Luis García Ruiz: “El mercado del jerez está ahora equilibrado y es esperanzador”

El ex presidente del Consejo Regulador y FEDEJEREZ será protagonista mañana miércoles de la Cátedra del Vino de las Fiestas de la Vendimia

Luis Garcia Ruiz posa para Diario de Jerez en una de sus bibliotecas. / Manuel Aranda
Fran Pereira

10 de septiembre 2024 - 06:59

El catedrático en Derecho Constitucional Luis García Ruiz (Jerez, 1947) será este miércoles 11 de septiembre (Bodega San Ginés, 20 horas) el protagonista de la Cátedra del Vino 2024, una cita integrada dentro de las Fiestas de la Vendimia. García Ruiz es una persona especialmente ligada al sector pues fue director general de Sánchez Romate desde 1974 a 1986; Presidente de la Federación de Bodegas del Marco (Fedejerez) desde 1987 a 1996 y Presidente del Consejo Regulador desde 1997 a 2003, además de desempeñar durante más de cuarenta años labores docente en la Universidad de Cádiz. 

Pregunta.¿Qué significa para usted participar en la Cátedra del Vino, un acto con tanta historia?

Respuesta.Bueno, para mí supone una nueva conexión con el sector, porque yo, como todo el mundo sabe, he tenido mucha conexión con el vino de Jerez quizás un poco más de 30 años. Para mí es una satisfacción, sobre todo porque voy a poder aprovechar esa intervención para recordar a una serie de personas y personajes con los cuales he tenido contacto y que creo que merece la pena que su memoria no se pierda.

P.De hecho, el título de la conferencia es ‘Algunos hombres buenos que conocí’...

R.Sí, yo he conocido en el Marco a decenas de personas, y dentro de esas decenas de personas hay un grupo que considero que han sido personajes muy buenos en lo profesional, casi todos ellos, y muchos también en lo personal. Dentro de ese grupo de personas, en el escaso tiempo que da una conferencia de este tipo, he seleccionado a algunos de ellos y con mayor o menor acierto, me ocuparé de algunos casos. Quiero añadir que nadie espere grandes novedades, porque si tengo que hablar una hora, que suele ser el tiempo que dura una cátedra, y tengo que hablar de muchos personajes, en muchos casos serán brochazos, donde procuro tenerlos en cuenta y destacar lo que creo que es más digno de recordar.

P.Sin querer hacer ‘spoiler’de su conferencia, imagino que en esa lista hay nombres como Luis Caballero, MauricioGonzález Gordon, José Ignacio DomecqFernández de Bobadilla...

R.Sí, hablamos de toda esa generación, en torno a unos 25 o 26 personajes. Ellos son los protagonistas, aunque al paso surgen nombres, a los que también recuerdo, pero sin ahondar más. Muchos de ellos están relativamente olvidados, por eso me satisface mucho recordarlos.  

P.Es bonito recordar a gente que con el paso de los años han perdido protagonismo pero cuyo peso en la historia fue notable...

R.Estoy de acuerdo, por eso, parte de mi esperanza es que todas estas conferencias de la Cátedra del Vino se graban y creo que se cuelgan en la página web. No voy a hacer nada científico ni cronológicamente preciso, lo que voy a hacer es una remembranza, un recuerdo desde mi propio interior hacia esos personajes. 

El catedrático, saboreando una copa de vino de Jerez. / Manuel Aranda

P.Ya que habla de ese grupo de personas, ¿cree que el sector echa en falta personajes como aquellos?

R.Bueno, la mayoría de personas de las que hablo, han fallecido ya porque son de generaciones anteriores a la mía. Sin embargo, creo que vivimos unos momentos excepcionales en el Marco de Jerez. El Marco de Jerez tiene una época absolutamente asombrosa y que va desde alrededor del año 1960 hasta el año 1985, en la cual digamos el crecimiento es continuado, el optimismo empresarial también, y se viven unos momentos que, desde luego, no se han repetido. Ahí conviven una serie de personajes protagonistas que lo son por sí mismos, pero también porque vivieron una coyuntura excepcional. Todo eso intento destacarlo, no para quitarles méritos ni mucho menos, sino que tengo que hilar una conferencia al socaire de mi propia biografía, de los años que estuve en el Marco. Eso se quiebra a partir de 1985, y se entra en otra situación en la que los protagonistas, algunos de los cuales son los mismos, tuvieron que adaptarse a las circunstancias. Aquellos fueron personajes excepcionales, pero ahora también los hay, pero se debe entender que yo mire por mis ojos, más nostálgicos, y a lo mejor no están por encima de otros actuales, pero al ser coetáneos de mi actividad profesional, los recuerdo con cariño.  

