La huelga de los trabajadores de la viña en vendimia mantiene en vilo al Marco de Jerez

Los trabajadores del sector vitícola -antes llamados temporeros o jornaleros- y la patronal de los viñistas independientes Asevi-Asaja se juegan todo a una carta el próximo 31 de julio, fecha en la que mantendrán un encuentro en el Servicio Extrajudicial de Resolución de Conflictos Laborales (Sercla) para tratar de desbloquear la negociación del convenio de Viticultura y evitar así la huelga indefinida convocada a partir del 1 de agosto.

La convocatoria se extiende para toda la vendimia, la época de mayor actividad para los 800 trabajadores, muchos de ellos fijos-discontinuos, que atienden las labores del campo, incluida la corta de la uva, en el viñedo, así como el tratamiento de la materia prima en los lagares, entre ellos los de las bodegas hasta la molturación, antes de su transformación en el mosto empleado para la elaboración de los vinos de Jerez.

La representación sindical sostiene que la convocatoria de huelga obedece a que “no tenemos ninguna otra salida” tras el giro de la patronal en el apartado de la antigüedad. Y lo explica: las partes llegaron el año pasado, y tras largos meses de contactos, a un acuerdo económico de subida salarial en el seno de la mesa de negociación, tras el que se emplazaron para redactar el texto del nuevo convenio, momento en el que Asevi-Asaja planteó cambios en el complemento de antigüedad.

El convenio denunciado contempla que los trabajadores, en los que tras la última reforma laboral se incluyen los temporeros como fijos-discontinuos, completen un trienio por tres años consecutivos con independencia del número de jornadas o peonadas de cada anualidad. Sin embargo, según la versión de los sindicatos, la patronal quiere introducir un matiz importante, por el que para alcanzar el trienio serían necesarias 270 peonadas anuales en tres años consecutivos.

Los representantes de los trabajadores aseguran que este requisito es prácticamente inalcanzable, ya que para tener derecho al complemento salarial por un trienio se necesitarían al menos nueve o diez años, es decir, “casi media vida laboral”.

En cuanto a la intención de la patronal de vincular la antigüedad al principio de proporcionalidad -el importe del complemento se establecería en función de las jornadas trabajadas-, los sindicatos aseguran que están de acuerdo con esta medida, e incluso han puesto encima de la mesa alguna propuesta al respecto.

Por lo demás, la representación sindical reconoce y agradece el esfuerzo de la patronal Asevi-Asaja para que se aplique la revisión salarial acordada en julio del año pasado, que muchos empresarios están asumiendo, pero también hay una parte importante, entre los que figuran propietarios de grandes viñas y bodegas, que se resisten mientras no se firme el nuevo convenio y se le dé curso con su publicación en el Boletín Oficial de la Provincia (BOP).

Los reacios a aplicar el acuerdo económico suscrito entre las partes se escudan en que con el antiguo convenio ya están pagando por encima del Salario Mínimo Interprofesional (SMI), pero esto es sólo en el mejor de los casos en aquellos trabajadores que tienen consolidado el complemento de antigüedad.

La representación sindical elude dar pistas sobre la estrategia que seguirán durante la huelga, si bien desliza que estarán muy pendientes de viñas y lagares que caigan en la tentación de incorporar a nuevos trabajadores con contratos temporales para sacar adelante la vendimia, como sospechan que intentarán algunos empresarios.

Y no sería descabellado pensar en que las acciones de protesta durante el paro total de la actividad se concentren en las parcelas y bodegas de elaboración bajo titularidad de los que aún se resisten a aplicar el acuerdo económico a la espera de que las partes logren desbloquear finalmente el convenio para su entrada en vigor.