El mapa deTomás López (y II)
En torno a Jerez
Un viaje por los alrededores del Jerez del XVIII.
EN nuestra colaboración de la semana anterior se apuntaba que el mapa de Tomás López puede considerarse como el más completo de cuantos, hasta su elaboración en 1787, se habían realizado sobre el Término de Jerez (1). Vamos a detenernos hoy en algunas de sus aportaciones más relevantes.
Este interesante mapa nos muestra de manera clara la red de caminos de finales del XVIII en la que ya se descubre buena parte de la trama actual. La ciudad de Xerez ocupa un lugar central donde confluyen de manera radial las vías de comunicación que la ponen en contacto con todas las ciudades y poblaciones vecinas. Siguiendo el sentido de las agujas del reloj, empezando por la dirección norte, encontramos el camino de Trebujena, que atraviesa una zona marcada como Marisma antes de llegar a Mesa de Asta, al que siguen los que comunican Xerez con Lebrija y Las Cabezas (antiguo camino de Sevilla). Este último cruza los Llanos de Caulina pasando al oeste de la Sierra de Gibalbín. Como hito fundamental en esta ruta destaca la que fuera famosa Venta de la Vizcayna, una de las más antiguas de cuantas se citan en la historiografía jerezana y que también menciona Rallón a mediados del siglo XVII por encontrarse en sus proximidades restos de la antigua calzada romana conocida como "el arrecife" (Vía Augusta) (2).
Hacia el este, el mapa nos muestra el camino de Espera en el que se sitúa la Venta del Cantero (que estuvo emplazada en la actual Barriada Rural de Gibalbín) y que se representa incorrectamente emplazada con respecto al cruce de la cañada de Lebrija-Arcos. El Señorío Quartillos de Plata, nos muestra la aldea que existió en el actual cortijo del mismo nombre, aunque aparece también con errores de ubicación ya que debiera estar al sur de la Cañada de Espera. Echamos en falta en el mapa el camino de Bornos que se trazaba por una cañada existente desde antiguo y que discurría por la Torre de Melgarejo y las Mesas de Santiago, ambos enclaves que si están recogidos en el mapa.
El camino de Arcos es representado con cierta confusión ya que parece seguir la orientación que en la actualidad toma la carretera de Cortes, bifurcándose, tras cruzar el arroyo del Badalejo, en dos ramales. Uno de ellos se dirige a Arcos pasando al sur de la Torre de Melgarejo (en otro error de representación); el otro cruza el Guadalete por un vado próximo a la Huerta del Abadín en dirección al Convento del Valle, terminando en la Ermita del Membrillar, como se nombra aquí a la que fuera E. del Mimbral, que el mapa sitúa en una latitud al sur del convento del Valle, si bien se encontraba mucho más al norte. Extraña en esta zona que no figure el camino hasta El Tempul, donde desde los siglos medievales hay constancia de la existencia de una vía muy transitada. Otra de las inexactitudes reflejadas es el inexistente camino de Medina al Mimbral que en el mapa de Tomás López se hace pasar al sur de Gigonza ("Torre de Gonzaga"), "saltándose" la Sierra de Alazar y de Las Cabras.
El camino de Jerez a Medina se bifurca también, tras cruzar el Guadalete por el "Gran Puente", en otros tres ramales. En dirección este parte el de Paterna, que pasaba por el Despoblado y Señorío de Los Arquillos. El central va hacia Medina dejando a la derecha la "Laguna llamada de Medina" y pasando por el "Castillo antiguo de Barrueco" (Berroquejo). Más al oeste se adivina el que se corresponde con la actual "Cañada de la Isla" que se dirigía a Puerto Real, San Fernando y Cádiz, pero que en el mapa se corta a la altura de La Barca de Florinda, autorizada por el Cabildo en 1767 (3), una de las más nombradas de cuantas cruzaban el Guadalete y que aparece por primera vez en la cartografía histórica jerezana en este mapa.
