El invierno acaba con el brote otoñal del viñedo
El frío y la habitual poda de diciembre acaba con este inusual fenómeno que se ha dado en el Marco
Las bajas temperaturas y la poda de invierno han puesto fin a la brotación que tuvo lugar hace unas semanas en parte de los viñedos del Marco de Jerez. Tal y como se esperaba la llegada de los primeros fríos ha sido determinante para paralizar la brotación (e incluso la floración) que se había producido de manera inusual en las viñas, sobre todo en las comprendidas entre Jerez y Sanlúcar. Hasta aproximadamente el día 10 todavía fue posible presenciar este fenómeno en algunas de estas viñas, aunque el frío que entró coincidiendo más o menos con esa fecha terminó con la brotación. Además, hay que tener en cuenta que desde comienzos de diciembre dio comienzo, de manera escalonada, la poda invernal, imprescindible para el descanso definitivo de la cepa durante los meses invernales. Esta poda acabó por poner fin a los brotes que pudieran quedar.
Será en primavera, en el momento de la brotación real en el viñedo del Marco de Jerez (entre los meses de marzo y abril) cuando se vean los posibles efectos negativos que haya podido tener sobre la cepa -y, por extensión, sobre la próxima vendimia- los brotes otoñales. En principio, todo apunta a que no debe haber mayor problema, pero algunas fuentes han alertado de que si el régimen de lluvias es escaso, las viñas que tuvieron brotación pueden sufrir el trabajo 'extra' realizado en otoño e ir por detrás tanto en la floración como en la maduración del fruto. Frente a estas fuentes, hay otras que estiman que todo ha sido una simple anécdota como ha ocurrido ya con otros cultivos en otras latitudes y que, al fin y al cabo, no ha afectado a más del 15 por ciento del viñedo del Marco (unas 10.500 hectáreas).
Sea como fuere, desde el sector se considera que lo ocurrido este año debe relacionarse más con la concatenación de una serie de factores que como una 'evidencia' más del anunciado cambio climático. Esa concatenación de factores parten de un verano relativamente suave y, por ello, poco estresante para la viña, la posterior plaga del mosquito verde, las fuertes precipitaciones que se produjeron de manera inmediata y, por último, el regreso del calor durante todo el mes de octubre y parte de noviembre.
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