Los lanceros de Jerez

Jerez en el recuerdo

Ayer hace 207 años, un 19 de julio de 1808, cuando tuvo lugar uno de los hechos más gloriosos de nuestra patria en los últimos siglos: La Batalla de Bailén.

Los lanceros de Jerez
Los lanceros de Jerez

AUNQUE es un hecho suficientemente conocido por muchos, hemos querido traer a estas páginas el recuerdo de una gesta que quedó grabada con letras de oro en la historia de España y también de nuestra ciudad. Porque fue tal día como ayer hace 207 años, un 19 de julio de 1808, cuando tuvo lugar uno de los hechos más gloriosos de nuestra patria en los últimos siglos: La Batalla de Bailén. Enfrentamiento en el que varios miles de voluntarios españoles procedentes de todas las clases sociales, llegados de pueblos, campos y ciudades se unieron en un afán común: expulsar de nuestro suelo patrio al invasor francés. Día memorable para la historia de España. Aquellos hombres, muchos con escasa o ninguna preparación militar, tuvieron la valentía de oponerse y vencer al más poderoso ejército del mundo: el de hasta entonces invicto de Napoleón Bonaparte.

Patriotas contra franceses

Por ello vamos a recordar aunque sea someramente algunos hechos y la contribución de unos valientes jerezanos al triunfo sobre las huestes napoleónicas. Veamos: Tras los sucesos del 2 de Mayo en Madrid y el brutal aplastamiento de la rebelión popular surgida en dicha capital, el virrey del emperador francés, Murat, estableció a finales de mayo una gran fuerza de reserva en Madrid enviando al mariscal Monsey a aplastar las rebeliones surgidas en Cartagena, Valencia y Cataluña, mientras que el general Dupont avanzaría con 13.000 hombres hacia Córdoba y Sevilla. Tras vencer este último una ineficaz resistencia en el puente de Alcolea sobre el Guadalquivir, Dupont irrumpe con sus tropas en la ciudad de Córdoba donde, sin ningún respeto por la vida o hacienda de sus habitantes, sus soldados saquean la ciudad, violan a sus mujeres y matan a decenas de civiles. Estos sucesos exacerbaron el ánimo de los andaluces organizándose en partidas que masacraban a los soldados franceses rezagados así como sus avanzadillas y correos. Al sentirse aislado y hostigado, el general francés decide abandonar la capital cordobesa y dirigirse a las llanuras de Andujar. Desde allí, alarmado ante las noticias del avance del gran ejército que había logrado formar el general Castaños, solicita refuerzos a Madrid. El 27 de junio el general Vedel llegó a la Carolina con 6.000 soldados de infantería y 600 caballos que se unieron al grueso de las tropas bonapartistas allí acantonadas. En total había reunido un ejército de unos 20.000 soldados que se opondrían a los 29.000 del general Castaños.

No es nuestra pretensión relatar aquí otros aspectos de aquella batalla, Lo que sí vamos a contar es la intervención heroica de unos jerezanos que, unidos a otros de Utrera, por su bravura pasaron aquel 19 de julio de 1808 a formar parte de la historia con un halo de leyenda. Nos estamos refiriendo a los famosos “Garrochistas de Bailén”, aquel regimiento de lanceros voluntarios que el 16 de julio en la toma de Mengíbar y al mando del capitán José Cheriff lucharon de forma valiente y temeraria sufriendo importantes bajas entre ellas su capitán, tres días después en Bailén serían la fuerza de choque frente a la vanguardia francesa.

Garrochistas de Bailén

Los historiadores no coinciden en el número de jinetes que componían esta fuerza de caballería, las cuales según fuentes, pueden oscilar entre los 250 y 450 efectivos, de ellos casi un centenar provenían de Utrera. Nosotros nos inclinamos por una cifra cercana a la segunda, ya que la 4ª División del general Manuel de la Peña, en la que estaban encuadrados nuestros garrochistas, contaba en total con sólo 540 jinetes, y éstos en su mayoría eran los lanceros a los que nos referimos.

