Lo que sólo el teatro le podía dar a Jerez

Jerez/Asistir al teatro en Jerez durante la segunda mitad del siglo XIX, al igual que en el resto de España, era una forma de relación social. La mayor parte del público iba "a ver gente", recuerdan los autores Rubio Jiménez, Circi Narváez y Ramos Santana. Según el periódico de la época El Guadalete, "Jerez busca en el teatro lo que no encuentra fuera de él".

El investigador Francisco Álvarez Hortigosa da buena cuenta de ello, y de mucho más, en el libro 'La vida escénica en Jerez de la Frontera durante la segunda mitad del siglo XIX'. Esta publicación supone una reedición revisada de la versión en digital editada por Anagnórisis en 2012 y constituye una síntesis de la tesis doctoral 'Historia del teatro en Jerez de la Frontera durante la segunda mitad del siglo XIX', que bajo la "sabia y afectuosa" dirección de los profesores Marieta Cantos Casenave y Alberto Ramos Santana defendió el autor en la Universidad de Cádiz en 2009. Una investigación que asegura "no hubiera sido posible sin el buen hacer y la profesionalidad del personal de la Biblioteca y del Archivo Municipal de Jerez y de sus respectivos directores". La obra cuenta con un diseño y maquetación de la mano de Fran Sánchez Mazo y una portada cuya creadora es Encarna Álvarez.

Un tema que Francisco Álvarez cuenta que arranca en torno al año 2000, de los cursos de doctorado. "Entonces, hice un trabajo de prospección que se llamó 'La temporada teatral en Jerez en 1863-64'. A mí, el teatro siempre me ha gustado mucho y ahí vi que había un tema muy interesante, ver la mentalidad de una ciudad, además del teatro representado en sí. Había entonces una actividad teatral impresionante".

La obra aborda la historia de los espectáculos teatrales, parateatrales y de flamenco, en Jerez durante la segunda mitad del siglo XIX, obteniéndose un resultado complejo y variado que pone de manifiesto su enorme riqueza: locales, empresas, escenografía, precios y horarios de las funciones, compañías y actores, aficionados, sociedades dramáticas, público, autoridades, normativa legal, censura, crítica, cartelera, obras representadas y autores.

"Pretendemos establecer las posibles relaciones entre la actividad teatral y la sociedad y economía jerezanas, acercarnos a la mentalidad de los jerezanos de aquel período a través de sus preferencias y actitudes ante los diversos elementos escénicos, aprovechar las posibilidades de la prensa jerezana y de nuestro Archivo Municipal para el conocimiento de cuestiones teatrales y ampliar el conocimiento del teatro decimonónico español a nivel local. Recabamos testimonios procedentes de documentos oficiales, de artículos periodísticos, opiniones del público en sus remitidos a la prensa, aclaraciones de los empresarios o declaraciones de los actores. Seguimos los criterios puestos en práctica por otros autores, aportamos nuevos puntos de vista y verificamos o no ideas ya expresadas en anteriores trabajos a nivel nacional", explica.

Una obra riquísima en anécdotas y datos, cargada de conocimiento y curiosidades que se van desarrollando en epígrafes como locales teatrales, carteleras, autores, compañías, directores, aficionados, escenografías, públicos, flamenco...

Además de toda la parte teatral, "tenemos la parateatral. En esta época, los empresarios, que eran muy avispados, aprovechaban cualquier cosa que fuese digna de subir a un escenario (parateatro) como experimentos, malformaciones en el ser humano, etc., que también aparecen aquí con una nómina larguísima de espectáculos de este tipo", explica el autor.

En el capítulo de público se habla de todo el ambiente que había en Jerez "y cómo la idiosincrasia de la ciudad se mantiene a lo largo de los años. El público protagoniza iniciativas "empresariales", muestras de aprecio y desagrado a los artistas, reclamaciones a las empresas, o altercados y "comportamientos inconvenientes" en los locales teatrales que constituyen, junto a los casinos o los paseos, uno de los lugares fundamentales de las relaciones sociales y el entretenimiento en la ciudad". Cuando se fumaba en los teatros, entraban los perros... El teatro como lugar de reunión de la sociedad y de 'encuentro' entre sexos. El teatro como 'escuela de costumbres'.

Respecto a flamenco, por ejemplo, el autor destaca que "hasta la fecha no se había hecho una cartelera flamenca de todo lo que había tanto en el Archivo, como en los periódicos de la época de El Guadalete y El Progreso". Al respecto, Álvarez Hortigosa aprovecha para recordar "la riqueza enorme del Archivo Municipal de Jerez, que hay que cuidar. Tiene una gran documentación con la que se puede reconstruir la historia de la ciudad. Hay que darle la importancia que se merece. Son centros culturales muy importantes".

Una obra que, aunque un tono académico, puede interesar a cualquier amante del teatro que se quiera acercar con todo lujo de detalles a una época. "Un trabajo de medio siglo, 50 años en los que no se había profundizado".

Francisco Álvarez Hortigosa continúa sus investigaciones teatrales, culturales de Jerez y su entorno. Flamante jubilado, reside en Chiclana. El investigador, que ha vivido 20 años en Jerez y ha sido profesor de Historia en el IES La Granja, también ha publicado 'La escena teatral en Chiclana de la Frontera (1800-1933) (2022) y dos artículos parecidos en Signa, revista de la Asociación Española de Semiótica, 'Puestas en escena del teatro clásico español del Siglo de Oro y del siglo XVIII en Jerez de la Frontera (1852-1900) en 2010 y 'La cartelera teatral de Chiclana de la Frontera durante el siglo XIX. Obras, autores, compañías y recepción crítica' en 2019.