En el sector suroccidental se representan los dos caminos que van a "Puerto de Santa María": el conocido como "arrecife", que lo hace por las Huertas de Sidueña (que sería posteriormente convertido en carretera nacional), y el que cruzaba por la Sierra de San Cristóbal, denominado "La Trocha", con un trazado parecido al de la actual autovía hasta las cercanías de la cuesta de Matajaca y que era denominado también como Camino de las Canteras. No faltan tampoco el camino de Rota y el que se dirige a Sanlúcar siguiendo la ruta de la antigua carretera de "El Calvario", que comunicaba también con el embarcadero de Bonanza.
El mapa de Tomás López experimenta con formas de representación del relieve en las que se utilizan los tradicionales perfiles de montes y sierras, así como los sombreados en los que se apunta ya, de manera figurada, el modelo que se adoptaría unas décadas después para la representación de las curvas de nivel.
Entre las formaciones montañosas nombradas como tales en el mapa destacan la Sierra de Giberbín o Gibalbín en el extremo norte del término, la Sierra de Xerez (que parece corresponderse con el territorio de suaves colinas entre el Guadalete y Paterna, y la Sierra de San Cristóbal escasamente resaltada. Aunque aparecen numerosos perfiles de otras zonas montañosas, no se hacen referencias a los montes del sector oriental del término, ni a las sierras del Valle, Alazar, Aljibe o de las Cabras… muy visibles en el paisaje. Tal vez ello pueda deberse a que los informantes locales del cartógrafo sólo aportaron referencias de los hitos orográficos más cercanos a la ciudad.
La red hidrográfica está mejor representada. El curso del Guadalete sigue, desde Puerto Serrano una orientación (NE- SW) bastante aproximada a la real figurando en sus orillas todas las poblaciones que atraviesa. Menos acierto se muestra en la cuenca del Majaceite en cuya cabecera se confunden los diferentes arroyos que la forman. El mapa menciona, no obstante, los principales afluentes de ambos ríos y así pueden verse representados los arroyos de Comares, Alberite, Sajar (actual Zanjar) (4), Albalá, Salado de Arcos (hoy llamado Salado de Espera) y Badalejo (denominado en la actualidad Salado de Caulina), todos ellos afluentes del Guadalete. No se menciona el salado de Paterna, uno de los más importantes y caudalosos, aunque si se le representa junto a Los Arquillos. Entre los tributarios del Majaceite hay grandes ausencias y sólo se mencionan los arroyos de Posadas, Benagima y Jondo (actual Garganta del Valle).
El mapa nos aporta información sobre los diferentes modos de cruzar el Guadalete: la Barca de Florinda (representada erróneamente aguas abajo de las Huertas de Sidueña), el Gran Puente de Cartuja y un Vado que, por su situación en las cercanías de la Huerta del Abadín, podría ser el de Berlanga o el de la Florida. Uno de los aspectos más llamativos es la valiosa información gráfica sobre algunas de las obras de rectificación de cauce que se realizaron en el Guadalete en la primera mitad del siglo XVIII tal como puede deducirse de dos tramos de trazado rectilíneo. Uno de ellos, aguas abajo del Puente de Cartuja, podría corresponder a las correcciones de los meandros de Río Viejo (1747). El otro, junto a las Huertas de Sidueña, pudiera estar relacionado con las obras ordenadas por José Patiño (Secretario de Estado de Felipe V) en 1722 para cortar y enderezar el cauce del río a su paso por la Vega de los Pérez (5). El mapa incluye también referencias a la Laguna llamada de Medina y a la Fuente de Tempul.
De gran interés es también la información sobre ciudades, pueblos y otros enclaves rurales existentes en la época. El mapa incluye todas las poblaciones vecinas de Xerez y en su término recoge los "despoblados", aldeas que ya a finales del XVIII han quedado reducidas a cortijos o casas de campo destinadas a la explotación agrícola y ganadera del territorio. Siguiendo las indicaciones del Interrogatorio de Tomás López, que preguntaba a las autoridades expresamente por esta circunstancia, en el término se destacan el Señorío y Despoblado de Pozuela (entre Mesas de Asta y Sanlúcar), el Señorío de Quartillos de plata (junto a Gibalbín) y el Despoblado y Señorío de Los Arquillos (entre Jerez y Paterna). Todos estos lugares se corresponden actualmente con cortijos del mismo nombre (6).
