Incendio en Jerez: El "infierno" de Lomopardo contado por los vecinos
El vecindario impidió que el fuego alcanzara las viviendas de la barriada con ayuda de mangueras y cubos de agua
La policía local habla de milagro y los vecinos lo califican de "infierno" en el que por suerte apenas hay que lamentar daños personales y materiales
"La impotencia ante el miedo a perderlo todo"
Lomopardo aún no se ha repuesto del susto por el grave incendio declarado el martes en Jerez y que pudo acabar con la barriada rural jerezana, donde ayer sus vecinos limpiaban los restos que dejó el fuego a su paso por este núcleo de población, el primero afectado por las llamas y que, según cuenta un policía local, se salvó de "milagro".
Pero fueron los propios vecinos los que obraron este milagro al evitar que las llamas alcanzaran sus casas jugándose el tipo con ayuda de mangueras y cubos de agua. "Si lo piensas, lo lógico habría sido salir corriendo de allí porque aquello era un infierno, pero nos quedamos todos a echar una mano para salvar nuestras casas", relata Enrique López, de la Venta Lomopardo y vecino de la barriada.
La venta ha reabierto sus puertas sobre la una y media de la tarde de este jueves después de más de seis horas de limpieza, sobre todo de la terraza, donde había una cuarta de cenizas del incendio, las mismas que se esparcieron a causa del fuente viento de levante por todo Jerez para alertar a sus ciudadanos del riesgo de propagación del incendio antes de que fuera controlado, ya bien entrada la madrugada.
Por suerte, la venta permaneció cerrada el miércoles, día de descanso de personal, ya que el incendio se declaró sobre la una y media de la tarde, en el inicio del horario de almuerzo, con lo que podría haber sorprendido a los clientes que frecuentan este establecimiento hostelero. Y por suerte también, los propietarios de la venta y el resto de vecinos se encontraban en sus casas cuando el fuego alcanzó la barriada.
Por entonces, el vecindario ya había regado abundantemente el exterior de las viviendas y retirado los vehículos de la calle principal, salvo uno abandonado desde hace tiempo, que acabó calcinado, y otro turismo cuyo propietario lo dejó allí aparcado para compartir transporte.
Según su relato, el fuego apenas tardó siete minutos en atravesar las tierras de labor que separan la barriada del río Guadalete y la carretera de La Ina, donde se originó el incendio. De hecho, significa, los vecinos venían comentando el riesgo de incendio en la actual situación de alerta amarilla en la zona por el "abandono hace unas semanas de unas alpacas de paja dispuestas en hilera en esta parcela y que, junto a los pastos que las rodean, fueron gasolina para el fuego y provocaron que las llamas alcanzaran rápidamente la la barriada".
"Cuando llegaron los efectivos encargados de la extinción ya teníamos el fuego dominado, también el vehículo que estaba allí aparcado y que nos encargamos de salvar manteniéndolo mojado porque nos dio pena", explica López, quien detalla que salvo las macetas y toldos exteriores de las casas que salieron ardiendo y sufrieron daños por los materiales incandescentes desparramados por el viento, apenas ha habido que lamentar daños materiales.
Los daños personales se limitan a las quemaduras leves sufridas en una pierna por un vecino, no así intoxicaciones por humo pese a la exposición de todos los que participaron en las heroicas labores de protección de sus propiedades, durante las que "lo pasamos realmente mal".
No en vano, López recuerda que "acabamos tiznados y con los ojos completamente hinchadaos por el denso humo negro que te impedía ver a cinco metros de distancia y del que nos protegimos con camisetas mojadas con las que nos tapamos la nariz y la boca".
Según su relato, desde el primer momento se vio venir que el fuego llegaría rápidamente a la barriada, por lo que no entienden que las fuerzas de seguridad tardaran más de dos horas, cuando las llamas ya habían rodeado el núcleo rural para seguir su camino por el cerro de Lomopardo hacia la autopista, en avisar de la llegada de los helicópteros del Infoca para que se refugiaran en sus casas.
"El fuego pasó por encima de nuestras casas, no se explica que no salieran ardiendo", indica el hostelero, quien entiende que de no ser por la intervención de los vecinos de la barriada, ahora estarían lamentado la pérdida de sus hogares.
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