Una joya de taller

Arte

Los creadores de joyas ‘El Oribe’ restauran, crean colecciones exclusivas y dan a las piezas una doble vida

La firma publicará en marzo un libro con Almuzara sobre joyería mariana

Isabel Núñez, en su taller de joyería de la calle Porvenir, 28.
Isabel Núñez, en su taller de joyería de la calle Porvenir, 28. / Vanesa Lobo
A. Cala

24 de febrero 2020 - 06:00

Jerez/Isabel Núñez no tiene una doble vida pero sus joyas sí

Colgante-broche restaurado de esmeraldas y oro del siglo XVIII.
Colgante-broche restaurado de esmeraldas y oro del siglo XVIII.

. Ella es capaz de ver más allá, de hablar con las piezas y encontrarles un nuevo sentido. Heredadas o nuevas, todas son especiales, únicas y con alma.

El jerezano taller de joyería ‘El Oribe’ nació hace 15 años. Se reparan piezas, se hacen otras exclusivas, personalizadas, se elabora una colección anual y dan además una doble vida a antiguas y modernas. “Nos gusta darle un doble uso, es decir, si te has comprado un colgante pues hacemos que sea un broche también. Si has heredado algo, pues te asesoramos y damos ideas para darle a esa pieza una nueva vida. Por ejemplo, una señora heredó una cubertería de plata y tenía como recuerdo uno de los tenedores, que convertimos en un brazalete. Y le encantó. Aquí sólo trabajamos el oro y la plata”.

Isabel Núñez era protésica dental, labor en la que trabajó mucho el modelado, pero siempre le apasionó la joyería y su historia. Tras aprender en Córdoba el engaste y grabado a buril y más sobre el modelado, decidió meterse en el negocio. “Siempre he tenido mucha habilidad con las manos, me encanta crear. Y a partir de ahí saqué una marca y hago la colección de joyas todos los años... Y cada vez hemos ido evolucionando más”.

Rsetauración de una coronita particular.
Rsetauración de una coronita particular.

De hecho, Isabel, junto a su marido, han ofrecido charlas sobre joyería histórica en las imágenes marianas y en los cristos, “y de ahí ha surgido un libro que nos ha propuesto la editorial Almuzara, que se llamará ‘La joya en el vestir de la Virgen’. Se presentará en las próximas semanas y en marzo ya estará a la venta”, cuenta orgullosa la creadora.

El taller es un sinfín de creaciones, a cual más bella, creativa o inesperada. Parece que crecen solas en las vitrinas de cristal. “Me gusta comprar en anticuarios y reconvertir después esas piezas. Lo hago con monedas o incluso ahora estoy trabajando piezas de piano de ébano que convierto en cruces para los niños para su Comunión”.

Isabel tiene sus orígenes en Puebla de Guzmán (Huelva) y allí el traje típico de la romería está cargado de joyas. “Nosotros hemos recuperado muchas joyas antiguas que se habían perdido en esa vestimenta, como un medallón, que hemos traído desde una pintura, broches, hebillas... También trabajamos bastante para las hermandades, para los cierres de capa, las potencias, restauramos piezas de las imágenes y hacemos nuevas... Además, trabajamos con dos orfebres que cuando necesitan engastes me los dan a mí. También surgen encargos desde restauradores”, añade Núñez.

Una de sus creaciones.
Una de sus creaciones.

Hay que destacar que las piezas de ‘El Oribe’ han desfilado en Simof, la pasarela flamenca sevillana, y en su taller se muestran algunos diseños ideales tanto para Feria como para una boda o una ocasión especial. Han participado además en los talleres estivales del Museo Arqueológico de Jerez.

Respecto a la recuperación de joyas heredadas, Isabel recuerda anécdotas como la de una chica, “que me trajo un montón de bolitas y corales y nosotros le hicimos una gargantilla a su estilo, ponible. Fue muy emocionante porque nos dijo que ella sentía que así tenía a su madre más cerca. Se llevó su pieza heredada, con todo el valor, porque a veces por ser antiguas no se ponen tanto. Nosotros le damos una vida nueva”.

Todo son detalles, incluso los estuches en los que se entregan las piezas, que están personalizados con la nube de ‘El Oribe’. Un sueño cumplido para Isabel, una autónoma que concilia como mejor puede su vida familiar y laboral, que va con su maletín del trabajo a casa por si la inspiración le pilla por el camino. Aquí no se escapa ni una idea. Quedan por siempre grabadas en ‘la nube’.

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