Mención aparte merecen otros enclaves que figuran en el mapa. Así, por ejemplo, en el caso de Algar, resulta curioso que se represente ya su término (separado del de Jerez), aunque no aparezca todavía ninguna población reflejada en él. Se trata, probablemente, del primer mapa donde figura el territorio propio de esta población serrana. Conviene recordar que su origen arranca con la fundación que en 1773 promueve Domingo López de Carvajal, siendo conocida en un principio (y hasta 1842) como Santa María de Guadalupe de Algar. En 1787, fecha de elaboración del mapa ya existe por tanto este núcleo.
Otro topónimo llama igualmente la atención: el enclave de Puebla de Santa María, en el territorio próximo a Algar, Cardela y Ubrique. Se trata del nombre original de la actual población de El Bosque, que nacería como villa en 1815 y que fue conocida anteriormente como Marchenilla o Puebla de Santa María, tras su fundación por los Duques de Arcos como residencia para sus actividades cinegéticas en "El Bosque de Benamahoma" (7).
No queremos terminar nuestro recorrido por el mapa de Tomás López sin mencionar las referencias que sobre el patrimonio y la historia pueden encontrarse en él.
Entre las torres y castillos del término destacan el de la Sierra de Gibalbín, con la leyenda "castillo fuerte y antiguo", la de "Torre de Cera" (con la indicación "es un castillo antiguo", la de "Torre de Mergarejo", con la misma leyenda, la de "Barrueco castillo antiguo" (el actual castillo de Berroquejo), y la de Mesa de Santiago. El castillo de Gigonza está mal ubicado en el mapa, donde aparece como Torre de Gonzaga, de nuevo con la leyenda "es un castillo antiguo". En Tempul se localiza el "castillo de Tempul antiguo y fuerte". Fuera de nuestro término, pero igualmente presentes en el mapa, figuran otros lugares de interés como el Castillo de Bonanza, junto al Guadalquivir, la Torre de Orcas (Torres de Alocaz), en las proximidades de Las Cabezas, el castillo de Estrella (entre Medina y Alcalá) o la fortaleza de Cardela, entre Tempul y Ubrique.
Entre los conventos del término se señalan el de La Cartuja y el Convento del Valle y entre las ermitas las de La Ayna e Infantado, la de Membrillar (en referencia errónea a la del Mimbral), la de Mesa de Santiago ("ermita y castillo antiguo"). Ya fuera del término de Jerez, el mapa localiza también las ermitas de Los Remedios (ente Lebrija y Las Cabezas), la de San Andrés (entre Arcos y Bornos) o la de Ntra. Sra. de Comares (en Zahara).
No faltan tampoco las ventas de los caminos, como la de La Vyzcaina (en el de Sevilla, próxima a Las Cabezas), la Venta del Cantero (Gibalbín), la de la Montera (entre Ubrique y Ximena)… o los molinos. El mapa recoge el molino de Tempul y señala también otros molinos junto al "Gran Puente" de Cartuja, así como un molino en el Badalejo, en las proximidades del monasterio, que perteneció a los padres cartujos.
A título anecdótico, y como mera hipótesis, planteamos aquí una curiosa referencia. Entre Arcos y Espera, el mapa de Tomás López recoge los arroyos de Musas y Fontetar. El historiador Adolfo de Castro cree ver en estos nombres la prueba de la presencia en estas tierras, nada menos que de los caudillos árabes Tariq y Musa, de cuyos nombres hace derivar el de los arroyos ("Fuente de Tariq" para Fontetar), proponiendo así localizar en este espacio, así como en los cercanos Llanos de Caulina el escenario geográfico donde tuvo lugar la Batalla de Guadalete (8). Pensamos que, para sus elucubraciones, nuestro historiador tuvo que tener a mano, a buen seguro, el mapa de Tomás López.
El mismo mapa que les recomendamos ver detenidamente para hacer un sabroso recorrido por la geografía y por la historia.
José y Agustín García Lázaro
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