amplias, balcones y cierros próximas a las propuestas de Juan Talavera y a la arquitectura barroca popular jerezana’.
Tras la obra, el hotel fue comprado por Emilio Jimena de Castro (Granada, 1894), en 1941, por cinco millones de pesetas.
Jimena de Castro era por aquel tiempo director del hotel María Cristina, de Sevilla.
Era un profesional experimentado, ya que educado en Gibraltar y Francia dominaba el inglés y el francés.
Por otro lado, era de familia hotelera, su abuelo y su padre habían tenido hoteles en Madrid, Granada y Córdoba.
En sus manos, Los Cisnes acrecentó su prestigio y fama, cuando en él se hospedaba todo aquel que fuera alguien, desde toreros hasta artistas flamencos y estrellas de cine: Lola Flores, Manolo Caracol, Jorge Negrete, Conchita Piquer, Juanita Reina, Pepe Iglesias el Zorro, El Príncipe Gitano, Pepe Pinto, Mario Cabré, etc. Y también actores de cine, como Tyrone Power, Rosano Brazzi, Enma Penella, Carmen Sevilla...
Ante la competencia que intuye con los nuevos tiempos, que llegaría en 1969 con la inauguración del hotel Jerez, Jimena de Castro vende el hotel en 1963 a la familia Valdespino por 21 millones de pesetas.
En las Guías Oficiales de aquellos años posteriores a la venta aparece el nombre de Hotelera Andaluza, siendo su director, hasta 1975, José Antonio Romero-Valdespino Hermosa.
A finales de los años 70 fue vendido a un promotor inmobiliario y convertido en el centro comercial que ha llegado hasta nuestros días con más pena que gloria.
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