Aún faltan 100 litros de lluvia

Medio Ambiente

La semana pasada fue la más lluviosa del año tras dejar 106,7 litros por metro cuadrado

Los pantanos están al 34% de su capacidad con riesgo de empezar el año con déficit

Surtidores en funcionamiento de la fuente que se ubica en las inmediaciones del Depósito de Sementales.
Surtidores en funcionamiento de la fuente que se ubica en las inmediaciones del Depósito de Sementales. / Miguel Ángel González
Manuel Moure

06 de diciembre 2020 - 06:10

Jerez/Este mes de diciembre deberían llover 102 litros para que el año terminara con unas precipitaciones normales respecto a los parámetros que tiene calculados la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet), los cuales cifran en 598 litros las precipitaciones medias que deben recibirse cada año.

Hasta el momento han llovido sobre la ciudad (desde el 1 de enero hasta el pasado lunes, día 30 de noviembre) un total de 496,2 litros por metro cuadrado. El lluvioso mes de noviembre ha venido a reparar en parte el desastroso déficit hídrico existente ya que hasta finales de octubre sobre la ciudad apenas había llovido poco más la mitad de lo esperado.

Esta posibilidad, la de cerrar el año sin pérdidas pluviométricas que no sean de gran importancia, aún está al alcance visto que noviembre ha sido el mes más lluvioso del año y que a lo largo del mismo se vivió la semana con más lluvias desde que comenzara 2020. Otra cosa muy distinta es que los embalses vuelvan a gozar de espléndida ‘salud’ de la cual hoy en día carecen.

La semana más lluviosa

Según los datos que la Consejería de Medio Ambiente de la Junta de Andalucía publica en el Sistema Automático de Información Hidrológica (SAIH), la semana comprendida entre el 23 al 29 de noviembre se recogieron en la ciudad un total de 106,70 litros por metro cuadrado, un hito que no ha sido superado a lo largo del año. En un solo día llegaron a caer más de 30 litros.

Hasta ese momento la semana con más precipitaciones tuvo lugar a finales del pasado invierno, concretamente fue la del 20 al 26 de enero pasado (hace por lo tanto ya casi un año) cuando se midieron en el SAIH un total de 83 litros por metro cuadrado. Tras ésta seguida muy de cerca, está la semana del 20 al 26 de abril con 82 litros.

En cuarto lugar se encuentra la comprendida entre el 16 y el 22 de marzo con 62 litros de agua de lluvia por metro cuadrado.

Lluvias concentradas

Si se tiene en cuenta el dato ya referido de que desde que comenzara el año en curso se han recogido 496,2 litros por metro cuadrado se puede destacar que las cuatro semanas más lluviosas del año reseñadas con antelación dejaron el 67,2% de las precipitaciones anuales.

Por el momento, ha habido siete meses en lo que va de año que no han alcanzado los promedios de lluvia que son habituales, como son los casos de febrero (cayeron 1,30 litros cuando lo habitual son 60), mayo (se recogieron 3,30 litros cuando se esperaban 37), junio (1,20 de los 13 esperados), julio, agosto (ambos con datos que se pueden considerar irrelevantes), septiembre (9,40 registrados de los 22 habituales) y octubre (60 de 67). Como se puede comprobar, las lluvias no han sido las esperadas en siete de los 11 meses ya cursados a lo largo de este 2020.

En lado positivo se encuentra que noviembre ha sobrepasado de forma más que sobrada las expectativas pluviométricas. Normalmente en el mes recién concluido suelen precipitar 86 litros de media y en esos 30 días pasados cayeron 138,7, lo que significa un 37% más. Pese a todo, hace falta más agua, mucha más agua.

Datos históricos

Pese a todo ello, muy lejos queda el mes de noviembre más lluvioso de la historia reciente, al menos desde que hay registros meteorológicos por parte de la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet).

Ese mes enormemente lluvioso fue noviembre de 1961 cuando se contabilizaron, nada más y nada menos, que 440,5 litros. Veinte años más tarde pasó justamente lo contrario, en 1981 se padeció el noviembre más seco de la historia. No llovió absolutamente nada.

Como se puede comprobar, las precipitaciones suelen concentrarse en la actualidad en pequeños periodos de tiempo, lo que no suele ser del gusto de los agricultores que prefieren que los volúmenes de agua caigan de forma más lenta y prolongada en el tiempo para beneficio de sus cultivos.

Una acción habitual: llenar un vaso de agua en el grifo.
Una acción habitual: llenar un vaso de agua en el grifo. / Miguel Ángel González

Cada jerezano consume 140 litros de agua al día

Cuando se habla de agua las cifras son astronómicas. Como se señalaba anteriormente la semana más lluviosa del año ha dejado en los pantanos 3.000 millones de litros de agua. Parece mucho, pero no es nada. Si cuantiosos son los litros embalsados igualmente enormes son las cifras del gasto que se hace de laos mismos. El consumo medio de los jerezanos se consensúa en la actualidad en unos 140 litros al día, 30 metros cúbicos por familia de cuatro miembros cada dos meses. De este dato se puede concluir, de forma aproximada, que los 212.000 jerezanos casi 30 millones de litros al día, es decir 900 millones de litros mensuales. Esos 3.000 millones de litros de agua darían para el consumo de la ciudad durante poco más de tres meses. Y ni que decir tiene que ese agua embalsada no es sólo para Jerez sino para 1,2 millones de personas que viven en la provincia con sus diferentes zonas de abastecimiento.

A todo ello hay que unir que no toda el agua que se ofrece para el consumo humano llega a su destino. Jerez, a este respecto, ha obtenido un elevado rendimiento respecto a otras ciudades pues de cada 100 de ellos 89 salen por el grifo. ¿Qué sucede con esos 11 que se pierde por el camino? Pues básicamente o son usados de forma fraudulenta o se filtran por averías.

Estado de los embalses tras las lluvias.
Estado de los embalses tras las lluvias.

Las precipitaciones se concentran en periodos más cortos

La razón por la que no gusta que las lluvias caigan de golpe, tal y como está ocurriendo, es porque pueden arrastrar tierras y causar daños en los campos. Algo muy similar ocurre con los pantanos. Los embalses, contraembalses y presas empiezan a llenarse una vez que las cuencas (ríos, arroyos y terrenos que vierten a la misma) se han empapado lo suficiente como para no aceptar más agua. Es entonces cuando ésta fluye con facilidad hacia allí gracias al fenómeno conocido como escorrentía. Es precisamente esa escorrentía la que llena los pantanos. Además suele hacerlo de forma rápida. En ocasiones, como sucedió cuando Guadalcacín se llenó en un invierno cuando debía haberlo hecho en diez años. Meses después las montañas y los arroyos seguían aportando agua a los embalses aun cuando hacía semanas que había dejado de llover.

¿Cómo han reaccionado los pantanos de la provincia a la semana más lluviosa del año? Pues han visto subir sus niveles en tres hectómetros cúbicos (3.000 millones de litros), si bien dicho volumen, impresionante por sus ‘ceros’, tan sólo ha venido a suponer un incremento del 0,46% en el volumen embalsado en los pantanos. No en vano éstos se encuentran en la actualidad al 34% de su capacidad.

El embalse más importante de la provincia, el ‘monstruo’ de Guadalcacín con 800 hectómetros cúbicos está casi al 40% de su capacidad, almacenando en estos momentos 317,.37 hm3.

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