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La imagen desconocida del jerez

El Rebusco

De los grabados a las viñetas

Caricatura, sátira y humor gráfico

Caricatura de Maro.
José Luis Jiménez

12 de junio 2022 - 20:00

Dibujo de Pedro Carabante publicado en Diario de Jerez.

Los vinos del Marco del jerez tienen una larga historia, a la que no le falta un amplio historial de anécdotas. En esta sección de El rebusco tratamos de adentrarnos en ese complicado laberinto de aspectos poco conocidos que ha generado nuestros vinos a lo largo de los siglos. Intentamos dar con el dato exacto, el documento de interés, o la imagen inédita que nos confirme que la historia cultural de nuestros vinos está aún por hacer. Hay que desmontar las numerosas leyendas que se han ido tejiendo sobre él.

En otras entregas de mis artículos he tratado sobre El jerez en el humor gráfico (14 noviembre de 2016), y Caricaturas con Jerez (16 septiembre 2019). Esta vez daremos un giro de tuerca sobre la 'oculta' presencia del jerez en una serie de grabados y viñetas comprendidos en un espacio temporal de más de un siglo.

El uso del humor gráfico en la enseñanza de la historia en las últimas décadas está cobrando una gran importancia, así lo ha evidenciado la profesora argentina Florencia Paula Levín.

Y, cómo no, volvemos sobre un asunto del interés, el famoso combinado del sherry-cobbler, ese cóctel que con cierta licencia relacioné con el rebujito, y que en los últimos tiempos ha despertado el interés de especialistas con nuevas aportaciones, reavivando el interés por el vino que le da nombre. Sin embargo, el Sherry Cobbler no parece que alcanzara la misma aceptación y fama que en su lugar de origen, Inglaterra, Francia, Australia o Canadá.

Más sobre el sherry-cobbler

Los efectos negativos del alcohol en la Inglaterra victoriana.

¿Qué tiene este cóctel del que ahora todo el mundo habla? Al parecer tiene más historia de lo que creíamos en un principio, y sobre el que ya escribí en 2006.

La reciente publicación de dos artículos sobre este asunto, escrito por la periodista Ana Vega Pérez de Arlucea, añade nuevos datos de interés, y aclara el origen de un cóctel que marcó una época: El cóctel con un vino español que enamoró al mundo y Así nació la estrella de la coctelería decimonónica. Como afirma Ana Vega: 'El sherry-cobbler fue algo distinto, mucho más importante que un teórico eslabón perdido del rebujitismo. Nacido hace 200 años en la costa este de Estados Unidos, no solo fue una de las primeras bebidas que hicieron uso y abuso del hielo o el pionero de los tragos bebidos con pajita, sino que universalizó el concepto mismo de la coctelería. Su sabor dulce y su aspecto novedoso abrieron las puertas de los combinados a un público global'.

Pareja compartiendo un sherry-cobbler, siglo XIX.

En la primavera de 1867, el emperador francés Napoleón III ofreció una calurosa bienvenida a los dignatarios que llegaban de todo el mundo para presenciar la Exposición Universal. Celebrada en el pintoresco Champ de Mars durante un período de ocho meses, los entusiastas parisinos del Segundo Imperio francés hicieron lo mismo y acogieron a los casi siete millones de visitantes que viajaron a una ciudad que se estaba modernizando a un ritmo acelerado. Entre los más de cincuenta mil expositores que se instalaron, destacó el pabellón estadounidense, simplemente por ofrecer a los franceses una bebida tan singular que se extendió como la pólvora: el sherry-cobbler. Ofrecida en un clásico vaso de soda, la receta consistía en azúcar, cítricos machacados y vino fortificado andaluz, pero dos elementos lo hicieron singular, el novedoso uso del hielo picado y la forma de beberlo, con una pajita. Se hizo tan popular que la delegación de EE.UU. gastó aproximadamente quinientas botellas de jerez al día para servir este brebaje a una clientela mayoritariamente francesa. Por supuesto, los visitantes británicos ya lo conocían después de leer The Life and Adventures of Martin Chuzzlewit (1843-1844), de Charles Dickens.

El 'sherry-gobbler' llega a París en la segunda mitad del XIX.

Después de que el personaje principal describiera el cóctel en términos elogiosos, su popularidad se disparó en toda Inglaterra, sorprendiendo a otro famoso autor, Mark Twain, que exclamó: 'Con un origen común, un idioma común, una literatura común, una religión común y bebidas comunes, ¿qué es necesario para consolidar a las dos naciones en un vínculo permanente de hermandad?'. Inventado en algún momento durante la década de 1820 o 1830, el Sherry Cobbler rápidamente democratizó los hábitos de consumo de alcohol en los Estados Unidos, del que el mismo presidente, James Monroe (1758-1831), era un buen aficionado.Fue la bebida de moda durante gran parte del siglo XIX y primeras décadas del XX, hasta la llegada de la 'ley seca'. Tan deseada por las testas coronadas de Europa como por los buscadores de oro California y Melbourne. Estos últimos se hacían traer el hielo desde Massachusetts, supliendo la pajita con un alargado trozo de macarrón.

