El jurado declara culpable al asesino confeso de la mujer que descuartizó y ocultó en un pozo en Jerez

El condenado ya confesó en fase de instrucción que la había matado

El autor del crimen no se arrepiente: "Si volviese a nacer, la volvería a matar"

El condenado, a su llegada a la sede jerezana de la Audiencia Provincial.
El condenado, a su llegada a la sede jerezana de la Audiencia Provincial. / Vanesa Lobo

19 de diciembre 2024 - 14:36

El jurado ha declarado culpable por unanimidad a Miguel M. M. de haber matado, descuartizado y ocultado en el interior de un pozo a una mujer de nacionalidad iraní en Jerez. El veredicto se ha conocido unas dos horas después de que se celebrara el juicio en la sección jerezana de la Audiencia Provincial por este crimen ocurrido a principios de julio del año pasado.

Ahora será el tribunal quien fije la pena a imponer al condenado por los delitos de asesinato con alevosía y contra el respeto a los difuntos. La Fiscalía solicita 25 años y cinco meses de prisión, además de una indemnización a la hija de la víctima de 150.000 euros y otra de 60.000 a la hermana. A esta petición se han adherido las dos acusaciones particulares (tanto la de la hija como la de la hermana de la mujer), así como la defensa del acusado, que volvió a confesar lo ocurrido durante su declaración en la vista oral.

De este modo, el jurado considera probado que en la mañana del 6 de julio, Miguel M. M. llamó a la víctima para mantener relaciones sexuales en su vivienda, situada en la zona de Picadueñas. Posteriormente, hubo una discusión entre ambos por el precio a pagar y, según el condenado, la víctima le amenazó con denunciarle por violación. Tras esto, e invitarla a que fuera a fumar a otra instancia de la vivienda, le golpeó en la cabeza con una machota cuando se encontraba de espaldas. Ya en el suelo, volvió a golpearla con esta herramienta y, finalmente, la hirió de muerte con un cuchillo. Una vez muerta, la desmembró, ocultó los restos en varias bolsas de basura y se la llevó en su vehículo hasta el paraje del Cortijo de Ducha arrojándola finalmente a un pozo y ocultándola con escombros.

La hermana de la víctima denunció su desaparición y la Policía comenzó a sospechar del ahora condenado, aunque no logró localizar el cuerpo sin vida de la víctima hasta casi dos meses después. Fue en una de las veces que Miguel M.M. acudió al pozo para arrojar más piedras sobre el cuerpo para que siguiera oculto.

El condenado ya confesó el crimen cuando fue detenido y puesto a disposición judicial por lo que permanece en prisión desde finales de agosto del año pasado. Y este jueves, durante la vista oral, no solo volvió a confesar lo ocurrido sino que no mostró arrepentimiento alguno, aunque aseguró que quiere compensar económicamente a la hermana y a la hija de la víctima por el delito cometido.

"Si volviese a nacer, la volvería a matar"

El juicio por este crimen se ha desarrollado durante la mañana de este jueves en la sección jerezana de la Audiencia Provincial. La vista oral no ha llegado a la hora de duración puesto que únicamente estaba prevista la declaración del acusado y que, inicialmente, tenía previsto confesar lo ocurrido, tal y como acabó ocurriendo. De hecho, ni siquiera fue necesaria que la Fiscalía y las partes personadas le preguntaran. Miguel M. M., tras sentarse en el estrado de declaración, pidió la palabra para reconocer lo ocurrido y, de paso, no mostrar ningún tipo de arrepentimiento.

Hasta en tres ocasiones llegó a decir: “Si volviese a nacer, la volvería a matar”. Justificó esta animadversión hacia la víctima en que no era buena persona porque no se llevaba bien con su familia y que esta le había amenazado por denunciarle por violación tras el encuentro sexual producido aquella mañana al no llegar a un acuerdo por el dinero a pagar. Tras criticar a la víctima, dijo en la sala: “El cielo está en la cárcel; allí estoy por lo que estoy y no por una violación porque a mí no se me amenaza”.

Acto seguido afirmó que la mató y la descuartizó para poder arrojarla y ocultarla en el pozo donde apareció. Y llegó a apuntar que la Policía Nacional halló los restos de la víctima porque fue "cuatro o seis veces" al pozo para arrojar escombros sobre la víctima para que no se vieran las bolsas con el teléfono encima. “Si no llevo el móvil, esto no se aclara”, dijo en su declaración en tono desafiante.

Al inicio de la vista oral, el resto de las partes personadas, incluida la defensa del acusado, se adhirieron a la petición de Fiscalía. Con anterioridad, una de las acusaciones particulares había solicitado la pena de prisión permanente revisable para el autor confeso del asesinato, aunque finalmente optó por sumarse al escrito de acusación del ministerio público.

Miguel M.M. se encuentra en prisión desde finales de agosto del año pasado cuando fue detenido por la Policía Nacional junto al pozo donde había arrojado el cuerpo de la víctima. Desde hacía semanas, la investigación policial apuntaba a su vinculación con la desaparición de esta mujer, que había sido denunciada a principios de julio y por la que se hizo, incluso, un llamamiento público. El caso nunca se investigó

El acusado ya fue condenado en 2001 por la Audiencia Provincial de Almería por otro delito de asesinato —en esa ocasión fue por matar a un inmigrante con el que había discutido en un bar—. También le constaban antecedentes penales por otros dos homicidios en grado de tentativa contra su expareja.

Una vez conocido el veredicto del jurado, el condenado hizo uso de su derecho a la última palabra donde aprovechó para amenazar públicamente a una vecina de la vivienda que tenía en Picadueñas. El tribunal ha ordenado que se deduzca testimonio por si los hechos son constitutivos de un delito de amenazas.

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