Miguel Poveda: “Mi admiración por Lorca se acrecienta a medida que me adentro en su magnitud”
El artista catalán regresa de jueves a sábado al Teatro Villamarta para presentar su última propuesta escénica, ‘Federico y el cante’, donde ahonda en la magnitud del poeta granadino
La Navidad de Jerez, un modelo a debate
Pregunta.–Una vez más vuelve usted a Jerez en Navidad. ¿Lo hace a conciencia o es casualidad?
Respuesta.–Corresponde más una cuestión de disponibilidad de fechas por parte nuestra y del teatro. Los últimos años los he cerrado en Cádiz, Jerez o Sevilla con varias noches y es ya, casi una cita anual en estas fechas.
P.–Villamarta, un escenario en el que ha vivido tantas cosas...Se sentirá como en casa, ¿no?
R.–Amo y respeto tanto a Jerez que siempre tendré la consciencia de que, aunque me abran las puertas y me reciban con tanto amor y hospitalidad, no hay que relajarse y acudir siempre a dar lo mejor con responsabilidad y que el público sienta que hay un crecimiento y evolución en tu cante.
P.–¿Cuánto daría usted por una de aquellas ‘juergas’ que se daban en el trasnoche del Festival de Jerez?
R.–(Risas) Las echo de menos, aquellas juergas que se quedaban guardadas en el corazón y en la memoria emocional, ahora todo eso va acompañado de miles de móviles para ser retransmitido al segundo y cuesta más disfrutarlas por lo menos como lo hacía antes, pero tengo infinitas ganas de escaparme a alguna zambomba y no descarto volver a algunos de esos trasnoches que son una forma de vivir el arte flamenco como a mí me gustado siempre.
P.–En la puesta en escena en Sevilla de ‘Federico y el cante’ se rodeó de algunos artistas de Jerez, ¿lo volverá a hacer?
R.–¡Sin duda! En el amor que tenía Federico por el cante se encontraba Manuel Torre de quien decía que era el hombre de mayor cultura en la sangre que había conocido, hablaba también de las mujeres mayores que bailaban y así lo refleja en alguno de sus poemas que, por supuesto, se cuentan en este espectáculo que dibujan también Las Tatas de Santiago y Manuel Monje. También nos acompaña Eva Yerbabuena a la que adoro.
P.–Decía el poeta Manuel Ríos Ruiz que Jerez tiene algo que lo da la tierra. Y ese algo es inagotable. ¿Qué puede decirme del joven Manuel Monje? Veo que le ha cautivado....
R.–Que está tocado con la varita, es muy inusual que alguien tan poco vivido, sea capaz de tener tanta inteligencia, sabiduría natural y misterio. Además de ser un niño que no va de resabiado y que guarda en su mirada humildad y respeto, valores que lo van a llevar muy lejos.
P.–¿Qué diferencias encontramos en este nuevo espectáculo dedicado a Lorca con aquel ‘Enlorquecido que grabó usted hace unos años?
R.–EnLorquecido está más centrado en Federico y en sus distintas épocas y estilos, es un viaje por el poeta al que venero. Poema del Cante Jondo, por el contrario, está enfocado más en la obra en sí. Con Jesús Guerrero a la guitarra decidimos bucear en los textos que son un reflejo de Andalucía y el cante y hacer nuestra propia lectura musical.
P.–Usted se ha definido siempre como un gran admirador de Lorca, pero ¿ha cambiado su perspectiva tras este trabajo?
R.–Se acrecienta a medida que más conciencia tomo de la magnitud del artista y de la persona.
P.–¿Qué es Lorca para el flamenco y qué es el flamenco para Lorca?
R.–Para el flamenco Federico ha sido un hombre que nos ha puesto foco, luz e inspiración, no sólo en su poemario, también en las conferencias que dio por medio mundo hablando con entusiasmo y amor sobre este arte, además de involucrarse de manera muy activa en el primer concurso de Cante Jondo año 1922, de manera que no se entienden el uno sin el otro.
P.–Escuchando su nuevo disco, se me vienen a la mente compañeros como Enrique Morente o Carmen Linares. Se ve que son dos nombres que le han influenciado bastante...
R.–Ellos han cantado a poetas siempre, han tenido esa inquietud y la han contagiado a siguientes generaciones, por eso les agradezco infinito ese camino que me ha llenado el alma de belleza e inspiración.
P.–Usted ha trabajado mucho en otras producciones con el jerezano José Quevedo ‘Bolita’, pero en esta ocasión ha apostado únicamente por otro de sus guitarristas, Jesús Guerrero. ¿Qué le aporta Jesús?
R.–Flamencura, me lleva a un lenguaje y una conversación artística que también es afín a la mía. Jesús es un gran aficionado al cante y eso también se nota en el acompañamiento, y además, tiene un musicalidad que está impregnada de todos los colores del sur y eso hace que todo respire en sintonía con lo que yo busco.
P.–Aunque lleva poco tiempo girando con este nuevo trabajo, ¿qué sensaciones tiene el público?
R.–Al principio pensé que sería duro y no calaría esta nueva propuesta, no me importaba del todo porque era lo que yo necesitaba y sentía. Pero ahora tengo un estado de felicidad grandísimo por la acogida y porque puedo disfrutar mucho más cuando se genera una atmósfera tan especial como la que estamos viviendo en esta gira.
P.–Hay gente que prefiere al Miguel Poveda que se acerca a la copla, otros al Miguel que se acerca al cante más ortodoxo, y otros al de los nuevos aires. Usted, ¿dónde disfruta más?
R.–Yo disfruto y me siento realizado cantando, pero donde más me tiemblan los cimientos del alma y del corazón y en el lugar que más me reconozco es en el cante, pero también hay miles de historias y de registros musicales que se han ido pegando a mi piel y que son necesidad del alma soltarlas en según qué momentos y así lo hago sin complejos. Así que le hago caso al corazón que va marcando los ritmos de todo lo que mi alma quiere contarle o cantarle al mundo.
P.–Ya por último. ¿Le gusta la Navidad? ¿No ha pensado nunca en hacer un disco de villancicos?
R.–La verdad es que me gusta, y he estado a punto de sacar uno en estas fechas, pero cuando ocurrió lo de Valencia no me sentí con ganas de meterme en el estudio y lo he dejado para el año que viene si Dios y el universo quieren. De todas formas, sí que lo cantaré en estas noches del Villamarta.
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