Lectores sin remedio
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Un autobús urbano sufrió este lunes un incendio en el centro de Jerez. Podría tratarse de un hecho aislado, pero no lo es. A lo largo de los últimos años, distintos vehículos de la flota han sufrido fuegos y otras averías destacadas. De hecho, hace apenas dos meses, un autobús se empotró contra una valle en plaza Esteve. Afortunadamente, no hubo daños personales.
Se da la circunstancia, además, de que en la mayoría de casos los sucesos han tenido lugar en vehículos que habían sido revisados recientemente, como alegaron en su momento desde el Ayuntamiento de Jerez los distintos responsables municipales. En total, se han registrado alrededor de una docena de incidentes de distinto calibre entre 2016 y 2024, tanto durante los dos últimos mandatos socialistas como, los más recientes, durante este último año con el PP al frente del gobierno.
Uno de los accidentes más conocidos fue el que tuvo lugar en noviembre de 2022. En aquel suceso, un autobús sin conductor ni pasajeros se desplazó desde su parada en plaza Esteve hasta el emblemático edificio del Gallo Azul, donde acabó empotrado. La lenta velocidad del vehículo -que aseguraron que tenía el freno de mano puesto- hizo que no hubiera que lamentar víctimas, pese a que en aquel momento había personas en la terraza de dicho establecimiento.
Apenas un mes antes de lo ocurrido en el Gallo Azul, bomberos del Parque de Jerez intervinieron de madrugada, en octubre de 2022, en el incendio de un autobús urbano que se encontraba aparcado en la cochera de la calle Marruecos, en el Polígono Industrial El Portal. Al llegar los efectivos del parque jerezano se encontraron el autobús solo, separado del resto, ardiendo por completo.
Otro de los incendios registrados en la flota de autobuses urbanos tuvo lugar en marzo de 2020. En esta ocasión, se produjo un pequeño incendio en la parte trasera de un autobús urbano que se encontraba parado en la Rotonda de los Casinos, en plena calle Larga.
El fuego se produjo en el motor del vehículo. En el momento del incendio, no había pasajeros en su interior. El autobús realizaba el recorrido de la línea 16 que conectaba el centro con la zona norte de la ciudad (Hipercor, Las Flores y Pozo Albero).
También en agosto de 2019, un vehículo urbano, que prestaba servicio durante la mañana en la Línea 7 (Angustias-Estella del Marqués), sufrió un conato de incendio a su paso por Paseo de Las Delicias, en sentido hacia el centro de la ciudad. Por suerte, fue solventado de inmediato por su conductora, que utilizó rápidamente el extintor.
A pesar de que en el vehículo viajaban pasajeros, no hubo que lamentar daños personales y los viajeros salieron por su propio pie. El hilo de humo penetró en la parte trasera interior del autobús, lo que alertó a sus ocupantes y propició la intervención rápida de su conductora.
Se da la circunstancia de que se trataba de un autobús nuevo del modelo ‘Otokar’ que había pasado la revisión pertinente, formalizada por el servicio oficial de ‘MAN’, apenas un mes antes. La primera versión oficial fue que conato de incendio pudo ser provocado por la fisura de un conector (conocido popularmente como ‘manguito’) situado sobre el tubo de escape y del que se desprendió aceite.
A finales de 2018, concretamente en diciembre, un autobús con 16 viajeros sufrió una salida de la calzada tras una avería. Los pasajeros no sufrieron daños, a pesar del enorme susto por lo sucedido. En concreto, el citado vehículo sufrió problemas en su eje a su paso por la carretera de Guadalcacín en dirección hacia San José Obrero, a la altura de la esquina de la calle Setefilla.
La destreza del conductor evitó males mayores a pesar de que “el eje delantero se quedó doblado por la rotura de la unión del chasis con las tirantas de conexión”.
El 2018 fue especialmente problemático al registrarse, al menos, tres incidentes en la flota del servicio municipal. La salida de vía de Guadalcacín, estuvo presidida por dos incendios que tuvieron lugar en abril y julio. El ocurrido en verano se localizó en un autobús, adscrito a la línea 9, que circulaba por la avenida Blas Infante (antigua Carrero Blanco) en la zona sur de la ciudad. El autobús comenzó a echar humo por la parte trasera, por lo que se detuvo para desalojar a los pasajeros, sin registrarse daños personales.
Mucho más grave fue el de abril de 2018. Los usuarios de la Línea 8 pudieron salir ilesos a pesar de que el vehículo ardió en segundos en Cuatro Caminos. Una vez más la rápida actuación del conductor resultó fundamental para abrir las puertas y permitir la evacuación, mientras que con el extintor intentaba sofocar el fuego. “De repente se pasó del olor a quemado a una intensa humareda y, acto seguido, a las llamas”, aseguró entonces uno de los viajeros.
Un fallo eléctrico fue la causa de este suceso, según alegó el entonces delegado municipal de Movilidad, José Antonio Díaz.
En octubre de 2016 se registró también otro incendio en un autobús urbano. El motor del vehículo ardió cuando se encontraba a última hora de la tarde en la plaza de Madre de Dios. De forma inmediata los pasajeros fueron desalojados del vehículo y el conductor se bajó para intentar sofocar el incendio con un extintor.
No fue el único de ese año, tanto en mayo como en julio también se registraron incidentes en distintos autobuses del servicio municipal, como consecuencia de una flota de autobuses demasiado antigua. El suceso de julio fue producido por un manguito roto que provocó una gran humareda. El autobús circulaba por la avenida de Europa y se vio obligado a bajar a los 20 pasajeros que en ese momento se encontraban dentro.
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