Lectores sin remedio
Cultura
Francisco Morales Moreno. Director de CEAIN
Francisco Morales Moreno (Jerez, 1967) es director del Centro de Acogida de Inmigrantes (CEAIN), constituida en 1992 y que se encarga de la atención integral al colectivo inmigrante, defendiendo sus derechos y contribuyendo a la construcción de una sociedad intercultural.
–¿Sigue habiendo discriminación racial en nuestros días?
–Si entendemos por discriminación racial las dificultades que pueden atravesar personas de otro origen cultural, religioso, étnico, para desenvolverse en la vida cotidiana, acceder al mercado laboral, a una vivienda, etcétera, pues yo creo que Jerez no es una excepción. Estamos en el mismo contexto. Más allá de que la norma trata de preservar de que no exista, en la práctica sabemos que esto tiene mucho que ver con las actitudes de la gente, y en la medida que haya actitudes de personas que piensen que los inmigrantes no tienen todos los derechos ni pueden acceder en igualdad de condiciones a los servicios de la comunidad, pues tenemos un problema.
–¿Y dónde estriba el problema?
–Yo creo que es un tema de formación, de sensibilización, porque en la práctica nos seguimos encontrando en la asociación con personas que nos dicen que han tenido un problema para alquilar una vivienda o los vemos en el mercado laboral, cuando todos sabemos que hay situaciones de abuso, se abusa de personas que puedan estar en situación irregular, pagándoles menos, haciendo que estén más horas o no cumpliendo los convenios. Con esto no quiero decir que esto sea la práctica generalizada, pero sí sigue habiendo una porción significativa de casos. Cuando está instituido un día de estas características y sigue vigente es porque hay que seguir recordándole a la sociedad que vivimos en una sociedad cada vez más diversa, multicultural, que esto no tiene vuelta atrás y que entre todos tenemos que tratar de conformar un marco común de convivencia, de respetar la diversidad, donde todos tengan igualdad de derechos y de deberes.
–Luego están los clichés que se les suelen imponer al colectivo inmigrante.
–Se proyecta en ellos unos prejuicios que pesan sobre todo un colectivo. A nadie se le ocurriría calificar a una persona de aquí como señorito, pero es justamente lo que hacemos cuando viene alguien de fuera. Ese es el problema también de la discriminación racial, que se agrupa a personas y a situaciones diferentes dentro de un mismo prejuicio. Se les pone una etiqueta y eso influye a la hora de contratarlos, a la hora de alquilarles una vivienda...
–¿Apuestan fuerte las administraciones por erradicar este problema?
–Lo que nosotros siempre le pedimos a los poderes públicos es que ejerzan su función pedagógica. Desde entidades sociales como la nuestra estamos intentando, granito a granito, sensibilizar a la gente con actividades encaminadas a ello y luego eso se nos desmorona como un castillo de arena en el momento en que a lo mejor en una refriega política se cruzan una serie de barbaridades en torno a la inmigración que el que lo escucha piensa que la inmigración es un problema. Tiene que haber una labor muy explicativa hacia la gente, y eso es lo que pedimos, que se cuente la verdad, que se diga que España tiene una población diversa, que son personas que forman parte de esta sociedad y que parece que no van a dejar de ser inmigrantes nunca. Nuestra queja es que la inmigración ha entrado ya en la agenda de discusión de los partidos políticos, pero lo ha hecho de muy mala forma, como arma arrojadiza y asociando la inmigración a temas muy sensibles que la gente tiene muy a flor de piel como el tema del trabajo o la seguridad ciudadana, que son temas muy resbaladizos. Sabemos cómo empezamos pero no como acabamos.
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