‘Aquí nació Lola Flores’
Cien años de Lola Flores
El 16 de febrero de 1957, la artista inauguró la lápida que hoy día se conserva en la casa donde nació, en calle Sol, horas antes de hacer un concierto benéfico en el Villamarta
Lola Flores: el mito de nacer gachí y morir gitana
Con Lola Flores en plena efervescencia artística, cada una de las visitas de La Faraona a su ciudad natal fueron concebidas, al menos así se desprende de las crónicas de la época, como un auténtico acontecimiento. Una de ellas estuvo marcada por uno de los conciertos (algo que ya había hecho en 1940 justo después de su debut en el Teatro Villamarta) a beneficio de los niños del Sanatorio de Santa Rosalía de su ciudad natal.
Aprovechando este hecho, el Ayuntamiento de Jerez aprovechó para inaugurar en la calle Sol número 45, la casa que le vio nacer, con una lápida donde se recoge este hecho. Ocurrió el 16 de febrero de 1957, una jornada que fue especialmente intensa, ya que Lola, justo antes del concierto y del acto oficial de la lápida, aprovechó para hacer acercarse a ver a los niños del sanatorio (dirigido por los Hermanos de San Juan de Dios) y también para visitar las bodegas Domecq.
La inauguración de la placa, que hoy por hoy sigue estando presente en el lugar 66 años después, se llevó a cabo a las cinco y media de la tarde.
“Desde mucho tiempo antes de la hora anunciada, la populosa calle era un hervidero humano, apareciendo todos los balcones engalanados, destacándose por sus adornos la del número 45 que aparecían totalmente cubiertos con colgaduras y mantones de Manila”, se puede leer en la edición de domingo 17 de febrero de 1957 del diario Ayer.
A la hora citada, allí le esperaba el alcalde de la ciudad, Álvaro Domecq Díez acompañados de otras autoridades de la época. Junto a ellos, una buena representación de personalidades del mundo del arte, que según recoge el periódico se trataba de “el gran guitarrista señor Agüera, Juan Belmonte Campoy, el compositor y músico Luis Gómez, Bernardo Muñoz ‘Carnicerito’, don Manuel Gómez Soler, don Rafael Guerrero y señora y todos los artistas de la compañía que acaudilla Lola Flores, ocupando destacado lugar sus padres y familiares”.
“Sobre la seis menos cuarto llegó Lola Flores, que difícilmente pudo abrirse paso para llegar a la tribuna allí instalada, por el inmenso gentío allí aglomerado y que era difícilmente contenido por los mantenedores del orden”.
Fue entonces cuando el alcalde, Álvaro Domecq y Díez pronunció un llamativo discurso, según se recoge en la prensa:
“Como alcalde y como jerezano me siento satisfecho de descorrer esta bandera, nuestra roja y gualda, para ver sobre esta lápida esa inserción: ‘Aquí nació Lola Flores’. Al descorrerla, siento, Lola, el mismo entusiasmo que tú le pones cuando sales de España con tu arte empujado de patriotismo. Me gusta ver la alegría de un pueblo al dedicarte esta lápida. Porque las calles tienen nombre poco estables y tú sabes, Lola, cómo se quitan y se ponen por temporadas como vosotros os cambiáis de traje en el teatro”.
El alcalde intenta además convencer a la artista de la idoneidad de colocar una lápida en vez de una calle, algo que seguramente trajó algún que otro debate durante aquel tiempo.
“La lápida en la casa donde se nació es mucho más segura y más seria, ahí tienes por ejemplo las lápidas de Manuel Torre y don Antonio Chacón que, como puedes ver, pueden darte a entender con la bonita rosa que se les ha querido pagar vuestro arte. Pero además, da la casualidad, Lola, que esta calle donde tú naciste, se llama nada menos que la calle del Sol y se llama así desde hace muchos siglos. En 1500 ya se llamaba así, y no se ha variado desde entonces. Calle del Sol, comprenderás, Lola, lo que se te podría decir, dándole vueltas a ello, de que tú no podrías haber nacido en otra calle, y para qué cambiar placas si con sólo decir calle Sol, se dirá calle de Lola Flores. Pero sí voy a decirte Lola, porque sé que tú entiendes de estas cosas, que tienen son, como decía don Antonio, que es bonito que el sol de su baile y el sol de Jerez tengan el mismo cristal cuando se encuentran”.
