Mascarillas en Feria, cuestión de sentido común y responsabilidad
Fiestas
Las autoridades intensifican los llamamientos a la prudencia de la población de cara a los eventos y fiestas populares como el Mundial de Motociclismo y la Feria del Caballo
El fin de la obligatoriedad de la mascarilla da paso a las recomendaciones por mucho que la alcaldesa se empeñe en pedir "normas claras" que respetar y "no sugerencias"
Los políticos deberían enviar mensajes muy claros a la población sobre cómo actuar en cada fase de la pandemia en lugar de dedicarse a enredar, que bastante confusión hay ya entre los ciudadanos por los sucesivos cambios de normativa registrados en los algo más de dos años transcurridos desde la declaración del estado de alarma y el confinamiento por el covid.
Jerez, como toda España, estrenó este miércoles 20 de abril el fin de la obligatoriedad del uso de la mascarilla en interiores, medida aprobada por el Gobierno central tras el cambio de estrategia de control, el paso intermedio hacia una vigilancia centinela en la que el Covid-19 pasará a ser tratado como cualquier otro virus respiratorio, caso de la gripe, y que implica una mayor libertad, pero también responsabilidad, de los ciudadanos en la toma de decisiones.
Con el cambio de fase, las medidas restrictivas dan paso a las recomendaciones, como las que desde hace semanas viene realizando el Gobierno andaluz en sus reiterados llamamientos a la prudencia y a extremar las precauciones ante los grandes eventos y fiestas propias de esta época del año en Andalucía, caso de la Semana Santa, ya concluida, o del Mundial de Motociclismo y la Feria del Caballo de Jerez, donde se producen grandes concentraciones de personas.
La Junta de Andalucía ha publicado una guía de recomendaciones -que no obligaciones, hay que insistir- para las ferias y demás eventos multitudinarios, que nunca está de más para concienciar y recordar a la ciudadanía que el covid sigue estando presente, o como dijo el presidente andaluz esta misma semana, "gracias a todos, hemos arrinconado la pandemia, pero no la hemos superado".
Ya no hay normas de obligado cumplimiento, salvo excepciones puntuales, pero en lugar de enviar un mensaje unívoco, la alcaldesa de Jerez, Mamen Sánchez, que en distintas ocasiones durante la pandemia ha apelado igualmente a la prudencia, en sus últimas intervenciones alimenta la confusión al pedir a la Junta "normas claras" sobre el uso de la mascarilla en Feria, para luego apostillar que "tendremos que respetar las normas, no las sugencias", sobre el uso de la mascarilla en Feria.
¿Acaso la regidora jerezana está invitando a la población a la rebeldía contra las recomendaciones de mantener la mascarilla, sobre todo las personas vulnerables, en las previsibles aglomeraciones en Feria dentro y fuera de las casetas? Sus últimas declaraciones, no exentas de ironía, no lo dejan claro o quizás no supo explicarse, pero no es momento de confrontaciones partidistas para ayudar a afrontar escenarios que pueden derivar en una marcha atrás, como la que se baraja ya en Asturias, nuevamente en riesgo alto por el aumento de hospitalizados por covid tras la Semana Santa frente a lo que anuncia nuevas medidas.
Transporte público y mayores en Feria
En la Feria seguirá siendo obligatorio el uso de la mascarilla cuando se utilice el transporte público para los desplazamientos, una de las excepciones previstas con carácter general en el nuevo decreto del fin del cubrebocas en interiores que también establece la obligatoriedad de su uso en espacios frecuentados por personas vulnerables, entre los que cabría incluir la tradicional comida a los mayores que ofrece el Ayuntamiento en el González Hontoria.
Interior y exterior de las casetas
Dentro de la libertad individual de decidir si se usa o no la mascarilla cuando se accede al interior de las casetas, la recomendación es llevarla puesta siempre que se pueda, salvo para la ingesta de bebidas o alimentos.
La ausencia de normas específicas sobre el covid no implica falta de cordura, por lo que aunque no hay restricciones del aforo permitido -la recomendación es respetar el aforo-, y ante la dificultad de controlar el mismo por parte de los caseteros, queda a libre criterio de cada uno decidir si una caseta está lo suficientemente llena para buscar un rincón menos frecuentado.
La Feria es lugar de celebración y reencuentro, por lo que suelen ser habituales grandes reuniones de familiares y amigos en las que se deben extremar las precauciones, por lo que nuevamente, es cuestión de sentido común y responsabilidad personal.
El mismo principio debe aplicarse en exteriores, donde si bien existe menos riesgo de contagio, no conviene bajar la guardia en momentos de gran afluencia, como el alumbrado, durante el que son habituales las grandes concentraciones en las principales calles del ferial.
El dilema de los positivos leves y asintomáticos
La Junta recomienda a los positivos, ya sean leves o asintomáticos, que se abstengan de ir a la Feria, supuesto difícil de cumplir para las personas con contrato para trabajar en las casetas, que deben cumplir sus obligaciones contractuales al no tener acceso a la baja laboral en estas circunstancias tras el cambio de estrategia por el que se suprimen las cuarentenas en los casos que no sean graves. Huelga decir que los positivos leves o asintomáticos que no puedan ausentarse de sus trabajos en Feria, por sentido común, deben usar la mascarilla y mantener, en la medida de lo posible, la distancia social.
Por lo demás, la Consejería de Salud invita a no descuidar la higiene personal en estos días, en los que se recomienda aumentar la frecuencia del lavado de manos, y evitar en la medida de lo posible los contactos personasles, fundamentalmente los besos y abrazos a los que se presta la Feria.
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