Luis Flores, el jerezano que rehabilita primates en el Congo
El veterinario de animales salvajes trabaja desde 2016 en el Centro de Rehabilitación de Primates de Lwiro y además lidera otros grandes proyectos como investigador
"Soy lo que soy gracias a la ciudad, porque si no fuera porque iba de pequeño al Zoo, no estaría haciendo lo que estoy haciendo", declara
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Hablar con Luis Flores es preguntarse cómo se organizará para tener tantos proyectos en marcha y no morir en el intento. Muchas horas de trabajo y una gran vocación son los pilares de este jerezano que vive en el Congo, trabajando en un Centro de Rehabilitación de Primates y liderando importantes programas de investigación.
Siempre quiso irse a África. Su pasión por los animales, en especial por los primates, nació cuando era un niño y eran frecuentes sus visitas al Zoobotánico de Jerez. Él lo dice: "Soy lo que soy gracias a la ciudad, porque si no fuera porque iba de pequeño al Zoo, no estaría haciendo lo que estoy haciendo".
Tras hacer durante tres años una sustitución en el Centro de Rehabilitación de Primates de Lwiro (Congo), en 2016 salió un puesto en este santuario como veterinario con la organización americana Gorilla Doctors "y me cogieron". "En septiembre de 2016 dejé mi trabajo en el Zoobotánico de Jerez y me fui. Y allí sigo", cuenta el jerezano.
"La gente se echó las manos a la cabeza porque no se explicaba que dejara la seguridad de estar aquí por irme tan lejos... Mi familia me entendió pero todavía hay quien se pregunta ¿qué haces ahí?", señala Flores. Y, ¿qué haces?, le pregunto. "Soy veterinario de animales salvajes. Soy jefe veterinario de los servicios del Centro, y mi trabajo es rehabilitar fisica y psicológicamente a los primates que son incautados por las autoridades congoleñas. Sobre todo primates producto de la caza de la carne de la selva, muchos chimpancés. Allí se cazan a los animales adultos para comerse la carne (mucha de esta carne de la selva se comercializa en Europa), y los pequeños se quedan huérfanos. Hay una red de tráfico internacional de primates hacia Asia y a Oriente Medio", explica Flores.
Además en 2017 comenzó el Programa de Capacitación de Veterinarios Africanos: "Lo dirijo y ahora tenemos un programa de másteres a nivel regional. La gente solicita una beca que tenemos con la asociación canadiense Wildlife Conservet Educational Project y traemos a los becados al Instituto de Investigación en Recursos Cinegéticos I.R.E.C en España, a los becados".
¿Es suficiente trabajo para su día a día? Pues no. Flores ha seguido sumando retos. "No sólo trabajo como veterinario. Sino que estoy asociado a un centro de investigación, que está al lado del Santuario, el Centre de Recherche en Science Naturelles de Lwiro. Trabajo como veterinario en el Santuario y aquí como investigador. Ahora mismo dirijo varios proyectos que tienen que ver con la salud humana y animal. En África se trabaja mucho el concepto 'One Health' y montamos proyectos que relacionen la salud de las personas, los animales y el medio ambiente", describe.
En estos momentos lidera un proyecto sobre tuberculosis animal y humana de la mano del Hospital Avicenne de París y financiado por la Agencia Nacional Francesa de Investigación sobre el Sida y la Tuberculosis: "Durante un año hemos tomado muestras e intentando mejorar el diagnóstico. Estamos aún en la segunda fase y voy a compaginarlo con un proyecto con la Fundación Merieux sobre tuberculosis infantil para mejorar su diagnóstico en niños".
"Estoy muy metido con la tuberculosis, pero al mismo tiempo como investigador en el Centre de Recherche en Sciences Naturelles de Lwiro hemos estado trabajando sobre el último brote de viruela del mono que ha aparecido al este de la República Democrática del Congo con una universidad de Canadá. He estado trabajando en la ciudad donde apareció el brote y ahora vamos a empezar a hacer trabajos para buscar los reservorios del virus en la naturaleza", relata el veterinario jerezano.
Todos estos trabajos lo ha compaginado con la creación de una organización local que ha llamado One Health Conservation Initiative con la que presenta los proyectos de investigación para temas de salud. "¡Y hemos abierto también un laboratorio en el centro de investigación!", añade.
Vivir cerca de un grupo rebelde en el Congo
Al mismo tiempo que tiene todos estos proyectos, también le rodea otras preocupaciones. "Vivo en la provincia de Sud-Kivu, pero en North Kivu está el grupo rebelde M23 que ha ocupado ya una parte de la provincia y ha rodeado la ciudad de Goma y el carbón vegetal que venía del Parque Nacional de Virunga ya no llega. Ahora el M23 se ha puesto a cortar la selva que está al lado de mi casa, a tres kilómetros. Esto ha provocado que el conflicto se caliente en la zona", cuenta el jerezano.
Existe un importante conflicto entre Ruanda y el Congo, lo que le obligó a traer a su familia a España, mientras él sigue en el Santuario. "La gente me pregunta, ¿qué vas hacer? Pues seguir trabajando y veremos qué pasa. Yo me siento seguro en España, pero no siento por ahora que mi vida corra peligro allí. Termino de trabajar y me encierro en mi casa, que tiene un terreno, y donde tengo varias puertas con barrotes, tengo mucha seguridad. Mi casa está blindada. Yo vivo la vida con el centro y los compañeros, pero luego me voy a mi casa.
Orgulloso de su 'Flores en el Congo'
Luis siempre tiene en la boca Jerez. Es un enamorado de su ciudad y nunca ha perdido el contacto con su tierra. De hecho, en septiembre de 2019 lanzó junto a Canal Sur el podcast 'Flores en el Congo'. "Será el podcast más escuchado de todo Jerez. En Ivoox está en el número 37 de Mundo y Sociedad, tiene unas 200 escuchas a diario. Es un podcast que habla sobre mi vida en el Congo, hablo de lo cotidiano de allí, de conservación, de la malaria... Cada semana se habla de una cosa y acabo siempre con una copa de Tío Pepe", declara Flores.
"Si la gente conociera más a los grandes primates sería mucho más fácil vivir en esta sociedad. El problema que tenemos es que a veces se nos olvida esa parte de ser humano y nos vamos a esa parte ascentral que nos queda de gran primate, porque la tenemos, y pasan las cosas que pasan", remarca el jerezano.
"Te reconforta que en tu ciudad se sepa que hay jerezanos que tenemos proyectos internacionales. Yo soy lo que soy gracias a la ciudad, porque si no fuera porque iba de pequeño al Zoo, no estaría haciendo lo que estoy haciendo. De hecho, en el zoo aprendí el concepto de conservación. Aunque se podrá criticar por algunas cosas, en el Zoobotánico el trabajo de conservación es muy bueno y nunca se ha comercializado con los animales. Ahí aprendí mucho", pone en valor Flores, quien concluye que "más que veterinario, soy conservacionista".
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