“Tú sabes, Lola que Jerez es famoso en el mundo entero porque reparte sol dentro de las botellas oscuras. Tú llevas el sol de Jerez dentro de tu sangre y tu piel morena y te dije, Lola, que el secreto de todo esto está en que las dos cosas forman un sol tan fuerte, un sol tan intenso, un sol que ciega tanto que para mandarlo por ahí, tenemos que mandarlo con gafas oscuras para que puedan verlo”.
Antes de proceder a la inauguración de la placa, el alcalde volvió a ensalzar a la artista homenajeada:
“Yo no soy crítico ni debo ser adulador pero hoy debo decir algo de tu baile. Yo no sé si tu baile es flamenco o gitano, o de las dos cosas a la vez, yo lo que sí sé es que tu baile es sólo el baile de Lola Flores, como las chicuelinas de Chicuelo y el pase de pecho, de Belmonte. Además, tú, Lola, bailas para ti sin necesidad de ver a nadie, sin preocuparte de nadie, como nosotros en Jerez hacemos el vino, primero para nosotros solos, y después para dar lo que nos sobra, primero metiéndolo en el alma de nuestras botas, después dejándolo correr por el mundo”.
“Por eso, porque bailas a tu gusto, porque bailas para ti, yo veo que va bailando Jerez contigo. Es tu calle, la calle del Sol, la que tiembla dentro de tu baile. Es el vino de Jerez y todo el tesoro flamenco de Jerez, el corazón flamenco de España, el barrio de Santiago, el barrio de San Miguel, los que bailan cuando tú bailas”.
“Lola, tú presumes de Jerez por ahí, pero también nosotros presumimos de tu arte. Porque cuando bailas por el mundo, cuando bailas con esa, tu gracia, con ese estilo, con esa vitalidad y esa casta tuya, única y maravillosa, la gente puede decir que bailas tú y es Jerez el que baila”.
“Yo sé también Lola, que hoy vas a bailar mejor que nunca, sé cómo estará tu corazón hoy cuando bailes porque sabes que bailas para socorrer a los niñitos lisados del Sanatorio. Ellos no pueden andar, pero tú bailas por ellos. Ellos no podrían hacer palmas, pero Jerez entero aplaudirá tu gesto. Por eso, yo me atrevería a pedirte algo más, Lola, cuando bailes esta noche no olvides por un momento que bailas para ellos”.
“En esta calle del Sol, el sol de tu baile, que desde hoy es oficialmente, para las próximas generaciones, la calle donde nació Lola Flores, permíteme, Lola, que para terminar estas palabras me acuerde de aquello que ‘entre calé y calé no cabe la buenaventura’, te diga con letras de soleá, de soleares viejas del barrio de San Miguel aquello que hoy más que nunca siente Jerez entero":
‘No es una calle cualquiera/Lola, la calle del sol de Jerez de la Frontera’.
Acto seguido, el alcalde descorrió la cortina bajo los sones de un pasodoble interpretado por la Banda Municipal de Música de Jerez.
Lola, visiblemente emocionada y con lágrimas en los ojos, recoge la crónica de aquel día, agradeció al alcalde y a la ciudad todo el cariño demostrado, para posteriormente entrar en la casa que la vio nacer, asomarse al balcón y “recibir el clamor jubiloso de sus paisanos que no cesaban de aplaudirle y vitorearla. Explosiones de entusiasmo que revistieron caracteres apoteósicos, al disponerse Lola a subir al coche”.
El día finalizó con su actuación en el Teatro Villamarta, una función cuyos fines se destinarían al Sanatorio de Santa Rosalía. Con el teatro lleno, la propia artista reconoció, según se recoge en la crónica del día, que tal fue la impresión que le produjo la visita al Sanatorio que “próximamente ofrecerá una función benéfica en el Teatro Calderón de Madrid”.
Su espectáculo contó además con la participación de Fosforito, El Pili, Tío Parrilla, La Paquera, Rafael Ortega y La Perla de Cádiz “que cantó, a petición de Lola, una nana a los niños enfermos del Sanatorio”. La noche culminó con una cena en el Restaurante El Bosque de Jerez.
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