Entre huesos en el Arqueológico
ocio
La sexta edición de los talleres de verano para niños del museo ha incorporado una nueva actividad
Jerez/Un año más el Museo Arqueológico de Jerez ha abierto sus puertas para la nueva edición de talleres de verano para niños de entre 8 y 12 años. En esta edición el museo ha estrenado un nuevo taller, 'Entre huesos y arqueología', donde los niños descubren en sus salas las costumbres funerarias de las distintas culturas y realizan, como verdaderos arqueólogos, la excavación de un enterramiento.
El taller comenzó el pasado 7 de agosto y continuará a lo largo de varias jornadas de este mes. Desde el primer día las plazas para disfrutar de los talleres de verano estaban totalmente agotadas. "Se suele convocar el plazo a finales de junio y prácticamente las primeras semanas de julio ya están al completo. Los padres están pendientes porque los niños aparte de aprender también se divierten", asegura Francisco Barrionuevo, arqueólogo y uno de los encargados, junto a la restauradora Carmen Martín, del taller.
En julio los niños pudieron disfrutar de la actividad 'Una joya de museo. Joyas y adornos personales a través del tiempo', con la que ya se contó las ediciones anteriores. Este año han incorporado a los talleres de verano, 'Juegos y juguetes del pasado' y 'Entre huesos y arqueología'. "Tenemos la experiencia de otros talleres y somos conscientes de lo que más llama la atención. Los demás talleres de esta edición también han tenido un gran éxito", comenta Barrionuevo.
El taller comienza a las 11 horas con unas diapositivas donde el arqueólogo explica al grupo de 20 niños, de edades de entre 8 y 12 años, el trabajo de los arqueólogos, antropólogos y restauradores en una excavación. Lo hace de una forma didáctica. Les habla de los tipos de tumbas, de enterramientos, de los objetos que enterraban y de cómo, solo echando un vistazo a los huesos encontrados, se puede saber si son de hombre o mujer.
Tras conocer los huesos del cuerpo, los niños se dirigen al patio del museo para comenzar con la recreación de una excavación arqueológica con dos enterramientos de inhumación de época romana, uno femenino y otro masculino. Aparte de encontrar en la excavación la recreación del esqueleto a tamaño natural también pueden observar objetos de frecuente aparición en este tipo de tumbas: vasijas, collares o lápidas con el nombre del difunto. Asesorados por los monitores, los niños retiran con palas y brochas la tierra que cubre los enterramientos hasta dejarlos totalmente expuestos.
Tras esto, los niños cogen los objetos encontrados en la tumba, jarras, platos, joyas, y comienzan a limpiarlos con cuidado ya que pueden tener colores o dibujos que les pueden ayudar a conocer más sobre el esqueleto. Después de dejar los objetos en unas bandejas, es el turno de recoger las piezas del esqueleto y colocar en un tablero las diferentes partes del mismo, para seguidamente limpiar con una brocha las partes del esqueleto que ellos anteriormente han descubierto. "El arqueólogo forma parte del resto de profesiones y aporta el conocimiento de nuestros antepasados, de cómo vivían, sus ritos, creencias...Es bueno que desde pequeños ya vayan teniendo sensibilidad hacía el patrimonio histórico", defiende Barrionuevo.
Posteriormente, los niños deben rellenar un ficha al igual que hacen los mismos arqueólogos en una excavación y reflexionar sobre lo encontrado. En ella deben poner el sexo del esqueleto encontrado, la longitud de algunos de sus huesos o su cronología. Como arqueólogo, Francisco se sorprende de algunas actitudes de los niños. "Es una sensación bastante gratificante y sorprendente a veces de cómo ellos van identificando cada parte del esqueleto e incluso de lo que va saliendo. También es muy curioso cuando se les insiste que tiene que ser un trabajo muy cuidadoso y minucioso, cómo van utilizando la brocha, trabajan con miedo, cada vez que ven algo se paran un poco y van despejando todo como si fuesen unos auténticos arqueólogos", comenta.
Para finalizar el taller, se completa con una visita a las salas del museo en las que se encuentran expuestas algunas tumbas y piezas relacionadas con el mundo funerario. Conocen piezas o formas de enterrar a los seres queridos desde la época tartésica, pasando por la ibérica, romana y acabando en las costumbres funerarias de los visigodos y musulmanes. Para terminar la actividad, se les obsequia con un diploma por la participación y con una moneda romana que ellos usaban al enterrar a sus seres queridos para pasar de la orilla de la vida a la de la muerte.
En los talleres del Museo Arqueológico prima por encima de todo el juego, la actividad y la experiencia de los niños. Esta es la sexta edición de una de las actividades de la época estival con más éxito entre los niños de la ciudad y de muchos visitantes.
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