La huella del hermanamiento

Vicky Miller mantiene vivos desde El Paso (Texas) los lazos que unieron a Jerez con la localidad estadounidense hace ya diez años. En unos meses volverá para quedarse

Las damas del Club de España de El Paso posan tras elaborar las tapas que maridaron con Jerez. Vicky Miller es la segunda por la derecha (abajo).
Manuel Moure / Jerez

28 de enero 2008 - 01:00

Muchos jerezanos recordarán el centro educativo bilingüe llamado 'Colegio Miller', que se ubicó durante largos años en Montealto. Vicky Miller, tras estudiar en el instituto llegó a la Escuela de Formación del Profesorado 'Monseñor Cirarda' , para llegar a ser directora del referido centro, el cual fue fundado por su propia madre. Hace ya 14 años que marchó a El Paso, en Texas, donde desde el primer momento se convirtió en una perfecta embajadora de los vinos y los brandies de Jerez, así como de la cultura española en general.

Ella a un lado del charco y la ex concejala Pilar Chico en el opuesto al frente del colectivo 'Albatros' trabajan para mantener vivos los hermanamientos. La encargada de 'Albatros' para la localidad de El Paso es María José Daza.

Es realmente curiosa la forma en que el vino se erige en punto de unión con Jerez tanto de los vecinos paseños como de los descendientes de españoles que allí han hecho su vida. La propia Vicky Miller reconoce que ha tenido "la suerte de contar con el apoyo de las bodegas Osborne, así como con la colaboración de la vicecónsul honoraria de España en Dallas que, a su vez, regenta una empresa de importación de vinos de Jerez". Gracias a ella los vinos, que a fin de cuenta nacen de la tierra, están mucho más cerca.

"Contra lo que pudiera pensarse -manifiesta Miller- no sólo los vinos dulces encantan a la gente de El Paso, ya que el fino, la manzanilla y el amontillado tienen mucho éxito. Recientemente organizamos un maridaje de vinos de Jerez con tapas paseñas y puedo asegurar que más de uno introdujo estos vinos en su lista de la compra". Sobre el precio de los caldos jerezanos Vicky Miller señala que "no están mal de precio, suelen rondar todos los diez dólares a excepción del pedro ximénez que sube hasta los 18".

La iniciativa de esta mujer no conoce límites. Entre los acontecimientos que ha organizado o ayudado a desarrollar se encuentran desde fiestas rocieras a aniversarios del hermanamiento con Jerez (la última de ellas el pasado mes de octubre) a la que asistió el alcalde de El Paso, John Cook, "que está deseando visitar Jerez en cuanto pueda".

El último reto que ha incluido en su agenda es el 'Our heritage: Spain' (Nuestra herencia: España) que durará tres meses, desde marzo hasta mayo. El Club de España de El Paso, del que fuera presidenta durante muchos años, piensa dotarle con teatro clásico del Siglo de Oro, clases de cocina española, galas y, por supuesto, vinos y brandies de Jerez. "Serán los caldos elegidos para realizar los maridajes con las tapas paseñas".

Vicky Miller sigue manteniendo lazos con la tierra en la que vivió su primera juventud, mientras su padre trabajaba en la conocida firma bodeguera González Byass, donde estuvo nada menos que cuarenta años. "Suelo viajar allí en navidades y en junio, dos veces al año. Lo más probable es que el próximo mes de agosto viaje de nuevo hasta España para quedarme definitivamente allí. Será entonces cuando siga con el mismo empeño pero al revés: traer a los paseños hasta Jerez".

Uno de los representantes jerezanos en el hermanamiento con El Paso fue el presidente del Consejo Regulador del Brandy, Evaristo Babé, quien alaba sin ningún género de dudas la forma en que Vicky Miller ha mantenido encendido el fuego del hermanamiento. "Y lo ha conseguido -señala- gracias a dos cosas: de un lado por los eventos que organizan con vino y brandy de Jerez como protagonistas y, de otro, a través de boletín llamado 'Alhaja' que edita el Club de España" que lleva por nombre 'El paso del Norte'. "Es muy raro que en los seis número que editan anualmente no haya alguna referencia a Jerez".

Meritoria sin duda es la labor de esta jerezana a miles de kilómetros de distancia con el único objetivo de mantener vivo un hermanamiento que, al día de hoy, está institucionalmente muerto. Pero se puede asegurar sin temor a equivocarse que no tardará mucho en dar un giro de 180 grados... en cuanto Vicky Miller retorne para quedarse.

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