P.Usted tuvo diferentes etapas en el Marco de Jerez, ¿con cuál se queda?

R.Bueno, es cierto que he tenido roles muy distintos. Cuando uno envejece, lo que te queda es añoranza, pero también una sensación de bisoñez en algunas situaciones. En mi caso concreto, como he tenido siempre un amor propio profesional, me he metido en batallas que a lo mejor hoy, con todo lo que uno sabe, no lo habría hecho. Por otra parte, los periodos que he vivido, han sido muy distintos. Viví un periodo en el que todo era bonito, conmemorándose la bota 100.000 que se exportaba, se inauguraba la Casa del Vino, se disfrutaba con aquellas Fiestas de la Vendimia para los extranjeros y el Marco era un río de dinero que entraba por distintos cauces. Pero también he vivido momentos difíciles como la huelga de la Vid, que duró 59 días, la Ley del Vino o la entrada en el Mercado Común, que fue un pequeño desastre para el Marco, simplemente porque se exportaba el 80% de su producción y entonces no había un sector que hiciera eso, y además, disfrutaba de todas las medidas que en el régimen franquistas se tenían para la exportación. Todo eso se pierde al entrar en el Mercado Común. Por aquello, muchas empresas, las que no tenían una estabilidad, fueron cayendo. Todos los intentos, durante casi un cuarto de siglo, de ir poniendo parches, no sirvieron para nada, como me pasó a mí con el primer plan de reconversión. 

P.(...)

R.–Realmente, de lo que estoy más orgulloso en mi etapa en el Consejo Regulador es que, con mucho trabajo porque en el Marco de Jerez las cosas se mastican muy despacio, pude sacar adelante el tema de los VOS y de los VORS. No es que los vinos de vejez calificadas vayan a solucionar el problema del Marco, pero sí volvieron a resituar el jerez en el lugar donde estuvo, el de un producto selecto, y al cual debía volver. Hoy día el mercado del jerez, aunque mucho más reducido, es un mercado respetado.

Me satisface poder recordar a personas relacionadas con el Marco y que en algunos casos estaban olvidados”

P.La realidad es que hoy día parece que al menos se ha ganado en equilibrio...

R.Sí, está claro que todos aquellos parches, de alguna forma, han servido para equilibrar el Marco de Jerez en el siglo XXI. Parece que frente a tantos parches, y lo digo sin criticarlo porque he sido protagonista de alguno, el mercado ha terminado por equilibrarlo. Es verdad que se vende mucho menos que se vendía, también es cierto que algunas cifras eran irreales, pero ahora, con una serie de protagonistas con solidez empresarial, volvemos a existir a un momento esperanzador.  

P.Ha hablado antes de la Fiesta de la Vendimia de antaño con cierta nostalgia. Han cambiado mucho las cosas...

R.Claro que han cambiado. En aquellas cifras, el jerez tenía un gran mercado, pero sobre todo tres, Reino Unido, Holanda y Alemania, luego estaba España, que ahora es el primero. Luego, tenía mercados secundarios de entidad como Suecia, Dinamarca, Noruega, en cierta medida Estados Unidos, Canadá...Entonces las Fiestas de la Vendimia, desde el punto de vista de los exportadores, era una pura acción comercial, era puro marketing para nuestros vinos. A Jerez, a las Fiestas de la Vendimia, venían unas 250 personas entre periodistas y comerciantes, y se les organizaban unos shows impresionantes. Todo se hacía, pagándolo los exportadores. Recuerdo una anécdota que ocurrió con el alcalde de Londres en una cena en Garvey. Estando en los postres, en torno a las cinco de la mañana, se levantó para hablar en público y dijo: ‘Agradezco a mis amigos jerezanos que me están haciendo vivir una experiencia inédita en mi vida porque es la primera vez que me levanto a hablar a los postres de una cena a la hora del desayuno’. Así eran aquellas fiestas, que había que contextualizar, pero que mirándolas desde un punto de vista comercial, eran muy productivas para el sector. 

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