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La mirada del futuro

Plan de cría en cautividad en Jerez

Los tres linces ibéricos que nacieron en abril superan con éxito el segundo chequeo veterinario

En enero serán puestos en libertad

José María Aguilar sujeta a una de las crías durante el chequeo. / Vanesa Lobo
M. Valero

12 de junio 2018 - 08:27

Jerez/Las puertas del Zoobotánico se abren por la mítica entrada de Taxdirt y se respira de forma diferente. Relajada. En paz. Los lunes se escucha sólo a los animales y se aprovecha para llevar a cabo tareas que necesitan más silencio. Un banco de madera frente a los ibis eremita es la primera parada antes de contemplar una escena para privilegiados. Tener de cerca a unas crías de lince ibérico no es habitual, así como que salgan de su 'casa' donde el hombre no está invitado. Así debe ser.

Los profesionales Íñigo García, José María Aguilar y Miguel Ángel Quevedo lo tienen todo preparado en una mesa bajo un porche de madera cubierto de parra. Pasan las doce del mediodía y salen cada uno con un transportín. Dentro, los tres linces que nacieron a primero de abril en el Zoo dentro del programa de conservación. Mucho cuidado y tensión. Van uno a uno. Se confirma que hay un macho y dos hembras, una de ellas 'la jefa'. Se miden las orejas, la cola, el perímetro de la cabeza, del abdomen. Se toma la temperatura, se hace una inspección veterinaria (mucosa, interior de las orejas...), se vacuna y se implanta el microchip de identificación. Con calma, sin prisas pero sin pausa. Todo sale perfectamente, las crías superan con éxito este segundo chequeo (el primero se hizo al mes de nacer) y vuelven con su madre Castañuela. Somos testigos en silencio. Cuanto menos perciban del humano mejor. Sin ruido, sin caricia. Son salvajes y así deben seguir siendo para su mejor adaptación a su futura libertad. Bienvenidos al gran proyecto de cría en cautividad del Zoo de Jerez.

Los zoológicos deben "salvaguardar" las especies en extinción, no sólo 'mostrar' animales

"Estos animales se van a reintroducir y se cría en una zona apartada al público, donde no ven a las personas, sólo al cuidador que entra lo mínimo para poner la comida y limpiar cada cierto tiempo. Procuramos entrar durante el periodo de cría (entre 5 y 6 meses) lo mínimo posible de modo que sigan muy esquivos, que es lo que nos interesa para cuando estén en el campo no se acerquen a la gente. No todo el mundo tiene buenas intenciones", declara García.

"La idea es liberar animales que desde el punto de vista genético sean viables, desde el punto de vista físico estén estupendos y desde el punto de vista sanitario estén limpios. Creo que ninguno de los tres pensamos que iba a tener tanto éxito y tan rápido este programa. El plan de cría de cautividad ha sido estupendo, hay una serie de profesionales que colaboramos, tenemos reuniones técnicas y científicas y eso hace que en todos los centros aumenten mucho el nivel profesional y técnico", pone en valor Quevedo, veterinario del Zoo.

Tras nacer y pasar sus primeros meses en el Zoo de Jerez, las crías pasan un periodo de otros tres meses aproximadamente en un centro de cría "donde se ponen junto a cachorros de su misma edad que han nacido en otros centros y se van a liberar en la misma zona. Así se van conociendo, socializando y también se les entrena con conejos, para que coman sólo presas vivas. Están en instalaciones inmensas para que los animales se vayan ejercitando y se preparen para la vida en libertad. Para principio de 2019, en enero normalmente, es cuando se liberan en las zonas de reintroducción".

El lince ibérico estuvo a punto de extinguirse. Se pudo llegar tarde, "pero se llegó a tiempo", aunque no fueron pocas las trabas que sortearon los profesionales para poder empezar el plan de cría en cautividad. "Se ha invertido mucho. Mucho esfuerzo, muchas personas trabajando, fondos de la comunidad europea destinados al lince tanto para el campo como para los animales que se crían en cautividad... Para nosotros esto es lo máximo profesionalmente porque es que es el objetivo que tenemos hoy día los zoológicos. No se trata de mantener animales ahí para que el público se entretenga, sino que realmente tengan esta función de salvaguarda de especie que están extinguiéndose y aquí hemos seguido todo el proceso", subraya García. El conservador añade que "estamos con otras especies en proceso de cría en cautividad, pero con este proyecto hemos llegado a culminarlo, que es liberarlo en el campo. Ya hemos liberado más linces de lo que se capturaron para el programa inicialmente".

Jerez lidera desde los años 90 la conservación de la especie y hubo mucha reticencia de la sociedad: "Había gente muy crítica con capturar animales en libertad. Decían que si se tenían que extinguir que se extinguieran. Y no es así. Se extinguen por culpa de la acción del hombre y nuestra obligación moral es evitarlo", remarca García.

"Lo más bonito que hay es cuando ves una imagen de Mosto -primer lince nacido en cautividad en el Zoo que se puso en libertad- con un estado impecable viviendo en la zona de Toledo. Ésa es la alegría más grande, porque esto es un proyecto de futuro", reconoce Aguilar. Ni un detalle ha olvidado García precisamente de la puesta en libertad de Mosto: "Tuve la suerte de acompañarlo. Eso es uno de los hitos de mi vida, no se te olvida. No hay pena al soltarlo, tenemos muy claro que los criamos para eso. Aquí no nos encariñamos de los animales como si fueran mascotas. Son animales salvajes".

El teniente de Alcaldía de Sostenibilidad, José Antonio Díaz, declara que "es un orgullo los profesionales que tenemos y el programa de reproducción y conservación que son la seña de identidad del Zobotánico. Tenemos una joya en estas instalaciones y tenemos que seguir potenciando estas líneas de trabajo". Mensaje similar transmite Ana Timermans, directora del parque, quien afirma que "nos encanta enseñar todo lo que hay en el Zoo y que disfrute la gente, pero el verdadero corazón del Zoo son estas cosas. Estamos dedicados a la conservación de especies y el nombre de Jerez se lleva a todo el mundo con esto". Además, apunta que el reto ahora es ir transfiriendo todas estas experiencias a proyectos educativos.

Mil páginas se podrían escribir de este plan, de su éxito y del magnífico trabajo que realiza el equipo de profesionales. Pero hay un mensaje de Quevedo que resume bien el sentir y el ser del Zoo de Jerez: "Muchas personas piensan que trabajar aquí significa estar siempre acariciando animales, tener un contacto muy directo. Y no. Nuestro objetivo es criar especies en extinción y amenazadas, y nuestra alegría es que corran, vuelan y se integren en su medio".

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