En nuestro archivo municipal, según refiere el que fuera su responsable Adolfo Rodríguez del Rivero, en un artículo de los años cuarenta del pasado siglo, aparecen los nombres de muchos de los que se ofrecen voluntarios para esta unidad. En el mismo nos dice por ejemplo: “Antonio Martín, presenta a su hijo Juan Martín con su caballo y garrocha de torear. Ignacio Arromando y su hijo Juan acompañado de otros cinco caballeros con caballos y garrochas. Gonzalo Roca y su sobrino Manuel con caballo y garrocha. Domingo Sestelo, tres hombres sostenidos por él con caballos y garrochas. Bartolomé Angulo, a su hijo y cinco hombres más con caballos y garrochas así como todo su caudal. Francisco Orbaneja, dos criados a caballo con garrochas”. Y así una lista de más de un centenar de hombres con sus caballos y garrochas que al parecer fueron muchos más, todos procedentes de nuestro término municipal.

La vestimenta de aquellos garrochistas era original y típica, muy parecida a las que se utilizan en las corridas goyescas: pañuelo de color rojo en la cabeza atado a la nuca cuyos picos caían sobre la espalda dejando ver una coleta envuelta por redecilla negra, sombrero calañés con moña, chaquetilla corta con hombreras y caireles, chaleco medio abierto por el que asomaba un pañuelo atado al cuello, faja negra o roja, calzones ajustados hasta la rodilla y botín abierto que dejaba ver medias azules o blancas. Sus armas: un cuchillo de monte en la faja y una larga garrocha de las de picar toros a las que muchas se les había cambiado la puya por punta de lanza.

¡España Jerez, a por ellos!

Enrolados en la división que mandaba el general Manuel de la Peña, eran jinetes consumados que sabían cabalgar con maestría entre los olivares, y así de forma temible cargaron a todo galope con una formación en cuña que diezmó a la vanguardia enemiga, rompiéndola y adentrándose hasta el grueso del ejército atravesando los olivares al grito de: ¡¡España Jerez, a por ellos, como a las vacas!!. Tras el tremendo choque, nuestros jinetes se emplearon a fondo en perseguir a los franceses causando grandes bajas entre sus dragones y coraceros que hasta entonces se creían invencibles. Pero la superioridad numérica de éstos acabó con el valor y la vida de los garrochistas. Ni que decir tiene que la mayoría perecieron, no sobrevivió más de medio centenar de ellos. Los audaces lanceros voluntarios de Utrera y Jerez vestidos de paisano asombraron a los oficiales napoleónicos tanto por su bravura e indumentaria como por su armamento: aquellas gruesas y largas garrochas de tres metros de largo, manejadas con tal destreza, nunca antes se habían visto en una batalla. Había nacido una leyenda: “Los Garrochistas de Bailén”.

Después de aquella batalla muchos serían los garrochistas jerezanos que siguieron engrosando la caballería del ejército español, circunstancia ésta que trajo en jaque a los franceses hasta su salida definitiva del suelo patrio. Ello lo podemos desprender de un bando publicado en febrero de 1810 colgado en las plazas de nuestra ciudad cuando las dichas tropas napoleónicas ocuparon Jerez. Entre otras muchas medidas de represión decía lo siguiente: “Todo individuo que auxilie a los garrochistas será fusilado o ahorcado. El que avise para prenderlos será gratificado con cuatrocientos reales y si el mismo es soldado será ascendido.

En estos tiempos en los que tantos monumentos y con tan poco acierto se han levantado en Jerez, sería de justicia que nuestras autoridades municipales se plantearan erigir un monolito en alguna de las muchas rotondas de nuestra ciudad que recordara a las generaciones actuales y venideras la gesta de aquellos héroes jerezanos que dieron su vida para defender su patria, su gente y su honor de la barbarie napoleónica. Pero esto ¡a quién le importa ya! Son conceptos que quizás hoy no se entiendan ni se valoren y menos en la política actual.

FUENTES:

Gómez Imaz, M. Los garrochistas en Bailén, Ed. Francisco. Díaz, Madrid 1908. Rodríguez del Rivero, A. La ciudad durante la dominación francesa, Jerez 1945 Ruiz lagos, M. Joaquín M. Sotelo, político y literato, prefecto de José Bonaparte en Jerez de la Frontera. Centro de Estudios Históricos Jerezanos, Jerez 1971. Ruiz Lagos, M. Documentos para la biografía del General Tomás de Morla, Centro de Estudios Históricos Jerezanos, Jerez 1972 Díaz Plaja, F. La Guerra de la Independencia, Ed. Planeta, 1994. Pérez Galdós, B. Bailén, Alianza Editorial, Madrid 2001. Mariscal Trujillo A. Garrochistas en Bailén, en: antoniomariscaltrujillo.blogspot.com.es. Julio 2009

stats