Los más famosos escritores no fueron ajenos a este interés social, tal como podemos ver y leer en la obra del americano Charles Astor Bristed (1820-1874), The Upper, Ten thousand sketches of American Society. Sin olvidarnos de Fenimore Cooper, Henry James, o el mismo Julio Verne cuando éste sitúa la acción de La Tierra a la Luna (1865), en Florida:'... lo mismo los ricos arrellanados muellemente en el sofá de los bar-rooms delante de su jarra de sherry cobbler'.

En Francia, por cuestión de pronunciación se le denominaba como sherry-gobbler, tal como lo vemos en Alphonse Daudet en su relato. Y en el París de aquel periodo fue famoso entre la bohemia un local del boulevard de Saint-Michel, el conocido como el Sherry-Cobbler.

Where is the sherry?

Caricatura satírica de Alfred Austin en The Punch, 1901.

La sátira inglesa ha dado grandes nombres. De su amplia lista destacan Robert Seymour, Thomas Rowlandson, James Gillray, e Isaac Cruikshank, padre de George, del que traemos uno de sus dibujos, el titulado Wine in a Ferment and Spirits in Hot Water, que se reprodujo en The Comic Almanak en 1845.

Un grupo de decantadores, botellas y pequeños barriletes antropomorfizados están reunidos en torno a una mesa, cada uno hace un comentario sobre el tipo de vino y destilado que contienen, entre ellos el de sherry. El mismo artista que en 1862, ya convencido abstemio, creará un gran panel denunciando los efectos nocivos del alcohol, Worship Bacchus.

El movimiento de la temperancia, que promovía la abstinencia en el consumo del alcohol, había surgido a principios del siglo XIX. Este se difundió rápidamente por influencia de las iglesias y en 1833 había 6.000 sociedades locales en Estados Unidos. Las primeras organizaciones europeas se formaron en Irlanda, haciendo un progreso efectivo en 1829 con la creación de la Ulster Temperance Society. En 1862 se creó la Church of England Temperance Society, que fue reconstituida en 1873. En esa línea tenemos el grabado que reproducimos, con la macabra composición de botas llenas de diferentes licores y vinos, incluido el sherry.

Viñeta de Stanley Franklyn en el Daily Mirror, 23 de diciembre de 1965.

De mediados del siglo XX es la viñeta de Stanley Franklyn para el Daily Mirrror, que apareció el 23 de diciembre de 1965, donde un conductor se decide por un jugo de tomate ante tentadores expendedores de alcohol, como un barril conteniendo Heavy Fine Old Sherry.

Don Fastidio, semanario satírico publicado en Jerez, 1912.

La revista satírica inglesa The Punch es toda una institución en Inglaterra, creada en 1841 pervivió hasta el 2002. El dibujo de Bernard Patridge, publicado el 31 de julio de 1901, nos muestra una divertida imagen del Poeta Laureado, Alfred Austin. En su cuello lleva colgado un barrilito de jerez.

Ver y mirar

En el ámbito local tenemos el recomendable trabajo de Mercedes Otero Fernández, La política gaditana y jerezana en la prensa satírica (2004), que estudia gran parte del periodo de la Restauración borbónica (1874-1931), periodo en el que sobresalen publicaciones satíricas como El Motín, o La Esquella de la Torratxa. Madrid Cómico, Don Quijote, Gedeón, etc.

Una botella de Real Tesoro en un dibujo de Francisco Mateos González, 1937.

En todas ellas podemos seguir la pista del jerez, al igual que en El buñuelo, donde Eduardo Sojo Sanz, de nombre artístico Demócrito, nos deleita con esta escena de grupo con políticos del momento. Uno porta una botella de jerez, y en la mesa otras de manzanilla y jerez.

El jerez y la manzanilla asoman en la publicación El buñuelo, 1880.

El Semanario satírico local Don Fastidio, en su número 45, del año 1912, representa a algunos miembros de Ayuntamiento en la portada, bajo el epígrafe de Taberna Municipal. Tres políticos hablan de la subida del agua, a lo que Don Julio (González Hontoria) responde: 'Y a mi ¿qué? ¡Mientras no se suba el vino!'. Don Fastidio lleva una bandeja con botellas de jerez.

Otros artistas, nacionales como jerezanos, han hecho mención al jerez en sus creaciones. Francisco Mateos González, en 1937, con su Sitio de Madrid-El Estado Mayor, tres generales comparten una botella de Real Tesoro.

Pedro Carabante, en su tira cómica del Diario de Jerez, En un periquete, y el recordado Maro (Manuel Rodríguez), en su recopilación de dibujos El jerez en el humor.

Una imagen del jerez muy poco conocida que obliga a ver y a mirar estos "dibujos" con detalle,

Grabado satírico del artista George Cruikshank, 1845.

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