Los marcos de referencia
Educación | Cerebros en toneles
Acaba de aparecer en las librerías Mil cerebros (Tusquets, 2023), una obra de divulgación científica que propone “una nueva teoría de la inteligencia”. El autor es Jeff Hawkins, ingeniero informático que investiga desde hace años en el campo de la neurociencia. Nos cuenta de forma clara y rigurosa cómo ha llegado a formular una nueva teoría sobre el cerebro. Su lectura atrapa porque transmite pasión por la investigación teórica y experimental, desde la honestidad intelectual y el deseo de saber.
Nuestro cerebro maneja modelos de la realidad para estar en el mundo e interactuar con él. Con esos mapas del entorno, el cerebro realiza predicciones. Cuando hay algo que no encaja, se modifica el modelo. Jeff Hawkins ha elaborado una explicación: la clave está en los marcos de referencia que llevan a cabo las columnas de neuronas de la corteza cerebral, el neocórtex. Esta teoría permite describir cómo percibimos, cómo nos orientamos en el mundo, y cómo hablamos y pensamos.
Tenemos unas 150.000 columnas corticales en el cerebro, hilos de un milímetro cuadrado. Cada columna tiene varias capas de neuronas. Jeff Hawkins sostiene cuatro hipótesis. Afirma que cada columna puede aprender modelos de objetos completos. Para ello utilizan células de cuadrícula y de lugar. Son neuronas especializadas en construir marcos de referencia, una especie de mapas para ir colocando lo que se percibe. La segunda hipótesis es que esos marcos de referencia básicos son utilizados por el cerebro tanto para crear modelos de objetos físicos como de conceptos abstractos. La tercera es que toda la información se almacena a través de marcos de referencia. Y la última, el pensamiento es una forma de movimiento, de desplazamiento en esos marcos, para localizar y relacionar, como una manera de orientarse en un mapa.
El cerebro trabaja de forma distribuida. Jeff Hawkins pone en cuestión la teoría clásica basada en las jerarquías. El conocimiento está distribuido en miles de columnas. De hecho, no hay un solo modelo sobre un objeto. Hay miles, de ahí el título del libro. Si tenemos la sensación de que solo manejamos un modelo es porque hay una votación. Es una metáfora, claro. De la intersección de varios modelos, de marcos de referencia y de datos sensoriales diferentes, surge uno común en otro nivel. No hay un centro ejecutivo. El pensamiento abstracto funciona igual.
La teoría de los mil cerebros alumbra una nueva visión de la mente humana y de la inteligencia artificial. Jeff Hawkins es bastante optimista. Construiremos inteligencia artificial general en las próximas décadas. Pero para ello habrá que cambiar de paradigma. Para que haya máquinas conscientes se requiere una inteligencia artificial flexible. Las neuronas artificiales y el aprendizaje profundo que se está utilizando ahora dan buenos resultados solo para tareas concretas.
La aplicación de la teoría de los mil cerebros sí puede desembocar en inteligencia artificial general. Se trata de construir máquinas que trabajen como el cerebro, aunque luego puedan ser muy diferentes a los humanos. La clave está en procesar marcos de referencia y entender la mente como un sistema sensomotriz. De ahí que sea necesaria una fusión entre IA y robótica, dos proyectos que hasta hace poco iban por distintos caminos. Los robots utilizan sensores y marcos de referencia para orientarse en sus tareas. Esa es la línea que debe seguir toda la IA. Jeff Hawkins cree que la conciencia artificial puede alcanzarse, basta con generar marcos de referencia para procesar la memoria y la atención.
Al autor le preocupa el futuro de la humanidad. Los mayores riesgos proceden, no de la IA en sí misma, sino de las creencias falsas, por un lado, y del dominio del cerebro antiguo, el de los deseos primarios y egoístas, por otro. El cerebro crea modelos del mundo. Vivimos con simulaciones de la realidad que vamos actualizando y corrigiendo. El problema es cuando falsos modelos se extienden de forma viral y nos hunden temporalmente en la ignorancia. El libro arranca con la neurociencia y termina con las grandes preguntas filosóficas del ser humano.
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